¿Otra más de superhéroes?”, ha de haber pensando usted en cuanto leyó el título. Y tiene toda la razón; desde hace más de una década es la cosa más normal del mundo que una semana sí y otra también llegue a carteleras una historia de superdotados con todo tipo de habilidades, pero cuyo único poder comprobado consiste en vaciar los bolsillos del respetable.

Conocido en su primera etapa como Captain Marvel (ya en una columna anterior, con pretexto del estreno de Captain Marvel, le hablé un poco sobre el asunto) y desde 2011 como Shazam, este superhéroe fue en un tiempo (en los años 40) aún más popular que el mismísimo Supermán, al grado que Fawcett Comics, la compañía que lo dio a conocer, creó toda una familia alrededor de él que podían aprovechar de sus poderes: Marvel Family, Mary Marvel, Captain Marvel Jr., etc.

Fue en 1972 que DC Comics le compró a Fawcett los derechos del personaje, pero como fue la compañía MARVEL quien primero registró el nombre y no DC, este último tuvo que rebautizarlo con el famoso grito con el cual el adolescente Billy Batson se transformaba en el superhéroe, palabra que hace alusión a las iniciales de varios héroes y dioses griegos: Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio (SHAZAM).

Toda esa cuestión legal de derechos provocó que el susodicho tomara formas variadas y sobrenombres de todo tipo alrededor del mundo, como Marvelman, Fatman, Captain Shazam, Captain Thunder, Zha-Van, Miracleman y una interminable lista de identidades.

Shazam! (David F. Sandberg, 2019) obligó a DC y Warner Bros. a darse a la tarea de decidir una sola línea argumental para poder aterrizarla en una atractiva adaptación a cine. A decir verdad, el filme, aunque hace homenaje a algunas de las importantes variantes que ha tenido a través del tiempo, mantiene los elementos cruciales de su historia: la génesis, los orígenes de su poder y su sello más emblemático: el grito que precede a su transformación.

La película cuenta la historia de Billy Batson (Asher Angel), un adolescente huérfano radicado en Philadelphia que ha pasado su vida en distintos hogares temporales; lo que no sabe es que, al llegar al séptimo, su vida cambiará por completo.

Cierto día, Billy se mete en problemas al defender a Freddy (Jack Dylan Grazer), su nuevo compañero de casa. En su huida logra entrar al metro para librarse de sus perseguidores, y es ahí donde ocurre algo increíble: el vagón se oscurece, los pasajeros desaparecen y el entorno se transforma en su totalidad.

Es entonces que conoce al poderoso mago Shazam (Djimon Hounsou), un extraño ser que lo ha elegido a él para ser su sucesor para portar sus poderes, a los cuales podrá acceder al pronunciar el ya célebre grito.

Es entonces que Billy y su ahora medio hermano Freddy comienzan a conocer poco a poco y de manera bastante divertida las facultades que posee su nueva identidad.

El alter ego del huérfano es un adulto musculoso (interpretado por Zachary Levi) que posee una fuerza descomunal, la capacidad de volar, una gran velocidad, entre otras cosas, las cuales sorprenderán y divertirán al par de chicos según las van descubriendo.

Pero esta diversión llegará a su fin cuando el Dr. Thaddeus Sivana (Mark Strong) aparece en escena para amenazar al mundo con sus ambiciones de dominio y exterminio. Será ahí cuando Billy/Shazam tendrá que acelerar su aprendizaje para poder hacerle frente.

La cinta es la primera del universo DC/Warner que explota el humor como uno de sus atractivos principales (recordemos que el suyo ha sido calificado como demasiado oscuro); con eso, se lo aseguro, logrará emparejar un poco su competencia en taquilla con Marvel/Disney.

Completan el elenco Djimon Hounsou como el mago Shazam y Michelle Borth como Mary Shazam.

Hasta la próxima.


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