Elva Ibarra, seguida por Adrianna Virgen, asistente médica, ingresa a la Clínica del Programa Móvil de Salud de la UA el 15 de junio de 2021. Los martes, la clínica móvil se estaciona en la Iglesia Presbiteriana de San Marcos, en el 3809 E 3rd St. en Tucsón, y atiende a personas de bajos ingresos y sin seguro. La clínica ofrece atención prenatal.

Esta nota fue coproducida por el Programa Móvil de Salud del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria del Colegio de Medicina de la Universidad de Arizona, el cual ofrece atención médica familiar y prenatal gratuita para cualquier persona.

Encontrar un médico que hable tu idioma, te dedique tiempo y muestre interés por tu salud integral es un lujo en Estados Unidos. Un lujo gratuito para los pacientes sin seguro o de bajos ingresos de la clínica móvil de la Universidad de Arizona.

Y especialmente para las mujeres embarazadas que reciben ahí su atención prenatal.

“Lo que nosotros como doctores podemos hacer con todos nuestros pacientes es escucharlos y atenderlos como se debe”, dijo la Dra. Ana Gonzales, directora médica del Programa Móvil de Salud de la UA. “Les ayudamos no solo con su salud, sino a enteder qué está pasando socialmente con ellos”.

El Programa Móvil de Salud de la UA fue creado en 1976 por los esposos Augusto y Marta Ortiz para llevar servicios de salud a comunidades rurales del sur de Arizona. Con el tiempo ha ido adaptándose a las circunstancias. Ahora forma parte del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de la UA y cuenta con dos unidades móviles, una que brinda servicios de medicina familiar y otra enfocada en el cuidado prenatal.

Dra. Ana Gonzales, directora médica del Programa Móvil de Salud de la UA.

Además de la Dra. Gonzales, las doctoras Elizabeth Kyle Meehan, Nicole Person-Rennell y Krista Sunderman ofrecen sus servicios en las clínicas del programa, junto con un equipo de otras seis personas que incluye a una enfermera, una asistente médica y una trabajadora de salud comunitaria. También colaboran ahí decenas de médicos del programa de residencias de Medicina Familiar y Comunitaria de la UA, quienes no solo atienden a las mujeres en sus consultas prenatales, sino que en muchas ocasiones las acompañan en el parto.

El programa, que es completamente gratuito para cualquier persona, tiene la doble misión de cuidar la salud de la comunidad no asegurada y de bajos ingresos y de proporcionar a los médicos residentes un espacio de aprendizaje en el que se involucren en la atención integral de los pacientes, dijo la Dra Meehan.

Elizabeth Kyle Meehan, profesora asistente de medicina familiar y comunitaria, el 15 de junio de 2021.

“Cuidamos a todos”, agregó Meehan. En el área prenatal, “queremos dar apoyo a toda la familia, no nomás a la mujer. Es muy importante dar información a la familia, porque los padres cuando tienen confianza pueden cuidar mejor a su bebé, y los residentes cuando pasan tiempo suficiente con los pacientes aprenden mejor”.

El programa subsiste mediante donativos y subsidios como el Fondo Ortiz, establecido en el año 2000. Pero, además, la rama de servicio prenatal de la clínica móvil tiene un ángel: la doctora Lynn Coppola, ginecóloga obstetra quien de forma voluntaria atiende a pacientes que presentan embarazos delicados y proporciona el equipo para la realización de ultrasonidos especializados.

El Programa Móvil de Salud trabaja de cerca con una diversidad de organizaciones sin fines de lucro a donde los pacientes son enviados para recibir apoyos adicionales. En el área de medicina familiar, por ejemplo, hay un enfoque remarcado en la atención y prevención de la diabetes tipo 2, lo cual implica educar a la comunidad sobre el tema.

“Hay muchos factores que afectan la salud de una persona. En medicina familiar sabemos cómo mirar a esa comunidad entera”, dijo la Dra. Ana Gonzales, de origen peruano. Ella y la Dra. Meehan hablan español, además de otros integrantes del equipo que asisten con traducciones e interpretaciones entre médicos y pacientes cuando es necesario.

