Hace aproximadamente 15 años, algunos tucsonenses tuvieron la idea de honrar a nuestros ancestros indígenas de la región. Lo harían mediante una estatua colocada en algún punto al pie del cerro Sentinel Peak, donde existía un pueblo Pima cuando llegaron los primeros europeos a finales del siglo 17.

La estatua propuesta no llegó entonces a ninguna parte. Sin embargo, la idea persistió y sus soñadores se rehusaron a darse por vencidos.

Esa perseverancia tuvo como resultado un monumento a los Tohono O’odham, una estatua de bronce llamada “La primera vista”. Creada por el tucsonense Luis Mena, la estatua reconoce a los habitantes originales de nuestra región. Tanto el nombre como la escultura por sí misma, un hombre, una mujer y un niño, reflejan la primera vez que vieron al Padre Eusebio Francisco Kino a su llegada en 1692, quien fue prácticamente el primer europeo que llegó a Chuk Son, la “primavera al pie de la montaña negra”.

“Es la realización de un sueño largamente acariciado”, dijo Greg Hart, una de las personas que inició el proyecto junto con Josefina Cárdenas, residente del cercano Barrio Kroger Lane, y el ya fallecido Daniel Preston, quien fuera vicepresidente del Distrito San Xavier de la Nación Tohono O’odham.

La estatua se develará el 14 de junio en una ceremonia pública a las 9 a.m. Se ubica en las calles South Mission y Grande, al norte de Starr Pass Boulevard, al otro lado de la calle donde fue construido el convento español original, marcando el lugar de nacimiento de la colonia en Tucsón.

Hart dijo que la estatua es uno de los pocos monumentos en el área de Tucsón para rendir homenaje a las primeras personas que vivieron a lo largo del Río Santa Cruz y en otros asentamientos en el valle de Tucsón.

“Resulta muy apropiado”, dijo Hart, ex director de educación para adultos en el Condado Pima.

El concepto surgió por ahí de 1999 de un grupo llamado Rancho Chukson, mismo que había promovido la construcción de un centro cultural a los pies del Cerro de la “A” como parte del desarrollo de Rio Nuevo en el oeste de la ciudad.

Cárdenas, Preston y Hart se acercaron al ya fallecido artista Leonard Chana de la comunidad de los Tohono O’odham para que dibujara un boceto de su idea. Lo hizo, y en base a él Mena creó la estatua.

Mena consultó a los líderes del Distrito San Xavier mientras hacía su escultura, dijo Raúl Ramírez, de los Descendientes del Presidio de Tucsón, grupo que los ayudó a reunir dinero para este proyecto con valor de 80 mil dólares.

“Tratamos de hacerlo los más auténticamente posible, con cierta licencia artística”, dijo Ramírez.

Originalmente había cuatro figuras en el boceto de Chana, pero debido a los costos se eliminó a una. La mujer de la estatua va cargando una canasta con frijoles, calabaza y sandía que los pimas cultivaban a lo largo del río. El hombre está en cuclillas sosteniendo un arco. El niño lleva una mazorca de maíz en su mano izquierda.

Tanto el hombre como la mujer están viendo hacia el río, mismo que Kino y los colonizadores que vinieron después usaron para guiarse desde las misiones y los presidios al sur. Sus rostros exhiben por igual el asombro y el recelo que sintieron ante la llegada de los extraños, quienes alterarían su tierra y su vida.

“Esto les volteó el mundo de cabeza”, dijo Hart.

Ramírez dijo que Mena, artista local que ha pintando varios murales en la ciudad, usó modelos Tohono O’odham para la estatua.

La recaudación de los fondos, casi 64 mil dólares, provino de la Autoridad Regional de Transporte (RTA, en inglés), la cual dona recursos para proyectos de arte público. La reconstrucción de esta intersección fue un proyecto de la RTA.

