Para hablar de “BlacKkKlansman” (Spike Lee, 2018), tal vez la cinta más controvertida de todas las estrenadas en el año, valdría la pena contextualizar primero al espectador sobre los inicios de la terrible organización sobre la cual girará su sorprendente trama.

El Ku Klux Klan tiene una fecha y un lugar de nacimiento exactos: el 24 de diciembre de 1865 en Pulaski, Tennessee. El objetivo de los seis veteranos la Guerra Civil que lo fundaron era bastante simple: manifestar su molestia por la situación que privaba en su pueblo.

Se dice que en sus inicios llegó a funcionar como una especie de club social y que sus integrantes, principalmente jóvenes, enfundados en amplias sábanas y máscaras, salían por las noches a realizar travesuras que asustaban o divertían a la población.

Sin embargo, al término de la guerra y al iniciar la reconstrucción del país, las cosas se tornaron cada vez más serias, pues fueron precisamente los estados del Sur los que padecieron de manera más directa los cambios, los cuales dictaminaban el fin de esclavismo y, por lo tanto, la liberación obligatoria de sus esclavos negros.

Fue en este periodo de reconstrucción que la organización agregó tres nuevos objetivos a su agenda: rechazar y enfrentar a los oportunistas provenientes del Norte, quienes se sentían con el derecho de aprovecharse de ellos por ser los vencedores; oprimir a los blancos sureños que durante la sangrienta confrontación habían apoyado al Partido Republicano y, por último, la que se convirtió en su principal misión: atemorizar y atacar a los liberados esclavos negros.

El nombre lo tomaron del vocablo griego Kuklos (círculo), el cual dividieron en dos, agregando la palabra Klan, además de la “x” y la “k” para causar más impacto. Por cierto, alguna vez leí en un cuento sobre Sherlock Holmes (“Las cinco semillas de naranja”) que Ku Klux Klan resultaba elocuente porque reproducía el sonido que se obtiene al preparar el disparo de un rifle.

BlacKkKlansman es una película que cuenta la historia de Ron Stallworth (John David Washington), un determinado agente de la ley que se convirtiera en el primer detective afroamericano en integrarse a las fuerzas del departamento de policía de Colorado Springs.

Como era de suponerse, el maltrato racial no tarda en aparecer, por lo que Ron solicita ser transferido para trabajar como un oficial encubierto. Es ahí donde, luego de una primera misión en donde le toca experimentar nuevamente el odio racial en carne propia (posteriormente tendría la oportunidad de resarcir el daño), Ron encuentra en el periódico algo que en el futuro se convertiría en el caso de su vida: un anuncio para unirse al Ku Klux Klan.

Ya reasignado al departamento de inteligencia, a Ron se le ocurre llamar y finge ser un hombre blanco interesado en integrarse a la organización. La llamada tiene éxito, así que el paso siguiente es entrevistarse en persona, por lo que Ron recluta a su compañero Flip Zimmerman (Adam Driver), quien es judío, por cierto, para hacerse pasar por él y buscar abrirse paso en la peligrosa organización y descubrir posibles ataques terroristas.

Posterior a eso comienza la iniciación y el ascenso de Ron/Flip en el famoso klan, a tal grado que llegan a conocer al mismísimo David Duke (Topher Grace), quien fungía en ese entonces como Grand Wizard en Luisiana y así impedir, gracias a su labor encubierta, una operación terrorista.

Completan el elenco Laura Harrier, Isiah Whitlock Jr., Robert John Burke y Alec Baldwin como el Dr. Kennebrew Beauregard.

Hasta la próxima.


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