Pero si la Dra. Coppola es un ángel, el equipo de trabajo de las clínicas móviles son una corte de serafines.

Hace tres años, el esposo de una paciente prenatal de la clínica móvil murió una semana antes del parto. La paciente venía de una isla de Asia, del mismo lugar de origen de una de las estudiantes de medicina que hacía ahí su residencia. “Todos quisimos apoyar, y donamos de nuestro bolsillo $700 para comprarle la silla del carro y ropa al bebé”, narró la Dra. Meehan.

“No sé qué hubiéramos hecho”

En una mañana de martes a mediados de junio, una pareja joven llegó a la clínica móvil en la Iglesia Presbiteriana Saint Mark’s, por la 3rd Street, cerca de Alvernon. No era la primera vez que Elva y Héctor Ibarra acudían al Programa Móvil de la universidad. Elva había sido atendida ahí en dos embarazos anteriores.

El Dr. Daniel Luccock, residente en medicina familiar, intenta encontrar los latidos del corazón del bebé de Elva Ibarra durante su cita en la clínica del Programa Móvil de Salud de la UA el 15 de junio de 2021. Este es el tercer embarazo de Elva, todos atendidos en la clínica móvil.

“No sabíamos qué hacer”, cuenta Héctor de la primera vez que su esposa estuvo embarazada. Fueron a una clínica de salud para la mujer y de ahí los dirigieron al Programa Móvil de Salud, donde podían atenderlos sin seguro médico.

Con la guía y atención del personal de las clínicas móviles del programa, los Ibarra han podido transitar por experiencias extremas.

De los dos embarazos previos de Elva, solo uno llegó a su término. Los Ibarra dicen que los médicos, resientes y personal del Programa Móvil de Salud fueron cruciales tanto para superar la dolorosa pérdida como para afrontar la paternidad primeriza hace dos años.

“Fue una ayuda grande, porque no sé qué hubiéramos hecho sin tener el dinero, con la preocupación de estar solos, sin tener ayuda de cómo se hacen las cosas”, dijo Héctor, quien durante el segundo embarazo de Elva tenía un empleo, pero no alcanzaba a recibir el beneficio de la seguridad médica.

El año pasado, la pandemia lo dejó desempleado.

Acudir a la clínica del programa móvil fue la primera opción de la pareja mexicana ante el tercer embarazo, y no solo por la situación económica, sino por la experiencia previa.

“El doctor que era el director aquí (Dr. Ravi Grivois-Shah) estaba en las consultas y estuvo en el parto de mi hijo en Banner”, dijo Héctor sobre la atención que recibieron en 2019.

El embarazo actual de Elva Ibarra, de 31 años, está en los primeros meses. La pareja y su pequeño Héctor, de 2 años, están felices y ansiosos por la llegada de un nuevo integrante a la familia. “Ojalá sea una niña, primero Dios”, dijo Héctor papá, “pero lo que sea será bien recibido”.

Adrianna Virgen, asistente médica, toma los signos vitales de una paciente antes de su cita en la clínica del Programa Móvil de Salud de la UA el 15 de junio de 2021 en la Iglesia Presbiteriana de San Marcos, 3809 E 3rd St. en Tucsón.

La familia Ibarra representa uno de un aproximado de 50 embarazos que el programa atiende por año. Desde 2003, unas 225 mujeres sin seguro médico han recibido atención prenatal para toda la familia en un proyecto innovador de atención prenatal grupal, según la página de internet del programa. Las mujeres reciben opciones para dar a luz en Banner University Medical Center, ya sea consiguiendo AHCCCS o mediante un plan de pagos.

Incluyendo los servicios de medicina familiar, unas 2,400 personas son atendidas cada año mediante el programa.

Para hacer una cita en una de las dos clínicas del Programa de Salud Móvil de la UA llama al (520) 771-5570. Para revisar la ubicación de las clínicas móviles, consulta el calendario mensual en la página de Facebook del programa en https://www.facebook.com/mobilehealthprogram.


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Liliana López Ruelas es editora de La Estrella de Tucsón. Contáctala en llopez@tucson.com