En 1893 aparecieron por primera vez las historias que en el futuro le darían forma a The Jungle Book o El Libro de la Selva, la clásica obra infantil que Rudyard Kipling escribiera en memoria de su hija Josephine (quien murió a los seis años) y que apareció en entregas a lo largo de un año en varias revistas. La aceptación fue tal que en 1895 apareció The Second Jungle Book, con cinco relatos más.

Aunque alrededor del mundo se han realizado numerosas adaptaciones (rusas, japonesas, etc.), sin duda la más famosa es la popular animación que Disney produjo en 1967 (cuya secuela en 2003 pasó sin pena ni gloria), la cual que se tomó bastantes libertades tanto en la trama como en los nombres de los personajes.

El primer intento de Disney por llevarla a la pantalla con acción real ocurrió en 1994, siendo el responsable tras la cámara el mismísimo Stephen Sommers (The Mummy, Van Helsing, G. I. Joe…), con Jason Scott Lee encarnando a un Mowgli ya casi adulto defendiendo a la selva de los humanos invasores. En esta versión tanto los animales salvajes como los escenarios que aparecen en pantalla son reales.

Buscando actualizar la historia para el espectador actual, este monstruo del entretenimiento realizó The Jungle Book (Jon Favreau, 2016), una nueva adaptación llena de acción vertiginosa, drama y los efectos especiales más impresionantes. Por cierto, a diferencia de la versión de 1998, la de Favreau (Iron Man, Cowboys & Aliens) se abstuvo de utilizar escenarios reales y animales de carne y hueso, dejándole ese trabajo a la computadora.

El filme cuenta las aventuras de Mowgli (Neel Sethi), un niño que crece en la selva junto a una manada de lobos, en donde Raksha (Lupita Nyongo) y Akela (Giancarlo Esposito) lo tratan como a un hijo; conscientes del peligro que corre, ambos lo ocultan del terrible Shere Khan (Idris Elba), un tigre que odia a los humanos debido a que uno de ellos lo dejó ciego de un ojo con su mítica rosa roja (el fuego).

Muy pronto, Shere Khan descubre la presencia del cachorro de humano, por lo que su familia de lobos decide encomendarle a la pantera Bagheera (Ben Kingsley) que devuelva al inquieto Mowgli a la civilización, antes de que el malévolo tigre rompa la tregua que prevalece en la selva.

En el proceso, el pequeño conocerá a algunos personajes realmente interesantes, como la peligrosa boa Kaa (Scarlett Johanson), el ambicioso y maquiavélico King Louie (Christopher Walken), quien quiere utilizar la mítica flor roja como herramienta de dominio y, sobre todo, al simpático Baloo (Bill Murray), un oso goloso y bienhumorado que se convertirá en su amigo y protector.

La cinta, además de ser realmente entretenida, logra un grado de espectacularidad notable. Y es que a pesar de que el único actor presente en los sets fue el niño Neel Sethi (Mowgli), ni los escenarios ni los animales generados en computadora desentonan en ningún momento; al contrario, es tanto el nivel de veracidad en los gráficos que, en lo personal, me resultó estéticamente abrumador.

Por cierto, esto de la rivalidad entre Disney y Warner Bros. va en serio: no contentos con pelearse el mercado de los superhéroes (Disney/Marvel contra Warner/DC Comics), Warner ya tiene lista su propia versión del clásico de Kipling (se llamará sólo Jungle Book) que, según Andy Serkis, su director, será una versión mucho más oscura que la de Favreau. El proyecto contará con las voces de Christian Bale, Cate Blanchet, Benedict Cumberbatch y otros. Habrá que ver.


Become a #ThisIsTucson member! Your contribution helps our team bring you stories that keep you connected to the community. Become a member today.