Enrique García Naranjo

Ernesto Portillo Jr / La Estrella de Tucsón

Enrique García Naranjo.

¿Recuerdas cuando tuviste una revelación personal, de esas que te ponen en el viaje de la vida, llena de pasión?

Me gustaría pensar que mucha gente la ha tenido. Pero sospecho que son pocos.

Enrique García Naranjo, estudiante del Colegio Comunitario Pima, con 20 años de edad, tuvo la suya y se embarcó en su destino.

Fue hace sólo unos años, cuando García era estudiante de la preparatoria Pueblo Magnet, que conectó con las palabras. Con la poesía, para ser precisos.

Escuchó a dos poetas dar una presentación después de la escuela y el poder de sus palabras, las imágenes que creaban y el ritmo y cadencia dejaron a García hipnotizado.

“Yo quiero hacer esto”, dijo sentado en La Pilita, en el Barrio El Hoyo, en South Main Avenue, el jueves 1 de octubre.

La poesía, descubrió, posee poderes especiales.

“Los jóvenes en lo individual sienten como si el mundo estuviera contra ellos. Pero en unidad, como siempre, la comunidad, hace que los jóvenes se empoderen entre ellos. Se dan cuenta de que no están solos”, dijo.

El camino que conduce a las letras y la escritura siempre es diferente para cada escritor. García empezó el suyo con su familia cuando viajaban por varios estados de este país y de México.

Nació en Salt Lake City, Utah, a donde sus padres de origen mexicano emigraron para trabajar. Sus padres vinieron a Estados Unidos sin autorización legal. Pero su papá, hijo de un bracero, recibió la residencia legal bajo el programa de amnistía de 1986 del presidente Ronald Reagan.

De Utah, la familia se mudó al norte de Idaho, donde había menos gente que se viera y hablara como su familia, la cual era una de las escasas familias mexicanas por ahí.

Pero cuando tenía 13 años, su familia tuvo que hacer una mudanza mayor. Se fueron a Ciudad Juárez, en Chihuahua, donde su mamá podría solicitar la residencia legal. Cuando les dijeron que la espera sería larga, García se fue a Jalisco, estado donde sus padres nacieron y en el que este joven era un extranjero.

En la escuela, García ayudó a dar clases de inglés mientras él mejoraba su español. También vio el efecto de políticas y prácticas de comercio internacional que destruyeron a los pequeños campesinos mexicanos, forzándolos a emigrar al Norte, como lo había hecho su familia.

Un año después su mamá recibió la tarjeta de residente y la familia vino a Tucsón en el 2009. Se inscribió en Pueblo y la poesía llegó a él a través del concurso de poesía de Sarah González y Logan Phillips, codirectores de Spoken Futures y organizadores del Concurso de Declamación Juvenil de Tucsón (Tucson Youth Poetry Slam).

Con la poesía vino la conciencia política. Para cuando García graduó de preparatoria en 2013, la Legislatura estatal había prohibido los Estudios Mexicoamericanos en el Distrito Escolar Unificado de Tucsón. Él había estado activo apoyando el programa, el cual fue diseñado para ofrecer habilidades de pensamiento crítico y para enseñar la historia y cultura chicana.

Ahora, García está canalizando sus experiencias y su conocimiento a la poesía y la actuación.

El mes pasado interpretó el papel de “Poder” en la obra de teatro “Más”, de Borderlands Theater. Escrita por Milta Ortiz y dirigida por Marc David Pinate, la obra abarca el desarrollo y destitución de los Estudios Mexicoamericanos del TUSD.

García interpretó los papeles de dos estudiantes varones de preparatoria que estaban en UNIDOS, el programa juvenil del que se desprendió gran parte del apoyo público para el programa.

Dijo que la obra le ayudó a sanar el dolor de lo que él consideraba un abuso del estado al eliminar los Estudios Mexicoamericanos, programa que se tradujo en un mejor desarrollo académico de sus estudiantes.

“Nuestra historia en Tucsón está llena de heridas y dolor. Así es que esta obra reitera la idea de la adaptación y la resistencia”, dijo García.

Ha actuado exitosamente en el Festival Internacional de Poesía Juvenil Nuevas Voces Valientes (Brave New Voices) en la Ciudad de Nueva York y ganó el Premio al Ensayo de la Asociación Nacional para la Educación Bilingüe y el Premio a la Promesa en Liderazgo (Promising Leader Award) de Zona de Promesa en 2013.

El año pasado publicó el libro “Tortoise Boy Says” (El Chico Tortuga Dice), una colección de poemas sobre su familia, los barrios, las redadas de inmigración y la lluvia de verano.

Comparte su poesía con otros jóvenes en programas extracurriculares, con la esperanza de dar inspiración, igual que él fue inspirado en la preparatoria Pueblo cuando se sentaba en el aula de la ex maestra de Estudios Mexicoamericanos Sally Rusk. Cree que mediante la poesía los jóvenes chicanos y chicanas pueden expresar sus experiencias, llenar el vacío de la narrativa histórica y hacer profundos cambios personales.

La poesía tiene ese poder, dijo. “Puede abrirlos a este universo de logros del conocimiento en nuestra cultura”.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al (520) 573-4187. En Twitter: @netopjr.