Oscar Soria

Foto: Jeffry Scott

Oscar Soria.

Deja la impresión que para efectos del vocabulario beisbolero la palabra reloj para muchos es sinónimo de sacrilegio. No conciben que se quiera emplear en este deporte; de hecho, con orgullo exponen es la gran diferencia con casi todas las demás disciplinas, porque permite que puedan ocurrir acontecimientos casi imposibles de creer.

Está la propuesta de poner a funcionar cronómetros en los estadios de la Major League Baseball dedicados en su totalidad a presionar a los pitchers que estén trabajando con bases limpias a realizar los lanzamientos cuando mucho en 20 segundos.

Aunque hay “big leaguers” que sienten que no hay razón para convertir este asunto en un grave problema, pudiera de cualquier forma presentarse una interesante discusión entre el sindicato de peloteros y la MLB, porque los directivos quieren apresurar a los beisbolistas y éstos no quieren que los apresuren.

Según historiadores todavía hace unos 40 años había pitchers que en 20 segundos hacían hasta dos lanzamientos. No lo dudo ni tantito.

También completaban los partidos y, por ende, no se presentaba el desfile de relevistas de ahora. Igual, con 3 o 4 lanzamientos de calentamiento estaban listos para empezar el inning. Y así podemos encontrar docenas de razones por las que se extendió demasiado la duración de los juegos y se llegó al punto de proponer el uso del reloj en los estadios de beisbol.

Lo curioso es que está resultando un tema de casi todos los años, por momentos parece que van en serio y luego concluyen que hay cosas mucho más importantes y por una o dos temporadas no se habla del tema.

¿No fue hace poco cuando el dominicano David Ortiz dijo que seguiría tomándose el tiempo necesario saliéndose de la caja de bateo para concentrarse como es debido en su turno y mejor esperaría la multa por violar el reglamento? En aquel entonces presionaron a los bateadores a no abandonar la caja de bateo para no perder tiempo, ahora le pudiera tocar a los pitchers.

Lo más importante

Lo del reloj para presionar a los lanzadores ocurre al tiempo cuando todavía no habían firmado los principales agentes libres previo a la temporada del 2018 en la MLB. Aún hasta mediados de la presente semana no se había presentado una firma escandalosa, ya no digamos de más de 200 millones de dólares, tampoco de 100.

Ese aparenta ser el asunto más importante, porque no debe estar muy de acuerdo el sindicato de peloteros y mucho menos los agentes por la forma como se ha comportado el mercado.

Específicamente hablando del caso del estelar jonronero que vimos en 2017 con los Arizona Diamondbacks haciendo maravillas, J.D. Martínez, se dijo mucho, incluso en este espacio de La Estrella de Tucsón, que se iba a poner bueno el asunto sobre el valor del jonrón en la agencia libre siguiente, es decir, el periodo actual, porque se establecieron récords de cañonazos, incluso en la Serie Mundial, y por momentos dio esa sensación de abaratarse el batazo rey.

Fueron 117 jugadores los que dieron al menos 20 jonrones durante el año pasado. Muchísimos.

De cualquier forma, siempre hay elementos que están muy enfrente del resto; Martínez estuvo espectacular, y por eso se estimó que tenía buena oportunidad de conseguir un fuerte contrato, y pronto. Lo cierto es que no solo él sino los principales agentes libres seguían en las mismas.

Y viene próximamente un grupo de bateadores agentes libres “peso completo”, entre otros, están Bryce Harper y Manny Machado. En su momento se vio a Harper como un candidato a alcanzar un contrato de 400 millones de dólares. Ya veremos.


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Correo electrónico: oscsoria@aol.com