Cuando se piensa en Guillermo Del Toro, lo primero que viene a la mente es el cine de horror, y es que desde su ópera prima, “Cronos” (1993), casi todas sus películas (hasta las que no ha escrito él mismo) se ubican en este género tan noble, con solamente dos dudosas excepciones: “Hell Boy” (2004) y “Pacific Rim” (2013), que aunque pertenecen al campo de la ciencia ficción y la fantasía, sospechosamente cuentan con una importante cuota de criaturas monstruosas.

Para sostener el punto no hay que escarbar mucho, basta pensar en “Mimic” (1997), “Blade II” (2002), “El Laberinto del Fauno” (2006) y hasta el best seller literario de La Trilogía de la Oscuridad, una saga en tres tomos que escribió al lado de Chuck Hogan.

Eso sí, no cabe duda de que lo que más llama la atención de este cineasta mexicano (nacido en Zapopan, Jalisco) es impresionar el ojo del espectador (o tal vez el propio), lo cual se puede notar fácilmente al reparar un poco en el área visual de todos sus proyectos, en donde el diseño de escenarios y de los propios monstruos concentra mucho de la creatividad del tapatío, a excepción (de nuevo) de su único trabajo de terror puro hasta el momento: “El Espinazo del Diablo”.

Es así como la carrera de este talentoso mexicano ha encontrado en el horror un terreno propicio para darle gusto a su inventiva, misma que no ha dejado de explotar en creaciones impresionantes desde que comenzara a hacer sus pininos en su natal Guadalajara en el área de diseño de maquillaje en su mítica compañía Necropia.

“Crimson Peak” (2015), su trabajo más reciente, promocionado como el filme más bello de su repertorio, significó una oportunidad inmejorable para que el cineasta aplicara su imaginaria al servicio de otro renglón que le interesa mucho: el diseño de escenarios.

Incluso los propios actores, en varias entrevistas, han insistido en el hecho de que la impresionante mansión en donde tiene lugar la historia es un personaje tan importante para el director como lo son los roles que ellos mismos interpretan.

La película cuenta la historia de Edith (Mia Wasikowska), una tímida chica que, a pesar de la oposición de su padre y su cuñada (Jessica Chastain), cae rendida a los pies del encantador y prometedor Thomas (Tom Hiddleston). El caso es que, luego de una serie de hechos trágicos y misteriosos, Edith y Tom unen sus vidas y la cándida joven va a parar a una enorme y elegante construcción conocida como Crimson Peak, de la que se comenta tiene vida propia y que está habitada por fantasmas.

Es así como el desfile de hechos sobrenaturales a la Del Toro da inicio, en donde cada rincón de la casa, incluido su decorado (objetos, muebles…) cobra vida; al mismo tiempo (no podía faltar), algunos seres sobrenaturales y aterradores intentan invadir el mundo real, posiblemente para espantar a sus habitantes o tal vez para comunicar un impactante secreto.

Será entonces cuando tanto el misterio que guarda Tom y la casa misma cobrarán significado. Completan el elenco Charlie Hunnam, Doug Jones y Jonathan Hyde. Hasta la próxima.


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