Según James Cameron, director de las dos cintas más taquilleras de la historia (Titanic y Avatar), “Gravity” (Alfonso Cuarón, 2013) es “la mejor película espacial que se haya hecho”, aseveración que, obviamente, despierta una gran curiosidad para no perderse por nada del mundo la nueva realización del cineasta mexicano.

Lo cierto es que desde sus inicios este director nacido en el D.F. se ha distinguido por el preciosismo visual de sus obras, comenzando su recorrido con su opera prima “Sólo con tu pareja” (1991), a la que le siguieron “A Little Princess” (1995), “Harry Potter: The Prisoner of Azkaban” (2004), que para mí es la más entretenida de la saga Potter y, sobre todo “Children of Men” (2006), con la cual se consagró y terminó por ganarse el respeto del gremio debido a sus extensas secuencias de acción realizadas en una sola toma.

Lo bueno es que para guiarnos no sólo tenemos como referencia el gusto de Cameron, el cual no siempre resulta tan confiable como quisiéramos -recordemos que se extendió en halagos con el bodrio “Transformers 3” (Michael Bay, 2011). No, a la cinta de Cuarón le han llovido comentarios positivos por todos lados, desde el New York Times hasta las páginas especializadas en reseñas de cine, como Film Affinity, IMDb y hasta la exigente Rotten Tomatoes.

Y no sólo la trama del filme en cuestión posee hechos dignos de mención, ya que su mera realización resulta más que interesante para comentar; está, por ejemplo, el dato de que el propio director escribió la historia junto a su hijo Jonás (quien en 2007 dirigiera una película experimental hecha a base de fotografías llamada “Año Uña”); la inclusión en los roles protagónicos de los oscareados George Clooney y Sandra Bullock, actriz que últimamente ha sorprendido a propios y extraños por sus dotes histriónicos; y que para reproducir con veracidad la famosa gravedad cero se haya utilizado la mayor parte del presupuesto.

Un detalle extra para agradecer (y en serio), en lo cual he insistido siempre, tiene que ver con los trailers promocionales, mismos que, afortunadamente, esta vez se centran en mostrar segmentos de una misma secuencia, a diferencia de aquéllos que no tienen empacho en revelar momentos claves de la trama, buscando con ello (estúpidamente) atraer a una mayor cantidad de público.

La historia de “Gravity” se centra en la Dra. Ryan Stone (Bullock), una médica ingeniera en su primera misión, y Matt Kowalski (Clooney), el líder de ésta quienes, mientras realizan su trabajo en el exterior de su nave, sufren un poderoso impacto de desechos espaciales, los cuales destruyen su trabajo, los aleja de la nave y les hace perder comunicación con la Tierra.

El accidente deja a ambos científicos a la deriva, por lo que trabajar en equipo es su única posibilidad de supervivencia. El resto es una serie de secuencias tan desesperantes como aterradoras, enmarcadas todas en una belleza visual asombrosa, en donde el recurso del 3D no sólo sirve como vehículo para darle veracidad al entorno, sino que se convierte, además, en una herramienta efectiva que contribuye como nunca antes a una historia.

Las sensaciones provocadas por los ingredientes anteriores (incluido el duro entrenamiento de seis meses de Bullock), los asombrosos escenarios, la sensación de soledad de los personajes, la trama, pero sobre todo las técnicas cinematográficas plasmadas en logros visuales, redefinen (según los expertos y también yo) el género espacial, lo cual (ya dando rienda suelta al nacionalismo), es digno de celebración y reconocimiento.

IMPRESCINDIBLE por varias cosas: el ritmo y la tensión que provoca la historia, la actuación de Bullock y, ahora sí, por fin, el formidable uso del 3D. Hasta la próxima.


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Ernesto Portillo Jr. is editor of La Estrella de Tucsón. He can be reached at 573-4187 or netopjr@azstarnet.com