Soria

Jeffry Scott / La Estrella de Tucsón

Óscar Soria, comentarista en español de Los Dbacks y columnista de La Estrella de Tucsón.

Al terminar el primer mes de temporada de la Major League Baseball había 12 peloteros a ritmo de pegar más de 50 jonrones en el año. Se entiende que es muy difícil mantener el ritmo, lo cierto es que con cinco que aguanten el paso se estaría superando un récord que se impuso en 1998 y se empató en 2001, años que se relacionan con el uso de esteroides.

Cody Bellinger está resultando la principal figura. El cañonero de Los Angeles Dodgers está en un inicio de ensueño, porque aparte de los cuadrangulares que está pegando, cerró el primer mes con un promedio de bateo superior a 400.

Además de los cuadrangulares, también los ponches están a la orden del día, son estadísticas que van de la mano.

Son cinco los pitchers que van a ritmo de ponchar a más de 300 enemigos. Quitando los años del siglo 19, jamás se ha dado una temporada donde tres serpentineros rebasen los 300 strikeouts.

Gerrit Cole de los Houston Astros y Max Scherzer de los Washington Nationals son los mejores a la hora de hacer fallar al enemigo, el problema es que ambos, sobre todo Cole, están recibiendo más cañonazos que de costumbre.

Se ha estado manejando que la falta de acción, de pelotas en juego, tiene preocupados a los directivos de la MLB. Es fabuloso que se incremente la presencia del batazo rey, el jonrón, pero el costo está resultando alto, hay menos acción en el campo de juego.

Durante la semana estuvo en Phoenix el zurdo veterano C.C. Sabathia, llegó lanzando con los New York Yankees y se convirtió en el pitcher número 17 en la historia en arribar a 3 mil ponches.

Hacía más de una década que no se incrementaba el grupo de los lanzadores con al menos 3 mil strikeouts en la MLB, desde que lo logró John Smoltz en 2008, de modo que resultó un importante acontecimiento lo de Sabathia en Phoenix. Pero a como se está tornando el juego ahora, el 2019 pudiera ser el inicio de varios años seguidos viendo a pitchers uniéndose a ese grupo.

Es altamente probable que el 2019 sea el inicio de una racha de cinco o más años seguidos viendo al menos a un pitcher arribando a los 3 mil ponches.

Justin Verlander deberá unirse al grupo al final de este año o a más tardar en las primeras apariciones del 2020. Luego le deberá tocar el turno a Max Scherzer, enseguida, parece, será Zack Greinke, por ahí de la temporada del 2021. Quizás le toque después al venezolano Félix Hernández, sería el segundo latino en la historia, acompañando al dominicano Pedro Martínez.

Cole Hamels, Clayton Kershaw y Jon Lester seguramente ingresarán al club entre las campañas de 2022 y 2023; todos tienen la edad para pensar que pueden lograrlo, además de estar activos en esta época de búsqueda de jonrones y alta probabilidad de ponche.

Lo que me parece curioso de la actualidad, pero igual pudiera tener relación con esta combinación de jonrones y ponches, es cómo se ha elevado la importancia de poner un buen equipo defensivo en la MLB.

¿Para qué darle prioridad a la defensiva si hay menos acción que antes? Pero, precisamente, luce como una buena estrategia defensiva que ha llevado al juego a este punto de obligar al bateador a buscar más la barda y por ende elevar la probabilidad de poncharse.

Ante las formaciones especiales a la defensiva y excelentes guantes que hay en el campo de juego, por lo visto el ofensivo ha intentado recurrir a no batear por abajo sino a buscar la barda.


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