Nogales, Sonora.- Con motivo del Día Internacional del Migrante, el pasado sábado, 18 de diciembre, decenas de migrantes, algunos en familias completas, hicieron una procesión rememorando el viaje de la Sagrada Familia en busca de refugio.
Aproximadamente 200 migrantes que esperan asilo en Nogales, Sonora, se reunieron en la plaza Pesqueira, ubicada junto a la garita Dennis DeConcini y caminaron por la calle Internacional hasta llegar a las instalaciones de la organización Iniciativa Kino para la Frontera, localizadas a pocos metros de la garita Mariposa. En la procesión estuvieron acompañados por líderes religiosos de Arizona y de dicha organización.
Mientras caminaban, a través de un equipo de sonido que transportaban en una camioneta roja, le pedían al presidente Joe Biden, de los Estados Unidos, que reactive el asilo.
“¿Qué queremos?”, preguntaba una persona y, en coro, los marchantes respondían, “¡asilo!”. En el camino también oraron y compartieron testimonios de momentos en los que han sufrido malos tratos o han sido víctimas de violencia en México. Aunque provienen de diferentes naciones, sobre todo centroamericanas, estas personas y familias tienen en común el deseo de encontrar un lugar donde vivir en paz, pues en general huyen de la violencia y la desigualdad social en sus países de origen.
Al llegar a las instalaciones de la Iniciativa Kino, los migrantes realizaron una posada. Los niños disfrutaron quebrando una piñata y recogiendo dulces. Gia del Pino, directora de comunicaciones de Iniciativa Kino para la Frontera, comentó que se trató de una posada binacional. Rememorando la historia de la Sagrada Familia, algunos migrantes se vistieron como José y María y llamaron a la reflexión en torno a la historia de quienes hace dos mil años también huían de la violencia y persecución y estaban en el exilio buscando refugio.
Aunque no se tiene un número exacto de migrantes, se estima que hay miles de personas esperando en Nogales una oportunidad de asilo. “En Iniciativa Kino hemos servido más comida que nunca y lo que estamos viendo son familias enteras que están huyendo de sus comunidades”, mencionó Del Pino.
Karla, una migrante originaria del centro de México, relató que llegó a Nogales hace siete meses junto con su esposo y su hija de 3 años. En el camino fueron asaltados y se quedaron sin dinero, pero con la intención de buscar una mejor vida llegaron a la frontera. La migrante pide al presidente Biden que los ayude, pues no es fácil estar en la frontera.
Walter Jeresano, un migrante originario de Honduras, también compartió su testimonio. Él llegó hace dos meses a Nogales en compañía de su esposa y sus tres hijos de 4, 6 y 8 años. No tenían otra cosa que la ropa que llevaban puesta. No conocían a nadie y tampoco contaban con dinero. Todos salieron del país luego de que Jeresano fuera amenazado por pandilleros en su trabajo, y de que su cuñado, con quien trabajaba, fue asesinado.
En la procesión también participó el Obispo Edward J. Weisenburger de la Diócesis de Tucsón, quien expresó su solidaridad con los migrantes. Él considera que las personas tienen el derecho a emigrar cuando se viven situaciones de hambre, miedo y necesidad. Agregó que se necesita una reforma migratoria para que se pueda recibir a las personas en estas condiciones.