Desde producir dispositivos para alimentar a los elefantes del zoológico de Tucsón, hasta crear soluciones a problemas concretos en biomedicina, exploración espacial o agricultura, es claro que el talento de los estudiantes del Colegio de Ingeniería de la Universidad de Arizona no tiene límites.

El pasado 2 de mayo, mientras conocía los proyectos creados por los estudiantes de último año como parte de la celebración del Día del Diseño Craig M. Berge, fue imposible no maravillarse. En una galería de casi cien proyectos, en cada nuevo stand se abría un singular universo en el que un grupo de estudiantes de diversas áreas y nacionalidades ofrecía una solución a un problema concreto.

El 2 de mayo de 2022, en el Student Union de la UA, más de 500 estudiantes de ingeniería presentaron los proyectos interdisciplinarios en los que trabajaron durante el último año.

Supe, por ejemplo, que un equipo había ideado un sistema de filtración de agua para la eliminación de bacterias y metales pesados en la Nación Navajo. También supe que, desde agosto de 2021, varios equipos habían trabajado en la construcción de dispositivos biomédicos (guantes robóticos, caminadores portátiles, sistemas de monitoreo cardiaco fetal), mientras que otros estudiantes ofrecían mejoras a sistemas de aire acondicionado o creaban prototipos de robots para eventualmente utilizar en proyectos de exploración en el espacio.

Cada uno de estos diseños y productos era su respuesta a una especie de reto académico y práctico en el que estos estudiantes ponen a prueba sus conocimientos y habilidades.

Sus proyectos de diseño son la base del curso 498 Ingeniería Final Interdisciplinaria, una asignatura obligatoria para estudiantes de último año que busca crear alianzas entre la universidad y la industria, de manera que, por una parte, las empresas aborden problemáticas concretas de sus áreas, y por otra, los estudiantes vivan una experiencia ingenieril impactante en el mundo real.

En la práctica, de acuerdo con sus campos de estudio y sus inclinaciones académicas, los estudiantes que toman el curso son asignados a un grupo de trabajo de unos cinco integrantes. Enfocados en un proyecto propuesto por un patrocinador (por ejemplo, la NASA, Microsoft, la UA, laboratorios biomédicos, entre otros), los equipos interdisciplinarios se componen de estudiantes con diferentes enfoques: ingenierías mecánica, eléctrica, industrial, biomédica, de sistemas o de ciencias ópticas.

Juntos y con el apoyo de maestros y mentores, los integrantes se reúnen dos veces por semana para buscar la mejor solución al problema que deben enfrentar. Al final del año, el Colegio de Ingeniería organiza un evento de presentación de todos los proyectos y un grupo de jueces premia los más destacados.

En gran medida, luego de meses de intenso trabajo y aprendizaje, todos los estudiantes son ganadores.

Voces sonorenses

Entre los más de 500 estudiantes de diversas disciplinas que presentaron sus trabajos el 2 de mayo en el Student Union de la UA, me dio gusto encontrar a dos jóvenes con raíces sonorenses: Alejandra Muñoz Ruiz, de Navojoa, Sonora, y Anakaren Romero-Lozano, de padres originarios de Hermosillo.

Este equipo estaba compuesto por Alejandra Muñoz Ruiz, estudiante de ingeniería industrial, Tyler Vincent Gross, de ingeniería mecánica; Devin Anthony Johnson y Ángel Ernesto Rodríguez de San Miguel Bermud, ambos de ingeniería eléctrica y de sistemas, y Gabriella Monique Vindiola, de ingeniería mecánica.

Además de destacarse por la responsabilidad y el compromiso en sus respectivos equipos, las dos comentaron en español las características de sus proyectos.

Alejandra Muñoz hizo parte de un equipo que debió construir un dispensador de snacks para los elefantes del zoológico de Reid Park en Tucsón. Dado el riesgo que representaba para los funcionarios del zoológico llevarles las golosinas a los elefantes, y con el deseo de imitar de algún modo la manera en que los elefantes se alimentan en su hábitat natural, el objetivo era crear un dispositivo que fuera capaz de lanzar una gran cantidad de snacks dispersos en varios puntos del hábitat.

Al principio, el equipo pensó en usar resortes grandes y fuertes. “Ya íbamos adelantados en el proceso, pero vimos que por más grandes y fuertes que fueran los resortes, no iba a ser una buena opción, entonces nos pasamos al sistema neumático, que es mucho más fácil para disparar, pero tuvimos que volver a empezar con todo el diseño”, comentó Alejandra.

