De todos los monstruos que la cultura popular ha plasmado en el cine y la literatura, sólo el vampiro ha corrido con la suerte de ser estilizado para resultar, de alguna manera, atractivo a la pupila, al grado tal que su maldición es percibida por sus fans (sobre todo del lado de las féminas) como un encanto seductor.

Por otra parte, el hombre lobo, la momia y el zombi, las otras tres criaturas que completan el cuarteto de seres sobrenaturales, han tenido que permanecer siempre en la ignominia y han sido degradados en el renglón de la inteligencia y la seducción, conformándose con perseguir a sus víctimas humanas para aterrorizarlas, desmembrarlas o devorarlas, pero jamás aspirando a ser su media naranja. Por cierto, Warm Bodies (Jonathan Levine, 2013) y otras curiosidades del tipo sólo sirven como excepciones para confirmar la regla.

Eso sí, no cabe duda de que los que dominan el mundo del cine son el vampiro y el zombi, quienes siempre tienen a alguna presencia representándolos en estos medios, secundados por el hombre lobo y la momia.

Por cierto, este ser sobrenatural que suele cubrirse de pies a cabeza con gruesas vendas (una que otra deshilachada), es quien ocupa el último lugar del grupo (por lo menos en tiempo efectivo en pantalla). Sin embargo, mal que bien se las ha arreglado para seguir vigente en el imaginario colectivo con obras de distintos niveles de calidad.

Ahí están las aún vigentes versiones de 1932 (Karl Freud), la de 1959 (Terence Fisher) y la desangelada franquicia que inició Stephen Sommers en 1999, además de que no se puede hablar de la presencia de esta criatura en el cine sin mencionar los nombres de Boris Karloff, Christopher Lee o Brendan Fraser (hablando de desangelados), quienes han encarnado a la enigmática momia o se han enfrentado a ella.

“The Mummy” (Alex Kurtzman, 2017) es la actualización más reciente de esta historia de terror que en tiempos recientes reviró descaradamente hacia la acción y la fantasía; la película, por cierto, cuenta con Tom Cruise (aún en buena forma) en el protagónico, intentando con ello dejar atrás el mal sabor de boca que dejó la franquicia encabezada por el ya casi olvidado Fraser.

El filme da cuenta de la expedición encabezada por un tal Nick Morton (Tom Cruise) quien, por accidente, se topa casualmente con una profunda cripta que mantiene cautiva a una antigua princesa egipcia llamada Ahmanet(Sofía Boutella), una malévola y poderosa presencia que sólo esperaba ser liberada para recuperar aquello que se le arrebató siglos atrás.

Entusiasmados por el descubrimiento, un comando militar hace todos los arreglos para trasladar su hallazgo a Londres, cuando de pronto, en pleno vuelo, la momia despierta, provocando el caos.

Es así como el tenebroso ser cambia su hábitat natural de las antiguas arenas y el quemante calor del desierto a las modernas calles de la fría ciudad de Londres, en donde Ahmanet desatará un horror nunca antes visto por sus habitantes.

Con este proyecto, Universal Pictures inaugura su tan comentado Dark Universe, el cual incluirá filmes con sus monstruos más representativos, ya sea en proyectos en solo, mancuernas o grupos, tal y como la han hecho Disney con Marvel y Warner Bross con DC Cómics.

Completan el elenco Russel Crowe como Dr. Henry Jekyll (algo que huele a cinta en solitario), Jake Johnson como Chris Vall y Courtney B. Vance interpretando al Coronel Greenway.

Hasta la próxima.


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