Ambas series de campeonato en la Major League Baseball han tenido ingredientes sabrosos que las han convertido en un excelente platillo, pero la de la Liga Americana se estaba cocinando aparte, por detalles recientes sumamente interesantes.
El mánager de los Boston Red Sox, Alex Cora, se supone que conocía detalles importantes de peloteros de los Houston Astros por haber estado el año pasado ahí como coach de banca, pero el piloto de los Astros, A.J. Hinch, sabía de las ideas de Cora por las tantas conversaciones que tuvieron en 2017 cuando ganaron la Serie Mundial, cuando hicieron y compartieron sus análisis.
Hasta aquí, todo bien, una batalla también de estrategas. Aunque cuando a ambos los abordaban por este tema, ellos coincidían en que los peloteros serían los que inclinarían la balanza. Al final son ellos los que ejecutan y deciden los duelos.
Ahora bien, ocurrieron acontecimientos ajenos al campo de juego, y no por primera vez, como para darnos una recordada de un problema que se le ha estado presentando a la MLB desde hace rato.
La tecnología ha sido clave para que el negocio haya pasado a ser uno billonario: ha sido la principal razón de los altísimos sueldos y de estar viviendo esta época dorada, pero también ha traído dolores de cabeza.
El año pasado, a los Boston Red Sox los descubrieron usando la tecnología para robar señales. Se formó una buena polémica luego de que le batearon a los pitchers de los New York Yankees avisados casi en su totalidad. Ahora, los Houston Astros estaban atentos con una persona grabando durante el juego lo que acontecía en el dugout de los Red Sox para vigilarlos. Se supo porque la seguridad del estadio removió a esta persona del área donde se encontraba; fue notorio lo que estaba haciendo.
Después del incidente se dio a conocer que los Cleveland Indians y Oakland Athletics se llegaron a quejar de este tipo de prácticas por parte de los Astros. Lo interesante es la justificación que pudieran tener los texanos, por el proceder reciente de Boston y hasta por un asunto que llegó a rebasar al beisbol.
¿Recuerda usted cuando los Astros fueron víctimas de los “hackers”? Un empleado de los Saint Louis Cardinals entró a una base de datos de los Astros y fue tan delicado el asunto que esta persona actualmente está en la cárcel.
Es entendible la paranoia de los Astros sobre los Red Sox y cualquier otro club, porque, volviendo exclusivamente a detalles beisboleros, en todos estos castigos que aplica la MLB cuando un equipo o pelotero viola el reglamento, incluyendo uso de sustancias prohibidas, nunca se han presentado modificaciones al resultado del juego. El que ganó se salió con la suya, y el derrotado recibió un premio de consolación que más que consolar provoca enojo; nunca les quitan la derrota.
¿Cómo negarle entonces a un equipo vigilar al rival? Lo malo es que también puede escudarse en esto para en realidad portarse mal, ¿qué verían los Cleveland Indians y Oakland Athletics en sus duelos ante Houston? Los Indians fueron barridos por los Astros en la Serie Divisional.
Por eso, la MLB está en una situación incómoda, porque, ahora, en lo tecnológico todo mundo quiere sacar provecho del más mínimo detalle, y hay quienes están dispuestos a cruzar la raya de lo permitido.