Antes que nada… ¿cómo no hacer mención el terrible chasco ocurrido en la reciente entrega de los Oscar?: ¡Pobre Warren Beatty! ¡Pobre Faye Dunaway! Y es que nadie habría sospechado lo que pasaría un instante después de que la legendaria mancuerna de Bonnie and Clyde anunciara, erróneamente, que el premio a la Mejor Película era para La La Land. Sorry.

¡Caray!, y yo que creí que lo más escandaloso de la noche iba a ser que Emma Stone, quien no merecía siquiera la nominación como Mejor Actriz, le había pasado por encima a Ruth Negga, Meryl Streep, Natalie Portman y a la mismísima Isabelle Huppert. ¡Qué cosas!

Total que así me fue en mis predicciones: fallé en Mejor Película (yo vaticiné que sería La La Land, aunque no lo mereciera) pero acerté con Cassey Affleck (Mejor Actor), con Emma Stone (Mejor Actriz), Mahershala Ali (Mejor Actor Secundario), Viola Davis (Mejor Actriz Secundaria) y Zootopia (Cinta Animada).

Pero dejemos ya el extraño episodio de lado, porque de lo que yo les quiero hablar esta semana es de “Logan” (James Mangold, 2017), una cinta que tiene como personaje principal al más serio y malhumorado de los superhéroes de Marvel: Wolverine (Hugh Jackman), rudeza que, por cierto, sería complicado sostener en cine si luciera el característico atuendo amarillo con el que aparece en los comics.

La cinta tiene más o menos la misma constante que ha acompañado al personaje desde que hizo su aparición en X-Men (Bryan Singer, 2000): un tipo que no sólo no acepta su papel de superhéroe sino que reniega de él, pero que aun así se las ha arreglado para colaborar de manera protagónica en las misiones más importantes que han enfrentado los famosos mutantes superdotados.

En esta ocasión, el renegado Logan tiene que aceptar a regañadientes una misión más: proteger y dejarse guiar (algo que no le agrada mucho) por un avejentado y enfermo Charles Xavier (Patrick Stewart), al mismo tiempo que la hace de nana de una peligrosísima niña mutante de nombre Laura (Dafne Keen).

Algo que resulta bastante elocuente para los tiempos que ahora vivimos es el hecho de que la historia tenga lugar en (mire usted qué coincidencia) la frontera entre México y Estados Unidos de Norteamérica.

La trama, por otro lado, tiene que ver precisamente con la pequeña Laura quien, al parecer, es un espécimen muy atractivo para una malévola organización que hará todo lo posible para ponerle las manos encima y utilizarla a su conveniencia.

La cinta viene aderezada con varios atractivos dignos de atención, por ejemplo, el look austero que le da un toque distinto a lo que este género nos tiene acostumbrado.

También está la apariencia del Profesor Xavier, quien esta vez dista mucho de representar, como nos tiene acostumbrados, la fortaleza de la organización que él mismo formó.

Por último (y como el atractivo más efectivo) estará la relación que surgirá poco a poco entre la pequeña Laura y Logan, la cual creará un lazo tan fuerte como encantador. Sin duda será éste el atractivo mayor de la cinta, por el hecho de observar al gruñón de Logan portarse seco y distante con la chica al principio pero que al final arriesgará todo por protegerla.

Por cierto, fuera de Jackman y Stewart, la cinta no presume de nombres realmente famosos, hecho que refuerza el asunto de la austeridad.

Completan el elenco Richard E. Grant (bueno, él sí es algo conocido), Elizabeth Rodríguez y Boyd Holbrook. Hasta la próxima.


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