Las participantes más jóvenes del evento trabajaron muy duro.

Mesas de trabajo en Latinx In Tech Startup Weekend Tucson, realizado del 14 al 16 de junio en la sede de La Estrella de Tucsón.

El equipo de Project Z fue uno de los más energetizantes. Salieron a las calles a animar a otros jóvenes a divertirse sin dispositivos electrónicos.

La empresaria de origen sonorense Laura Paredes Oldaker (centro) fue una de los varios mentores que asesoraron de forma voluntaria a los equipos de trabajo. Aquí con el equipo de Juntas, plataforma dirigida a las mujeres.

Lili Gangas, una latina que vino a inspirar a los participantes, con la creadora de Mangos Del Pueblo.

Por Liliana López Ruelas

La Estrella de Tucsón

Latinx In Tech Startup Weekend Tucson fue una muestra perfecta de la relación Sonora-Arizona: Trabajo en equipo para desarrollar proyectos en un ambiente bicultural, bilingüe, transfronterizo, intergeneracional y amistoso.

El evento tenía como objetivo brindar herramientas para la construcción de soluciones con el apoyo de la tecnología: desarrollar músculo emprendedor e innovador.

Los más de 50 asistentes, de entre 14 y 55 años, se agruparon en equipos después de escuchar 21 ideas espontáneas lanzadas y votadas por ellos mismos la noche del viernes 14 de junio. Recibieron las bases para iniciar la evaluación de su idea y desarrollarla en las siguientes 48 horas.

Otras 30 personas que apoyaban el evento como coaches y organizadores pasaron horas hablando con los participantes de cómo iniciar la investigación de mercado y la validación de su hipótesis.

Encuestas. Propuestas. Números. Investigación por internet. Llamadas a especialistas. Un pedazo de pizza. Una estiradita para descansar. Impresiones en 3D. Un Eegee’s. De vuelta a la mesa de trabajo. Nos vemos mañana temprano. Burritos y café para el desayuno.

“Yo sé diseñar”. “Yo he hecho marketing”. “Yo desarrollo software”. “Yo conozco a alguien que hace esto”, decían en inglés y en español los participantes, entre ellos 14 que venían de Hermosillo patrocinados por la Secretaría de Economía del Estado de Sonora.

Estaban enamorados de sus proyectos, porque todos surgieron de una necesidad que les es familiar: vender material didáctico para niños con autismo, como mi hijo. Un sitio para personas con diabetes, como mi familia. Reciclemos el plástico, nos estamos haciendo demasiado daño. Que nos paguen a nosotros por vender nuestros datos y no a otras empresas. Plataformas y guía para mujeres migrantes y para mujeres vulnerables emocional o económicamente, como nosotras. Comercializar el mango del pueblo de mis padres y apoyar a los adultos mayores de su comunidad. Hacer que los jóvenes dejen el celular y salgan a interactuar.

Pero, ojo, decían los coaches, regalando algo más valioso que su extensa lista de éxitos empresariales y académicos: su tiempo y su conocimiento. “Tienen que asegurarse de que la necesidad existe no solo para ustedes, sino para los demás”. “Y cuánto les van a cobrar”. “Cómo saben que están dispuestos a pagarlo”. “Eso ya existe en el mercado”. “Enfóquense, no quieran empezar abarcándolo todo”. “You need to prove you’re awesome in one thing”. “Keep it simple”.

Sólo el 12 por ciento de los proyectos que se trabajan en un startup weekend llegan a desarrollarse como una verdadera empresa, dijo David Silva, facilitador de Latinx In Tech Philadelphia. Es el creador de Techqueria, una organización no lucrativa que construye espacios centrados en Latinx para apoyarlos a encontrar o mejorar su empleo en tecnología y que ya opera en siete ciudades del país. “Lo más importante no es salir de aquí con un negocio sino lo que vas a aprender y la gente que vas a conocer”, dijo.

Tres visitas engrandecieron aún más el evento que se realizó en la sede de La Estrella de Tucsón del 14 al 16 de junio: la del alcalde de Tucsón, Jonathan Rothschild; la del colombiano Wilman Vergara, quien desarrolló KNOSIS Health, un sistema para combatir la obesidad en Estados Unidos mediante el uso de tecnología innovadora; y la de Lili Gangas, jefa de Tecnología Comunitaria en el Centro Kapor y becaria de New America CA. Gangas, inmigrante de Bolivia, es una de las líderes latinas con más presencia en la comunidad del emprendimiento y la tecnología en Estados Unidos y sorprendió a los organizadores del evento con su visita.

Al límite

Para el domingo a mediodía el cansancio era latente, pero la adrenalina se hizo cargo.

Un poco de bebidas energéticas, agua, más café y a practicar para la presentación final.

A las 5 p.m. ya no había tiempo para más.

Los cuatro jueces llegaron puntuales a un auditorio que por dos días había sido un espacio de coworking y donde habían nacido conexiones profesionales y amistades. Todos tenían una o un nuevo héroe.

El primer equipo en pararse a exponer durante 5 minutos su proyecto y responder preguntas de los jueces por otros 3 minutos fue también el último que se puso de pie al final de la noche para ser reconocido con el primer lugar: Advise, un programa digital y anónimo de asesoría mental y emocional a estudiantes de preparatoria.

¿La líder del proyecto? Fernanda Ruiz, una joven de 16 años estudiante de Nogales High School. Se rodeó de un gran equipo intergeneracional con personas de Phoenix, Tucsón y Hermosillo y juntos lograron convencer a los jueces con la claridad de su análisis de mercado en tan poco tiempo y la fuerza de su propuesta.

Stephanie Bermúdez, una de las organizadoras del evento junto con Germán Urrego, Melissa Ortiz, Robert Johnson y Omar Gutiérrez, calificó el proyecto de Advise como de un “impacto disruptivo”. El equipo viajará junto con los organizadores a Oakland, California, para participar en la activación anual de Latinx In Tech y encontrarse con los ganadores de las otras 10 ciudades donde se realiza este startup weekend.

PetCycling, una procesadora de plástico reciclado para crear con él material de construcción, quizá el proyecto más ambicioso de la noche, ganó el segundo lugar. AppVise, una aplicación creada totalmente por mujeres y en español para personas con diabetes, que además de información y consejos ofrece la asesoría de un coach personalizado, obtuvo el tercer puesto.

Nadie perdió.

“La grandiosa oportunidad de tener conversaciones tanto con participantes como mentores” fue lo que más le gustó a Alejandra Cañedo, recién egresada de Diseño Industrial del Tecnológico de Monterrey (ITESM) en Hermosillo. “El poder dejar la pena y la incomodidad a lado por el simple hecho de tener una meta en común (que era resolver una problemática y ayudarnos entre nosotros) fue muy liberador”.

En abrazos, risas, música, intercambios de tarjetas y más comida, todos recogieron sus pertenencias y se llevaron lo aprendido.

“Algo que siempre se me va a quedar grabado es cómo al terminar el evento, un mentor empezó a pedirnos ayuda con su proyecto personal y cómo todos los participantes nos volvimos ahora los mentores”, dijo Alejandra. “Básicamente, me hizo darme cuenta de que la inspiración toma una ruta bidireccional cuando se hay confianza y motivación”.


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