David García recuerda lo entusiasmado que se sintió después de su primer trabajo de jardinería ayudando a su abuelo a organizar sus herramientas y acompañándolo en un trabajo secundario en Douglas. Ganó $5 dólares por el trabajo del día y, como lo haría cualquier estudiante de cuarto grado, lo derrochó de inmediato.
“Me compré un montón de bolas de chicle y unos nachos y lo compartí con mis hermanos y hermanas”, dice García, ahora de 35 años. “Mi abuelo encendió un poco esta llama; fue como enseñarle a una persona a pescar y alimentarla de por vida”.
Durante gran parte de su vida, García se ha ganado la vida en la jardinería. Pero él llama “paisajismo con propósito” y “hacer el bien para el barrio” al trabajo no remunerado que realiza con el nombre de Barrio Restoration (Restauración del Barrio), es decir, limpiar y embellecer las curvas, aceras y rotondas en el lado sur de Tucsón en su tiempo libre.
“Lo que estoy tratando de hacer no es solo proporcionar a mi vecindario calles limpias, es más que eso”, dice. “Cuando voy a una entrevista de trabajo, me voy a ver fresco, me haré un corte nuevo. Y nuestras calles necesitan un corte fresco, porque eso es lo que estamos presentando, y si mantenemos nuestras calles limpias les mostramos a la comunidad y a las personas que vienen a nuestros vecindarios que nos preocupamos y respetamos nuestros barrios también”.
Durante los últimos dos años, tan a menudo como puede durante la semana después de un día completo de su trabajo diario y los fines de semana, García se pone su sombrero de ala ancha, carga sus herramientas en el “camión de trabajo” de Barrio Restoration -un triciclo estilo lowrider rosa con un remolque para bicicletas-, prende las cumbias y se dirige a un área descuidada en su vecindario para recoger basura, arrancar hierbas y pasto seco y regar las plantas.
Si tiene los suministros, siembra nuevas plantas o agrega un poco de grava decorativa, dando nueva vida a lugares en diferentes vecindarios del lado sur.
“Es como mi propio desfile”, comenta. “Me gustaría que la gente pensara que cuando escuchan a alguien dando golpes, es el tipo de la bicicleta limpiando las calles”.
En su trabajo diario, García es supervisor de una organización sin fines de lucro donde trabaja con adultos con discapacidades intelectuales. A través de su trabajo, ha visto cómo la inversión del gobierno local, de las empresas y las organizaciones ayuda a proporcionar recursos para que las comunidades y los vecindarios estén bien atendidos.
“Me pregunto, ‘¿por qué mi vecindario no puede parecerse al vecindario de Midvale?’. Tienen grava ahí y todo está bien cuidado. Vas al lado norte de la ciudad y todo es nuevo, tienes obras de arte, tienes plantas y la ciudad o cualquier impuesto o dinero que reciben paga por eso. Creo que el lado sur está descuidado con algunos de esos recursos”, dice.
Entonces, como una operación de “un hombre, una pala”, García se propuso hacer lo que pudiera. Primero limpiando las banquetas de las casas en su calle y luego moviéndose lentamente hacia otras calles en el vecindario de Fairgrounds, donde vive.
Limpió la acera frente a la escuela primaria Van Buskirk, donde sus hijos estudian, después de notar que muchos niños evitaban usarla porque el césped estaba demasiado crecido. Además de las calles del vecindario, también ha trabajado en calles con mucho tráfico, como tramos de la Avenida Doce.
En los últimos meses, ha ayudado a liderar limpiezas en otros vecindarios del lado sur en asociación con organizadores comunitarios y pequeñas empresas de Sur Tucson, en Las Vistas y hace unas semanas a lo largo de Rodeo Wash Greenway como parte de un día de servicio para conmemorar el día de César Chávez.
Si bien García se enfoca en embellecer las áreas públicas, todavía acepta trabajos secundarios residenciales, pero no para beneficio personal, sino para volver a Barrio Restoration a cambio de tarifas de descarga, materiales y herramientas.
