Por primera vez en la historia hubo dos juegos de desempate tras una temporada regular de Major League Baseball, ¿así o más emocionante?. Para rematar, el vestidor del equipo visitante del Wrigley Field de Chicago fue el escenario donde en días seguidos celebraron clubes diferentes el avance a la Serie Divisional.
Primero fueron los Milwaukee Brewers, luego los Colorado Rockies. Celebraciones escandalosas en patio ajeno. Todavía debe tener aroma de festejo ese vestidor. En esas andan en MLB, con los siempre atractivos playoffs.
Mientras tanto, en Liga Mexicana de Verano los Sultanes de Monterrey están en la serie final contra los Guerreros de Oaxaca, la segunda final en poco más de tres meses para los Sultanes; recordar que están jugando dos torneos en un año en el circuito de verano en México.
Los Sultanes ya vieron festejar un título a los Leones de Yucatán. Los felinos resultaron los campeones del primer torneo. Sería doblemente doloroso para los peloteros de los Sultanes ver ahora a los Guerreros celebrar una corona, se supone que Monterrey es amplio favorito.
Y así nos pasamos a la Liga Mexicana del Pacífico, donde están en etapa de preparación, a una semana de arrancar la temporada regular, se supone muy lejos de sentir la presión de los otros circuitos. Pero, ¿relajados? No parece.
Hace unos días, el mánager de Naranjeros de Hermosillo, Bronswell Patrick, metió a un zurdo relevista para lanzarle únicamente a un toletero izquierdo de los Cañeros de Los Mochis, un zurdo situacional en pretemporada.
Definitivamente, la Fiesta Mexicana de Beisbol en territorio arizonense está resultando entretenida y, sobre todo, competida. Principalmente los mánagers están en modo de fuerte competencia de inmediato, porque así lo exige el circuito.
No es que alguien de LMP vaya a festejar escandalosamente y por varias horas las victorias en Arizona. Los trabajadores de los vestidores de los estadios pueden estar tranquilos, no vivirán lo que los trabajadores del vestidor visitante del Wrigley Field, pero de que hay una fuerte competencia, de eso no hay duda.
Hasta una expulsión ya se dio en estos juegos. Ocurrió en el War Memorial Stadium de Nogales, Arizona, el 30 de septiembre. El coach de los Águilas de Mexicali, Giovanni Carrara, se molestó con el ampáyer de home, por lo visto la razón fueron unos strikes que no le dio a su pitcher Miguel Aguilar.
¿El doble espectáculo pudiera ser sencillo?
Decisiones muy interesantes habrán de tomar los Angelinos de Los Angeles de aquí a inicios del año entrante. Por lo pronto, en cuanto acabó la temporada regular le dijeron adiós al manager Mike Scioscia, que estaba en el puesto desde el año 2000.
Viene ahora el proceder con el japonés Shohei Ohtani, el estelar del bateo y pitcheo que demostró ser efectivo en ambos roles en el máximo nivel en 2018.
En apenas 367 apariciones al home dio 22 cuadrangulares. De todos los que tuvieron al menos 440 apariciones a la caja de bateo en el rol regular, nadie superó a Ohtani. Así como para pensar que con un año entero como toletero pudiera pegar tranquilamente 40 cañonazos.
Como pitcher estuvo bien. Récord de 4-2 con efectividad de 3.31, pero se lesionó y lo operarían del codo del brazo de lanzar, la famosa cirugía Tommy John. Con ello, una cosa es segura, no podrá lanzar en la gran carpa el año entrante. Ahora la duda es cuántos turnos pudiera tomar en la caja de bateo.
Si Ohtani es la reencarnación de Babe Ruth, ¿preferirá también su organización dejarlo después solo como bateador?
Nadie duda de que el japonés puede triunfar como pitcher. El problema es que ahí hay más lesiones y, aunque seguramente continuarán intentando la doble función del año 2020 en adelante, quien sabe si están a una lesión más de cambiar de opinión.
La operación Tommy John no es 100 por ciento garantía de volver al máximo nivel; hay quienes necesitan una segunda cirugía. Con Ohtani explorarán nuevos terrenos, porque al estar en plena rehabilitación del codo derecho seguramente intentará seguir bateando en 2019.