Big Talk Productions

Louis Ashbourne Serkis (der) y Dean Chaumoo en una escena de The Kid Who Would Be King.

Sobre la leyenda del Rey Arturo se han escrito muchos libros y se ha recreado hasta el cansancio en la pantalla grande y chica; algunos ejemplos son Camelot (Joshua Logan, 1967), el filme, y la serie de TV del mismo título (Chris Chibnall, Michael Hirst, 2004).

Está también King Arthur (Antoine Fuqua, 2004), que lanzara a la fama a Clive Owen o el drama de adulterio First Knight (Jerry Zucker (1995), con Sean Connery y Richard Gere.

Cómo olvidar la reciente versión ultra fantasiosa pero igualmente desafortunada de Guy Ritchie titulada King Arthur: Legend of the Sword (2017) o incluso la que es (a mi juicio) una de las mejores comedias de todos los tiempos: Monty Python and the Holy Grail; eso por mencionar sólo algunas.

En varias de las anteriores se ha intentado recrear lo más realísticamente posible la popular saga del legendario rey y los Caballeros de la Mesa Redonda, mientras que otras han dado rienda suelta a los aspectos más fantásticos de la mitología (lo de la espada encajada en la piedra que sólo puede arrancar el elegido, la búsqueda del Santo Grial, la magia de Merlín y Morgana, la Dama del Lago, etc.).

The Kid Who Would Be King (Joe Cornish, 2019) es una actualización más de la historia, la cual mezcla realidad y fantasía y transcurre en el londres actual. Su trama involucra, en lugar de caballeros medievales, a estudiantes bobos de secundaria que, inesperadamente, se ven obligados a enfrentar circunstancias por demás sobrenaturales.

La cinta se centra en Alex (Louis Ashbourne Serkis, hijo del actor Andy Serkis), quien vive las penurias de ser un chico que sufre de bulying en su colegio. Es precisamente en una de sus huidas de sus hostigadores que Alex da con un sitio en construcción con una escenografía particular: una piedra que destaca en el paisaje y en el centro una espada enterrada casi hasta la empuñadura.

Como por instinto, el chico la toma entre sus manos y, con relativa facilidad, la arranca sin saber que con ese acto llegaría hasta él la aventura de su vida.

Con toda la incredulidad esperada debido al contexto, el menor (junto a su inseparable amigo) descubre, gracias a una extraña inscripción en la espada, que el artefacto no es otro que Excalibur, la espada mágica que portaba el mítico Rey Arturo.

A partir de ese momento comienzan a surgir una serie de hechos que trastornan por completo la vida del adolescente, sobre todo a partir de su encuentro con un joven que asegura (y posteriormente demuestra) ser Merlín, el legendario mago que ayudó a Arturo en sus aventuras.

Es el encuentro con Merlin (Angus Imrie/Patrick Stewart) el que desata como estampida la serie de hechos fantásticos que obligará a Alex a asociarse con sus amigos del colegio, pero también con sus enemigos, pues sólo unidos podrán enfrentar las amenazas que pondrán en riesgo su mundo.

Esta peligrosa presencia maléfica está personificada por la hechicera Morgana (la hermosa Rebecca Ferguson), quien quiere adueñarse de (o destruir) Inglaterra y todo lo que encuentre a su paso.

Para hacerle frente, Alex deberá asumir la peligrosa misión que ha llegado hasta él y convertirse, además, en el gran líder que la situación requiere. Muy pronto se dará cuenta de que él es más que un niño común y mucho más valiente de lo que piensa; que incluso dentro de él yace la fuerza necesaria para asumir tal destino, pero… ¿será esta suficiente?

Completan el elenco Tom Taylor como Lance, el bully/socio de Alex; Nathan Stewart-Jarrett (Mr. Kepler) y Denise Gough) como la madre del protagonista.


Become a #ThisIsTucson member! Your contribution helps our team bring you stories that keep you connected to the community. Become a member today.