“Les hago saber que no solo están limpiando su jardín, están limpiando el vecindario”, dice sobre cualquier trabajo residencial que hace. “Entonces, saben que debido a que me están permitiendo brindar este servicio, también están contribuyendo con sus vecinos, con el vecindario y esta área”.
También recibe donaciones en aplicaciones como PayPal y Cash App y, a veces, le donan plantas u otros materiales.
Cuando vio que se habían desechado decenas de llantas cerca de un autolavado junto a las vías del tren, donde la gente comúnmente tira la basura, las sacó y las reutilizó en macetas gigantes y las pintó con diseños de cactus y agave, algunos de los cuales usa para decorar lugares en el vecindario, como una rotonda en Michigan Drive y Seventh Avenue y otros que está vendiendo para recaudar dinero para Barrio Restoration.
Las cuatro hijas de García, unas gemelas de 6 y otras dos de 13 y 15 años, además de su esposa, seguido se unen a él para ayudarlo. A las niñas no les gustó al principio, pero después de ayudar un par de veces, han dominado las cosas.
En medio de la pandemia, les ayuda a salir y desconectarse de sus dispositivos, dice García. Hay algunos niños del vecindario que también vienen a ayudar cuando ven a García afuera trabajando.
“Les estoy mostrando (a los niños) lo que importa, y nuestro vecindario importa, nuestra comunidad importa y quiero que vean eso y no olviden que de aquí es de donde venimos”, dice. “Solo quiero que mis hijas aprendan que, cuando das, el karma devuelve y que sepan que su papá hizo todo lo posible para tratar de crear algo grande para asegurarse de que sean buenas y hagan lo mismo cuando tengan hijos también”.
Con el tiempo, ha visto el efecto dominó de sus esfuerzos. Los vecinos, que solían criticar lo que veían cuando él trabajaba gratis, ahora mantienen sus patios en buen estado, los niños tienen calles limpias para jugar y aceras para ir a la escuela, y García ha conocido a muchos más de sus vecinos por estar en la comunidad con tanta frecuencia.
Giselle Delcid, de 21 años, ha vivido en el vecindario Fairgrounds toda su vida y es la cuarta generación de su familia que vive en el barrio. Le encanta el sentido de comunidad que siente entre sus vecinos y cómo todos se conocen y se ayudan mutuamente.
Conoció a García y se enteró de su trabajo hace unos meses después de ver una publicación sobre Barrio Restoration en Instagram.
“Realmente me sorprendió saber que aquí está este tipo que debería estar descansando en este momento, que debería tomarse el fin de semana para celebrar o relajarse o hacer lo que sea con su familia y, en cambio, está limpiando el vecindario, limpiando el frente de algunas casas que no están bien cuidadas, solo por la bondad de su corazón”, señala Delcid.
Ella dice que el trabajo de García ha ayudado a promover un sentido de orgullo comunitario y la ha inspirado a ella y a su madre a reiniciar su asociación de vecinos para unir a la comunidad para que sus preocupaciones sean escuchadas y abogar por los recursos de la ciudad.
“Creo que realmente ha provocado un cambio y creo que realmente está dando ejemplo, no solo para su familia, sino para muchas otras familias”, cometa. “Creo que sus hijos son un gran ejemplo de las generaciones futuras que se comprometen con sus vecindarios y creo que es muy emocionante verlo y tengo muchas esperanzas de que podamos mantener esto y que podamos mantener este tipo de fuego realmente encendido”.
García tiene una visión más amplia para Barrio Restoration: espera algún día obtener fondos de empresas u organizaciones para ayudar a apoyar el trabajo y crear oportunidades de trabajo para las personas necesitadas, ya sea que trabajen con la comunidad de personas sin hogar, o personas en recuperación o que tengan discapacidades.
“Solo quiero poder brindar algo de asistencia, orientación, apoyo con solo levantar la pala, cortar un poco de pasto y darle a esa persona algunos fondos para el día”, dice. “Hay tantas ideas, tantas cosas que podemos hacer, sin embargo, ahora solo soy yo”, dice.