Once meses, dos semanas y un día le tomó a Juan Bayardo completar la mayor aventura de su vida.

El tucsonense recorrió todos los estados del país y sobrevivió al viaje consiguiendo empleos de mano de obra por Internet. La travesía que llamó “Gigs Across America” y que fue compartiendo en su blog y en redes sociales inició el 5 de mayo de 2016 y concluyó el 20 de abril de 2017. Ahora planea escribir un libro con sus experiencias.

“Muchas cosas que me imaginé o que planeé salieron como esperé, pero muchas más, no”, dijo Bayardo en entrevista un día después de su regreso a Tucsón.

Su primer objetivo quedó rebasado: Visitó todos los estados, algunos de ellos dos veces, cuando en la primera estancia no lograba encontrar una “chamba”. El segundo propósito era trabajar en cada entidad; lo pudo hacer en 48. En total, realizó 61 trabajos, o "gigs".

Pero, aunque la satisfacción ahora es un poco más grande que su cansancio, la realidad es que la aventura fue menos dulce de lo que Bayardo imaginó. "Hice malos cálculos", admitió Bayardo, cansado pero sonriente.

Pensó que el recorrido le tomaría unos seis meses y que alcanzaría a regresar a Arizona antes del crudo invierno del Este y el Centro del país. Error.

Pero ese mal cálculo le abrió la puerta a las anécdotas más emocionantes de su experiencia, como la colecta de ropa invernal que realizó para él una señora que lo empleó en Michigan. O como las tres veces que se salió de la carretera debido al hielo y la nieve.

Bayardo viajó en su camioneta tipo pick up y llevó consigo su herramienta de albañilería, carpintería, electricidad, plomería. También llevó una casa de campaña y, lo más importante, su celular, que fue su guía en la carretera y su modo de encontrar trabajos mediante Craiglist y otros sitios de Internet.

Manejó 34 mil millas e hizo tres viajes en avión desde San Francisco, California, a las Vegas, a Alaska y a Hawái.

El segundo error, y el más importante, fue en las cuentas que hizo antes de partir.

“No gané el dinero que pensé que iba a ganar”, dijo. "Y al final todo se basó en mi habilidad de ganar dinero”.

Dejó sus ahorros a su hermana mayor, Ángela Bayardo, para que hiciera sus pagos en Tucsón y le enviara dinero a él en caso de ser necesario. Entre sus compromisos aquí estaban los pagos mensuales del pick up y de su adorado BMW, así como la manutención de su querida perrita.

La perrita se alegró mucho de verlo regresar, pero el BMW no sobrevivió. Tuvo que dejar de pagarlo.

Y lo que imaginó como la emoción de no saber exactamente dónde estaría al día siguiente ni qué haría para ganar dinero se convirtió en estrés.

“Cuando no estaba trabajando, estaba buscando”, dijo Bayardo, nacido en Nogales, Sonora, y criado en Tucsón. “Lo más difícil era no tener dinero para pagar mis cuentas. Fue mucho cansancio emocional”.

Era apenas agosto y llevaba 18 estados cuando Bayardo pidió a su hermana Ángela que le enviara 60 dólares para llenar el tanque de gasolina, ella le respondió que le quedaban 28.

No más noches en cuartos de hotel. Dormía mayormente en el asiento trasero de su camioneta de doble cabina, aunque también hizo unas cuantas paradas con familiares y amigos en Texas, Virginia, Florida, New Hampshire, Iowa y California. Y, lo más importante, mucha gente hasta entonces desconocida le abrió las puertas de su casa.

“Si no hubiera sido por la gente que me ayudó, quizá no lo hubiera logrado", dijo. “Las mejores comidas del viaje no las pagué yo”.

Tuvo unos cuantos empleos bien pagados, pero por la mayoría de los trabajos recibía un promedio de 120 dólares y a veces tuvo que esperar hasta cinco días hasta volver a conseguir trabajo. Una sola persona  lo estafó, una mujer de Washington que hasta la fecha no le ha pagado los 350 dólares por el trabajo que hizo en la obra de remodelación de una casa.

“Y cuando tienes 8 dólares, 350 son como un millón”, dijo Bayardo, quien entró a Tucsón la semana pasada con 70 dólares en el bolsillo.

La aventura no termina

Declinar no era opción para el aventurero de 55 años de edad.

Ante los días difíciles, el cansancio, el dolor del nervio ciático y la gripe que lo tumbó por varios días en Wisconsin, JuanJohn, como se hace llamar, nunca perdió de vista que su proyecto no era tomar vacaciones sino escribir un libro con sus experiencias trabajando en cada estado.

Dijo que cinco editoriales se han acercado a él interesadas en el libro que empezará a escribir pronto, cuando se canse de dormir.

También llegó con la idea de montar una exposición fotográfica en Tucsón con las muchas imágenes que logró capturar en todo el país, para lo cual piensa lanzar una campaña de financiamiento.

La complexión de Bayardo cambió. Se cortó el pelo una sola vez en un año y se dejó la barba crecida. Pero, principalmente, regresó renovado en su forma de ver la vida.

“Nunca más me voy a impacientar en el tráfico. Nunca más me voy a preocupar si tengo que saltarme una comida o por pensar si alguien me acepta o no", dijo. "Ahora veo un sinfín de posibilidades”.

Visita su página en: http://www.juanjohnsgigsacrossamerica.com/


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