Anima Estudios

Qué difícil es competir en el renglón de la animación con monstruos descomunales como Pixar, Dreamworks, Blue Sky, Warner Bros. etc., por el simple hecho de que estas compañías tienen todo el dinero del mundo para invertir y acaparar el mercado de exhibición, asegurando así la recuperación del dinero invertido.

Esa es precisamente la complicada situación que tienen que enfrentar cintas animadas que han sido producidas por compañías menores de industrias y países mucho más modestos, como es el caso de la argentina Metegol (2013), las españolas Planeta 51 (2009) y Tadeo, el explorador perdido (2012) o las mexicanas Don Gato y su pandilla (2011), Una película de huevos (2006), entre otras.

Los últimos dos ejemplos son esfuerzos importantes de la producción mexicana por entrar al mercado de las cintas animadas (tan lucrativo en México), algo que resulta riesgoso por el hecho de tener que convencer al público educado en el gusto hollywoodense de que el suyo es un producto por el que vale la pena pagar un boleto de entrada.

Lo anterior es algo que sí han conseguido hacer con mediano éxito la serie de cintas La leyenda de la Nahuala (2007), La leyenda de la Llorona (2011), La leyenda de las Momias de Guanajuato (2014) y La leyenda del Chupacabras (2016), productos bastante decentes que, con muchas libertades creativas, intentan rescatar varios aspectos de la cultura nacional, conformada de supersticiones, mitos y leyendas.

Para acrecentar la franquicia “Leyendas”, producidas por Ánima Estudios, líder en animación en Latinoamérica y con sede en la Ciudad de México, se integra ahora La leyenda del Charro Negro (Alberto Rodríguez, 2018), una producción que, al igual que las anteriores, está realizada con gráficos de gran calidad y un guion pensado para entretener a los más pequeños de la casa.

La cinta, ubicada a inicios del siglo XIX, nos cuenta una aventura más de Leo San Juan (el personaje central en todas las entregas), un niño valiente y dotado de ciertas cualidades quien, luego de enfrentarse al Chupacabras (y todos los entes enlistados en los títulos anteriores), decide regresar con su hermano Nando a casa de su abuela en su amada ciudad (Puebla).

En esas estaba cuando, de pronto, a mitad de camino se topa con un extraño personaje conocido como el Charro Negro, quien logra envolver a Leo (voz de Benny Mendoza) en una situación llena de enredos que termina por mandar al inframundo a una niña inocente. Es entonces que el pequeño aventurero se siente con la obligación de resolver la situación de inmediato.

Afortunadamente, sus amigos se harán presentes para ayudarle en su misión; sin embargo, no será nada fácil, sobre todo porque todo el asunto no es otra cosa que un plan que ha urdido el oscuro personaje para involucrar a Leo con la intención de, entre otras cosas, adueñarse de su alma.

Completan el elenco las voces de Eduardo España (Evaristo), Emilio Treviño (Nando), Annie Rojas (Xochitl), Andrés Couturier (Don Andrés) y Erick Elías (como el Charro Negro).

Hasta la próxima.


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