El resto de los fondos los recaudaron Hart y Los Descendientes. El gobierno del condado, el supervisor del Condado, Richard Elías, la Concejal de la Ciudad de Tucsón Regina Romero y el Concejo para las Artes de Pima en Tucsón también estuvieron involucrados en el proyecto.

Ramírez y Hart dijeron que el dinero para el proyecto ya se agotó, pero esperan conseguir recursos adicionales para reforzar el monumento con bancas, iluminación y estacionamiento a lo largo de la calle para hacer el espacio más atractivo a los visitantes.

Asimismo, Cárdenas dijo que el grupo está considerando crear un festival anual de otoño en la estatua para celebrar el lugar de nacimiento de Tucsón y a sus habitantes originales.

ENGLISH VERSION

About 15 years ago several Tucsonans came up with an idea to honor our region’s indigenous ancestors. It would be a statue, somewhere at the foot of Sentinel Peak, where a Pima village existed when the first Europeans arrived in the late 17th century.

The proposed statue went nowhere. The idea, however, persisted and its dreamers refused to give up.

That perseverance resulted in a monument to the Tohono O’odham, a bronze statue called “La Primera Vista.” The statue, created by Tucsonense Luis Mena, recognizes our region’s original inhabitants. The name and the statue itself, a man, woman and child, reflect the sighting of the 1692 arrival of Padre Eusebio Francisco Kino, who was likely the first European to arrive in Chuk Son, the “spring at the base of the black mountain.”

“It is a fulfillment of a long-held desire,” said Greg Hart, one of the individuals who initiated the project along with Josefina Cárdenas, a resident from nearby Barrio Kroger Lane, and the late Daniel Preston, a former vice chairman of the San Xavier District of the Tohono O’odham Nation.

On June 14 the statue will be dedicated in a public ceremony at 9 a.m. The statue is at South Mission and Grande roads, just north of Starr Pass Boulevard, across the way from where the original Spanish convento was built, marking Tucson’s colonial birthplace.

Hart said the statue is one of the few memorials in the Tucson area to pay homage to the native peoples who lived along the Santa Cruz River and in other settlements in the Tucson valley.

“It is so appropriate,” said Hart, former director of adult education in Pima County.

The concept evolved about 1999 through a group called Rancho Chukson, which had promoted building a cultural center at the base of “A” Mountain as part of the Rio Nuevo development on the west side.

Cárdenas, Preston and Hart approached the late Tohono O’odham artist Leonard Chana to draw a sketch of their idea. He did and from that sketch Mena created the statue.

Mena consulted with leaders at the San Xavier District while creating his sculpture, said Raúl Ramírez of Los Descendientes del Presidio de Tucson, a group that assisted in raising money for the $80,000 project.

“We were trying to be as authentic as possible with some artistic license,” Ramírez said.

Originally there were four figures in Chana’s sketch but because of costs, one was eliminated. The woman in the statue is holding a basket of beans, squash and watermelon which the Pimans cultivated along the river. The man is on his haunches holding a bow. The child holds a cob of corn in his left hand.

Both the woman and the man are looking toward the river which Kino, and subsequent colonizers, used to follow up from missions and presidios further south. Their faces exhibit both amazement and apprehension at the arrival of strangers who would alter their lives and the land.

“It turned their world upside down,” Hart said.

Ramirez said Mena, a Tucson artist who has painted a number of murals here, used Tohono O’odham models for his statue.

The bulk of the funds, about $64,000, came from the Regional Transportation Authority, which allocates money for public art projects. The reconstruction of the intersection was a RTA project.

The remaining funds were collected by Hart and Los Descendientes. The county government and the Tucson Pima Arts Council were also involved in the project.

Ramírez and Hart said money for the project has run out but that they hope to find additional money to enhance the monument with benches, night lighting and parking spaces across the street to make the space visitor friendly.

In addition, Cárdenas said the group is considering creating an annual fall festival at the statue to celebrate Tucson’s birthplace and its original inhabitants.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo al 573-4187 o en netopjr@azstarnet.com.