Soria

Jeffry Scott / La Estrella de Tucsón

Óscar Soria, comentarista en español de Los Dbacks y columnista de La Estrella de Tucsón.

Los miembros plenos de la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe (CBPC) son México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela. Por su parte, Cuba ha sido invitada a participar en la Serie del Caribe desde 2014 y ahora en 2019 se sumó a Panamá a la todavía corta lista de asistentes.

Resultó que los dos invitados jugaron el partido de campeonato en 2019, ganando los panameños, en una Serie del Caribe que tuvo su dosis de polémica pero que, tomando en cuenta el peligro de que fuera cancelada, al final vino dando un balance positivo.

La CBPC no vio las condiciones óptimas para jugar en Venezuela, de modo que de último momento le otorgó la sede a Panamá y por ende la invitación para participar en 2019, y ganaron el torneo con el equipo Toros de Herrera como representante.

¿Cómo no invitarlos de nuevo para 2020? Tendrán que hacer lo posible en la CBPC por tenerlos el año entrante. Les rescataron el evento y, principalmente, mostraron buen nivel, por algo alcanzaron el campeonato. Sería extraño que no hubiera campeón defensor en 2020.

Recordar lo acontecido con Puerto Rico luego de llevarse la corona en febrero de 2017. La Isla del Encanto fue golpeada siete meses después por el Huracán María, una de las tormentas más poderosas en los últimos años. La siguiente temporada de beisbol invernal boricua estuvo a punto de suspenderse. Decidieron hacer un torneo muy breve (jugaron sólo un mes), pero sacaron a su campeón y fueron a Jalisco, México, a defender la corona que habían ganado un año antes.

Para sorpresa de muchos, por la poca preparación que habían tenido, los puertorriqueños lograron el bicampeonato en Jalisco 2018.

El reciente título logrado por Panamá igual fue algo sorprendente, porque aunque los Toros de Herrera acababan de participar en un torneo latinoamericano, en realidad armaron el equipo de última hora.

Aunque conste que así funciona el beisbol invernal, la rotación de personal es enorme. Los directivos hacen movimientos en el roster a cada rato y se han convertido en expertos para trabajar bajo este tipo de presión.

Lesiones raras

He sabido de lesiones raras de beisbolistas: celebrando tras una victoria, lavando el auto, jugando con un hijo, haciendo la maleta para viajar, quitándose las botas, haciendo ejercicio en una caminadora, incluso tras un estornudo.

Ahora hay que incluir la del saludo efusivo de un aficionado. Un joven estaba tan emocionado de ver al pitcher Daisuke Matsusaka que le dio un fuerte apretón y sobre todo jalón de mano que le provocó una lesión en el hombro.

Lo de Matsusaka acaba de pasar en Japón, en una sesión de autógrafos. Increíble pero cierto. Él es el lanzador que llegó con altísimas expectativas a los Boston Red Sox en la temporada de 2007. Sólo tuvo dos campañas buenas. Luego lo invadieron las lesiones y la última actuación que tuvo en la Major League Baseball fue en 2014 con los New York Mets.

Un servidor estuvo cerca de provocar una lesión que hubiera entrado en esta lista. Sucedió entrevistando al pitcher Joakim Soria cuando jugaba con los Kansas City Royals, mientras estaba la práctica de bateo.

No me di cuenta de que hacía la entrevista cerca del peligro, por donde podía caer un batazo, y cayó. Le pasó rozando una pelota a Joakim.

Menos mal que no lo golpeó, pero ¡vaya susto! No puedo decir que ese día estuve totalmente concentrado en la transmisión de radio del juego de beisbol, pensaba a cada rato en lo que pudo pasar.


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Correo electrónico: oscsoria@aol.com