Inspirada por la ciencia gracias a su padre, quien estudió ingeniería mecánica y ejerce en Sonora, Alejandra es la primera persona de su familia que, con una visa de estudiante, adelanta estudios en Arizona.

“Yo sabía que la ingeniería era un campo amplio, ¡pero no sabía que había tanto por hacer!”. Tanto ella como su familia comparten la emoción de recibir su grado de ingeniera en diciembre de este año, así como de la siguiente oportunidad que tiene Alejandra: una pasantía de verano en un laboratorio biomédico en Phoenix.

El dispositivo está por ser instalado, lo que llena a Alejandra de emoción. “Cuando estaba pequeña, mis papás me traían al zoológico de Tucsón en las vacaciones. Es muy especial volver después al zoológico y ver que hemos dejado algo útil y que funciona”, dice.

Anakaren Romero-Lozano explica su proyecto durante el evento del Día del Diseño en la UA, el 2 de mayo de 2022

En otro proyecto creado durante el último año, participó Anakaren Romero-Lozano, una joven de Tucsón que tiene el carisma propio de los sonorenses. Acostumbrada a hablar español con sus papás en casa, esta estudiante de ingeniería biomédica estuvo siempre atraída por la ciencia, pues su papá es ingeniero civil.

“Al principio estaba pensando en estudiar medicina, pero cuando empecé a trabajar como ingeniera en los laboratorios, me gustó más la ingeniería. Ahora voy por un doctorado en ingeniería biomédica”, dijo.

Sobre el diseño que le asignaron a su equipo (crear un “sensor portátil de campo electromagnético pulsado para aplicaciones de cumplimiento de ensayos clínicos”), Anakaren explicó que la compañía Regeneris Biomedical tiene “un dispositivo que da tratamiento para dolor crónico, y que ahora está en uso en ensayos clínicos. Lo que necesitaban era un sensor que detectara que la persona está usando este dispositivo, porque el dispositivo nomás se prende pero no checa que el paciente lo esté usando”.

Con su equipo, Anakaren se encargó de diseñar un circuito impreso que los pacientes portan en una carcaza en el brazo o en otra parte del cuerpo, y que informa tanto al paciente como a los médicos si el dispositivo está en uso y si el paciente está administrándose adecuadamente el tratamiento. A través de Bluetooth, el sensor envía una Y o una N a cualquier teléfono, iPad o equipo conectado.

La explicación parece simple, pero en la práctica Anakaren y sus compañeros aprendieron cantidades. “Tuvimos que investigar mucho”, dice. “Hay proyectos aquí que son segunda, tercera generación, o sea que son la continuación de otros proyectos. Nosotros tuvimos que empezar desde cero. Todavía hay mucho que se puede mejorar”.

“Estamos avanzando”

Tanto el equipo en el que participó Anakaren como el de Alejandra estuvieron presentes la tarde del 2 de mayo en la entrega de los premios a los proyectos más destacados.

Este año, el equipo ganador fue el que desarrolló el proyecto BRITE: Blinding Resonant Incapacitating Throwable Emitter. Aquí puede verse la descripción: https://icap.engineering.arizona.edu/brite-blinding-resonant-incapacitating-throwable-emitter

Sobre el talento de estos y todos los participantes, David W. Hahn, decano de Craig M. Berge del Colegio de Ingeniería, comentó: “Hablo mucho sobre los grandes desafíos de la sociedad en torno a los alimentos y el agua, la energía, la atención médica y la seguridad, y lo que vi hoy son una serie de grandes proyectos que me convencieron de que estamos avanzando en buena forma para abordar esos problemas”.

Por su parte, Paul Thompson, director de ingeniería de Meggitt y graduado en ingeniería aeroespacial de la UA en 2004, comentó: “Quedé muy impresionado con el profesionalismo de los estudiantes y sus habilidades de presentación”. Y yo comparto su impresión: idear y proponer soluciones concretas a problemas cotidianos es, en definitiva, un aporte que trae beneficios a toda la sociedad.

Para conocer más sobre los proyectos presentados en esta feria académica, puedes visitar https://issuu.com/azengineering/docs/cmb_designday2022?e=9174810/91223184


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Claudia Bungard es periodista colombiana radicada en Tucsón y reportera de La Estrella de Tucsón. Puedes contactarla en cbungard@tucson.com