Hassan Ammar

Panorama en una avenida de Beirut, Líbano, después de una enorme explosión en el centro de la ciudad, el martes 4 de agosto de 2020.

BEIRUT, Líbano — Una enorme explosión sacudió el martes el centro de Beirut, destruyendo gran parte del puerto, dañando edificios, y rompiendo ventanas y puertas mientras una enorme nube de humo en forma de hongo se elevaba sobre la ciudad. Más de 70 personas fallecieron y por lo menos 3,000 resultaron heridas, informaron las autoridades, que añadieron que hay cuerpos enterrados bajo los escombros.

La explosión golpeó con la fuerza de un sismo de magnitud 3,5, de acuerdo con el centro de geociencia alemán GFZ, y se escuchó en sitios tan lejanos como Chipre, que está ubicado al otro lado del mar Mediterráneo.

La repentina devastación abrumó a un país que ya lidiaba con la pandemia de coronavirus y con una crisis económica. Horas después de la explosión, las ambulancias seguían trasladando a los heridos. Los hospitales de Beirut rápidamente excedieron su capacidad y pidieron suministros de sangre y generadores para seguir funcionando.

En varias cuadras a la redonda del puerto, donde ocurrió la explosión, residentes bañados en sangre se tambaleaban por las calles llenas de automóviles volcados y cubiertas con escombros de los edificios destrozados. A kilómetros de distancia, las ventanas y puertas quedaron hechas pedazos. Los helicópteros del ejército ayudaban a combatir los incendios en el puerto.

De momento se desconoce la causa de la explosión, pero reportes iniciales indicaban que un incendio había detonado un almacén en el puerto.

Abbas Ibrahim, director de la Seguridad General Libanesa, dijo que pudo haber sido causado por un material altamente explosivo que fue confiscado de un barco hace algún tiempo y almacenado en el puerto. La cadena de televisión local LBC informó que el material era nitrato de sodio.

Algunos testigos reportaron haber visto una extraña columna de humo de color naranja sobre el sitio luego de la explosión. A menudo, nubes anaranjadas de dióxido de nitrógeno acompañan una explosión que involucra nitratos.

La explosión se produjo en medio de continuas tensiones entre Israel y el grupo militar Hezbollah en la frontera sur de Líbano. Muchos residentes reportaron haber escuchado aviones justo antes de la explosión, avivando los rumores de que fue un ataque, aunque los sobrevuelos militares israelíes son algo frecuente.

Un funcionario del gobierno de Israel dijo que su nación “no tuvo nada que ver” con la explosión. Habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para discutir el asunto con los medios. Los funcionarios israelíes generalmente no comentan sobre “informes extranjeros”.

El incidente fue impactante, incluso para una ciudad que ha sido golpeada por una guerra civil, ataques suicidas con explosivos y bombardeo israelí.

El ministro de Salud Hassan Hamad dijo que la cifra preliminar de muertos era de más de 70 y que más de 3.000 personas habían resultado heridas. Los equipos de emergencia acudieron de todas partes de Líbano para ayudar y los heridos tuvieron que ser trasladados a hospitales fuera de la capital. Hamad añadió que los hospitales apenas podían con el flujo de personas y que había ofertas de ayuda por parte de las naciones árabes y amigas de Líbano.

El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, comenzó a llorar mientras recorría el sitio, diciendo: “Beirut es una ciudad devastada”. El primer ministro Hassan Diab prometió que “los responsables pagarán”.

Un video grabado por unos residentes mostraba inicialmente un incendio en el puerto que arrojaba una enorme columna de humo, iluminada por destellos de lo que parecían ser fuegos artificiales. Las cadenas de televisión locales reportaron que un almacén de fuegos artificiales estaba involucrado.

Luego el fuego al parecer se extiende a un edificio adyacente, dando pie a una explosión más grande, creando una nube en forma de hongo y generando una onda expansiva.

Uno de los principales expertos en bombas de Israel, Boaz Hayoun, dijo que los fuegos artificiales podrían haber sido un factor para generar la explosión más grande. “Antes de la explosión grande... en el centro del fuego, se podían ver destellos y escuchar sonidos como de maíz reventado y silbidos”, comentó Hayoun, propietario del Tamar Group, que trabaja de cerca con el gobierno de Israel en cuestiones de seguridad y certificación que involucran explosivos. “Este es un comportamiento muy específico de los fuegos artificiales”, añadió.


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Los periodistas de The Associated Press Sarah El Deeb, Josef Federman en Jerusalén y Jon Gambrell en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, contribuyeron a este despacho.