Adriana Mitchell, estudiante de la UA e hija de madre brasileña, colabra en Japón con un equipo de científicos para convertir datos de la misión Hayabusa2 en un mapa en tercera dimensión.

Adriana Mitchell, estudiante de la Universidad de Arizona, visualiza su futuro en el espacio, y ahora tiene la oportunidad de trabajar en una misión a un asteroide.

“Básicamente, quiero ser astronauta, especialmente hacer investigación sobre la frontera marciana”, dijo. Y ella sabe cómo utilizar sus cualidades para lograrlo.

Mitchel es estudiante con honores de Ciencias Ópticas en la Universidad de Arizona.

Hace un par de semanas, llegó a Japón para trabajar por un mes en la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA, por sus siglas en inglés) en la misión de muestra de retorno de Hayabusa2 al asteroide Ryugu. Es una misión hermana de la misión conducida por la UA OSIRIS-REx.

Conforme la nave aérea se acerca al asteroide, ella colabora con un equipo internacional de científicos para convertir de forma rápida los datos capturados por la cámara de navegación óptica en un mapa en tercera dimensión (3D) de la superficie de Ryugu.

“Es una buena experiencia para ella, por supuesto”, dijo Lucille Le Corre, co investigadora de la misión, quien también está en Japón, y una de los mentores de Mitchell. “Es raro que un estudiante venga durante las operaciones, y a otro continente es aún más raro”.

Le Corre también es científica investigadora del Instituto de Ciencias Planetarias en Tucsón.

En JAXA, Mitchell tendrá la experiencia completa del proceso científico, dijo Le Corre. “Tendrá también la oportunidad de participar en la publicación más adelante”.

El sueño de ser astronauta

Mitchell, cuya mamá inmigró a este país desde Brasil en la década de los setentas para estudiar en la universidad, ha tenido clara por mucho tiempo la trayectoria profesional que quiere seguir.

Con el sueño de convertirse en astronauta, vino a la UA desde…… “por el grande programa de ciencias del espacio”, dijo. Ella pensaba estudiar ingeniería aeroespacial, pero encontró su camino en una presentación de óptica.

“Fue realmente inspirador”, dijo Mitchell, quien recuerda los viajes familiares constantes a Brasil, donde ha aprendido “um pouco” de portugués, la primera lengua de su hermano mayor, y a otros países de Latinoamérica a donde han ido gracias al trabajo de su mamá en salud pública.

“Mi herencia latina siempre ha sido importante para mí. Me recuerda quién soy, dónde he estado y a dónde voy”, dijo Mitchell.

Ella cambió de especialidad cuando se dio cuenta de que había una fuerte conexión entre ciencias espaciales y óptica. “Y pensé, ‘pues sí, esto parece ser lo mejor de la ingeniería’”.

Para mantener el rumbo, Mitchell enfoca toda su investigación y estudios básicos en ciencias planetarias.

En su segundo año de universidad, tomó una clase impartida por el investigador principal de OSIRIS-REx, Dante Lauretta. La clase se enfocó en cómo construyó la misión desde que era una idea hasta lo que es actualmente. “Luego nos puso a diseñar una misión de la NASA ficticia”, dijo. Recuerda que planearon ir a Europa, una de las lunas de Jupiter, en busca de vida. “Fue muy divertido”.

También pasó algún tiempo haciendo investigación con Matt Penn, del Observatorio Solar Nacional.

Un estudiante que a la vez es su mentor le presentó a Vishnu Reddy, maestro asistente de ciencias planetarias.

Reddy le preguntó si quería hacer un trabajo que puliría sus fortalezas o enfrentaría sus debilidades.

“Ella dijo que no le gusta observar, que le gusta codificar, y eso es lo que quiere hacer”, dijo Reddy. Ha estado participando en un par de proyectos con Reddy desde entonces.

En agosto terminarán un ensayo de investigación conjunto.

En una reunión de ambos hace seis meses, Mitchell le dijo que mientras sus amigas están haciendo estudios en Europa, ella quería ir a Asia.

Reddy sabía que Le Corre iría a Japón y necesitaría de alguien que pudiera codificar datos.

“Podemos solucionar dos problemas aquí”, dijo Reddy. Y conectó a Le Corre con Mitchell.

“Tenemos tantos estudiantes talentosos que sólo están buscando oportunidades”, dijo. “Adriana era un poco tímida a la hora de trabajar en la misión japonesa. Le dije ‘no, estás en el punto en el que podrías ser un modelo a seguir. Podrías inspirar a otros estudiantes de pregrado, así que piensa en ello como un servicio público’”.

Los mentores han sido invaluables para Mitchell, dijo ella, para resolver cuestiones importantes como a qué escuelas de posgrado aplicar, o a cosas simples, como qué computadora portátil comprar y qué lenguajes de codificación aprender.

“Mucha gente hará todo lo posible por ayudarte. Solo tienes que pedrilo”, dijo.

Para financiar su investigación y viajar, Mitchell solicitó becas, algo que hace en su tiempo libre. “Supongo que esto me hace una nerd. Simplemente me da una sensación de logro cuando presiono el botón de enviar”.

Ella fue la única beneficiaria de la UA de la Beca Barry Goldwater, que fue establecida por el Congreso en 1986 y proporciona hasta 7,500 dólares por año en apoyo.

También recibió becas para viajar a través de la Fundación de Becas para Astronautas (Astronaut Scholarship Foundation) y la Beca Paul Anthony Bonenfant Memorial.

Mitchell también ha presentado sus investigaciones pasadas en la 229ª reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense, el Taller de Investigación Crossroads Eclipse 2017, el Eclipse Science Showcase 2017 y la 12ª Conferencia de la Sociedad Americana de Física para Mujeres de Pregrado en Física.

Pero nada de eso le roba el pensamiento.

“Sin Lucille y Vishnu, definitivamente no habría tenido esta oportunidad”, dijo, agradeciendo a JAXA también.

“Quiero alentar a las personas a hacer lo que quieren”, dijo, “incluso si suena un poco ridículo”.


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