Jasin Boland/Universal Pictures/AP De los cinco capítulos de “Jason Bourne”, Matt Damon ha estelarizado cuatro.

Las buenas películas de espionaje son un verdadero placer para cualquier cinéfilo, incluso, es el único aderezo con el que su servidor puede engullirse a gusto el cine de acción, muchas veces atiborrado de persecuciones y balaceras gratuitas, ornamentadas con diálogos chafas y personajes caricaturescos.

Ejemplos de un buen cine de espías con dosis satisfactorias de acción son Munich (Steven Spielberg, 2005), un par de la saga Mission: Impossible, una que otra de las de Bond, pero sobresalen las siguientes tres: Ronin (John Frankenheimer, 1998), una joyita del género; The International (Tom Tykwer, 2009), en donde el alemán dio cátedra sobre el género y, por último, la adaptación de los famosos libros de Robert Ludlum sobre un agente amnésico que pone en jaque al orden mundial.

Jason Bourne (Paul Greengrass, 2016) es el quinto capítulo de la serie y el cuarto protagonizado por su actor/personaje original: Matt Damon (los anteriores fueron Identity, Supremacy y Ultimatum); aquí sería justo decir que incluso el protagonizado por Jeremy Renner (Legacy) mantuvo el nivel y no decepcionó en absoluto a la sólida base de fans.

En las tramas de las cintas previas pudimos atestiguar cómo el peligrosísimo agente, mientras se escabulle de asesinos de élite que intentan eliminarlo, va recuperando poco a poco su memoria, lo cual le permite darse cuenta de que sus exquisitas habilidades habían sido moldeadas en un proyecto gubernamental secreto para ser utilizado como mercenario al servicio de la CIA.

Así como Jason Bourne marca el regreso de su protagonista original (Damon), ocurre lo mismo con uno de sus directores emblemáticos (Greengrass), luego de que Doug Liman (Identity) y Tony Gilroy (Legacy) entraran al quite de un par de capítulos; eso sí, ninguno ha desentonado con el nivel de calidad en el producto, lo cual ha sido un sello característico de la franquicia.

Este quinto capítulo funciona perfectamente como una secuela de Ultimatum, con un Bourne (Damon, ya a sus 46 años) ya maduro viviendo en el anonimato y haciendo uso de sus facultades cuando es necesario para sobrevivir.

Sin embargo, el haber recuperado recuerdos sobre su vida pasada y conocer más sobre la naturaleza de su entrenamiento trae consigo aún más dudas a Bourne, quien se obsesiona por conocer a fondo la verdad que aún le ocultan las memorias que ha recuperado de su pasado.

Atizando estas dudas está Nicky Parsons (Julia Stiles), quien busca a Bourne para advertirle sobre algunas revelaciones que el agente tendrá que afrontar. Lo malo es que en la CIA están al tanto de este encuentro y, temerosos por la reacción de Bourne, intentarán detenerlo de cualquier forma antes de que sus acciones puedan comprometer su seguridad.

Completan el elenco Tommy Lee Jon, Alicia Vikander y Vincent Cassel.

Hasta la próxima.


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