Theresa Lee WWII

Courtesy of Lee family

Theresa Lee se enlistó a la Corporación de Enfermeras del Ejército de EE. UU. en 1943. Su nombre sigue vivo en un nuevo centro de salud.

Su familia la llama la Tía Tedda.

Pero para mucha gente que escuchó su voz suave, que sintió sus manos cariñosas o se apoyó en su sabio consejo, la Tía Tedda era Theresa Lee, enfermera de servicio público trilingüe que trabajó en barrios y reservas de Tucsón.

Fue una mujer pionera. Nació y fue criada en la frontera. Prestó servicio durante la guerra. Y fue la primera de una minoría étnica en fungir como enfermera de salud pública del Condado Pima.

“Era una de esas personas muy cálidas y muy cariñosas”, dijo su sobrina nieta Sylvia Lee, presidenta de la Mesa Directiva del Colegio Comunitario Pima. “Se preocupaba mucho por la gente, por aquellos que tenían menos”.

Por años, el nombre de Theresa Lee estuvo unido a la clínica de salud pública del condado ubicada en el 332 S. Freeway, en la lateral de I-10 cerca de West Crongress. El edificio, que tiempo atrás había sido el viejo centro de detención juvenil Madre Higgins y después la primera sede de la Clínica El Rio, fue derribado recientemente. Sin embargo, su nombre fue llevado al Centro de Salud Pública Theresa Lee, de 929 metros cuadrados y dos millones de dólares, ubicado en el suroeste de la ciudad, en el 1493 Commerce Court.

Mantener el nombre de Theresa Lee en la clínica sigue siendo apropiado, dado el compromiso y dedicación de Lee hacia comunidades desamparadas en las que trabajó después de la Segunda Guerra Mundial, como parte del Departamento de Salud Pública del Condado Pima desde 1948 hasta su jubilación en 1971.

Silvia Lee dijo que su tía encajaba a la perfección trabajando en el sur de la ciudad y sus límites, incluyendo Old Pascual Village, cerca de West Grant y North Oracle, y la nueva Reserva Pascua Yaqui en West Valencia, dijo Lee.

Su tía, quien vivía en el sur de la ciudad, hablaba inglés, español y chino con fluidez. Daba clases de niños saludables. Dirigía clínicas. Realizaba visitas en casas, yendo a donde más se necesitaba el cuidado de salud y a donde muy pocos cuidadores de salud entrarían.

La Tía Tedda era reservada sobre su trabajo, no buscaba atención ni reconocimientos.

“Nunca hablaba de lo que hacía. Simplemente lo hacía. Lo veía como una vocación. No se veía a sí misma como pionera, dijo Sylvia Lee.

Pero su tía abuela sí habló de su trabajo. Habló con su sobrina, la mamá de Lee, Sofía Lee Reynolds. La Tía Tedda reclutó a la mamá de Lee, quien también hablaba español, para que se convirtiera en enfermera de salud pública. Y por 42 años, la mamá de Lee, hasta su jubilación a finales de los ochentas, trabajó en los mismos vecindarios, viendo a las mismas familias multigeneracionales que veía la Tía Tedda.

“Hasta este día sigo recordando a Tedda y a mi mamá hablando de los niños a los que cuidaban”, dijo.

La Tía Tedda contrató también a otra sobrina, Ida Surh, quien trabajaba como enfermera de quirófano.

Theresa Lee, quien murió el 25 de abril de 1977, creció en Nogales, Arizona, pero se sentía igual de cómoda en Nogales, Sonora. Sus padres, nacidos en China y emigrados a Sonora, tenían una pequeña tienda de comestibles en Morley Street, en Nogales, Arizona.

Su sobrino, Mike Tom, un tucsonense radicado en el área de Los Ángeles, dijo que la Tía Tedda y su familia estaban muy compenetrados con la frontera y la identidad mexicana.

“Eran mexicanos por el idioma y la cultura. Lo único que yo escuchaba en casa era el español. Cada festejo era a la mexicana. Comíamos tamales y pozoles en los días de fiesta”, dijo Tom. “Yo creía que era mexicano”.

La familia de Tedda se mudó a Tucsón, de donde graduó de la preparatoria Tucson en 1924, según Tom, el historiador de la familia. Su tía fue a San Francisco, ahí recibió formación como enfermera en el Hospital San Francisco, la cual concluyó en 1927.

Para 1937, la Tía Tedda estaba certificada como enfermera pública en California.

Cuando la guerra se volvió realidad en 1942, ella se enlistó al siguiente año en la Corporación de Enfermeras del Ejército de Estados Unidos. Recibió una comisión de oficial y prestó servicio en Europa y en el Pacífico. Dejó el servicio militar en 1946 como capitana, habiendo ganado muchas menciones y medallas.

Tom dijo que su tía, además de brindar cuidados de salud, inspiró a miembros de su familia, incluido él mismo. Tom egresó de la preparatoria Tucson en 1960 y estudió dos carreras de ingeniería en la Universidad de Arizona.

“Ella fue una de las primeras profesionistas de la familia. Inspiró a los demás”, dijo.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo al 573-4187 o en netopjr@tucson.com.