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Bryan Cranston, en la silla de ruedas, y Kevin Hart en una escena de The Upside.

El espectador de cine promedio se puede clasificar en grupos bien definidos; están los que sólo van a ver cintas de un género determinado (terror, acción…), los que únicamente ven cine en su idioma, lo que siguen fielmente a un actor/actriz, los que sólo se dignan a ver cintas de culto y hasta aquellos colectivos que disfrutan de cualquier tipo de historias (las chafas, incluso) simplemente por el hecho de que están en francés.

Hablando de películas francesas, una de las más famosas de los últimos años fue “The Intouchables” (Oliver Nakache y Éric Toledano, 2011), que en su año de estreno se convirtió en una de las consentidas del mundo (en Holanda y Alemania fue el filme más taquillero de la historia). Por lo anterior, era de esperarse que Hollywood se hiciera de los derechos para realizar su propia versión, para que su caprichoso público anglohablante, poco adepto a leer subtítulos, pudiera verla.

El remake hollywoodense, al igual que la cinta francesa, se inspiraron en la historia verídica de un hombre algo mayor y amargado que se encuentra paralizado de sus extremidades. Aunque tiene una posición económica acomodada, vive una vida difícil por sentirse atado a su silla de ruedas.

La vida de Phillip, el hombre cuadripléjico (interpretado muy bien por Bryan Cranston), da un sorpresivo y agradable vuelco cuando conoce a Dell (encarnado por Kevin Hart), un joven de color y con un pasado criminal que en ese momento se encuentra desempleado, razón por la cual acepta el trabajo de servir de acompañante al paralizado señor.

La personalidad llena de chispa de Dell le agrega una alegría inesperada a la aburrida rutina de Phillip, quien, movido por el entusiasmo del otro, se atreverá a hacer cosas fuera de lo común y sobre todo arriesgadas para un cuidador estándar y que un cuadripléjico común y corriente jamás habría tolerado.

Como era de esperarse, no faltó quien comenzó a criticar la cinta por el hecho de repetir una historia ya hecha, aunque algún mérito debe tener el que cada uno de los episodios deban recrearse por otros actores, quienes tuvieron la oportunidad de imprimir su propio talento. Recordemos también que los remakes sirven para poner a disposición del espectador de otro mercado (u otra época) las buenas historias.

Para mayor defensa, sólo hay que recordar que el consagrado Martin Scorsese recreó en la oscareada “The Departed” (2006) la misma historia que Wai-Keung Lau y Alan Mak hicieron en “Infernal Affairs” (2002); y la lista sigue: “Birdcage”, “The Ring”, “Insomnia”, “The Talented Mr. Ripley”, “12 Monkeys”, “Three Men and a Baby”, “The Magnificent Seven”, entre otros remakes de cintas extranjeras, ilustran perfectamente el asunto en cuestión.

La versión francesa contó en los papeles protagónicos con el reconocido actor Francois Cluzet y el entonces novato Omar Sy, quien conoció la fama mundial de la noche a la mañana.

Por su parte, la versión americana, interpretada por la mancuerna Cranston/Hart, cuenta con un encanto propio, pues, aunque respeta la premisa de la original, recrea episodios originales e igualmente ingeniosos, cómicos y conmovedores, garantizándole al público un mensaje de amistad que le hará derramar una que otra lágrima.

Completan el elenco Nicole Kidman en el papel de Yvonne, la recta mujer encargada de administrar la vida de Phillip, además de Julianna Margulies, Golshifteh Farahani y Tate Donovan.

Hasta la próxima.


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