Cuatro latinas quieren cambiar la dinámica de los mercados locales. Lo que comenzó como una amistad entre pequeñas empresarias, se convirtió en Las Mujeres Verdes, una colaboración que busca impulsar a emprendedoras hispanas que quieren compartir sus productos con la comunidad.
“Cuando empecé a hacer eventos, tomé notas mentales de qué haría o no haría”, dijo Angélica Durán, dueña de Raizes420. Su negocio, que se centra en la curación holística, ofrece velas que al derretirse se convierten en crema para el cuerpo (llamadas en inglés lotion candles) y contienen CBD para el dolor, eczema y otras cosas.
El año pasado, Durán se conectó con Gissel Guzmán Parra, dueña de Nopalinda, una ventana emergente de comida vegana.
Durán dijo que porque sus valores estaban alineados, ella le preguntó a Guzmán Parra que pensaría sobre hacer eventos juntas.
“Estoy aquí para educar a nuestras comunidades de color, para demostrar que no es necesario comer productos de origen animal para ser saludable y accesible” Guzmán Parra dijo.
“Nosotros dijimos sí”, dijo Durán. “Pero queríamos encontrar más gente como nosotras”.
Las dos se juntaron con Cameo Cruz, dueña y fabricante de joyas de Lower Arizona Jewelry, (anteriormente conocida como Miss Chingaderaz) y Jeanette Domínguez, co-propietaria de Phatboiis BBQ.
“Les dije que podíamos empezar a hacer eventos juntas, para ayudar a nuestra comunidad y las empresas pequeñas que van comenzando, como lo hicimos nosotras”, dijo Durán.
Las cuatro tienen la misma visión y pasión hacia su cultura y comunidad.
Ellas quieren crear un espacio que se sienta inclusivo y accesible para los vendedores de color, es decir, para personas que no son anglosajonas, de una manera que fomente el crecimento, colaboracián y más oportunidades.
“Cuando decimos más de nosotras, es más de que no vamos a hacer que luchen por un asiento en nuestra mesa”, dijo Guzmán Parra. “Son bienvenidos a comer con nosotros”.
Cosas como obtener licencias para operar un negocio pueden parecer contundentes o demasiado caras para los nuevos negocios, dijo Guzmán Parra. Las Mujeres Verdes quieren servir como un escalón (paso intermedio) para aquellos dentro de la comunidad de empresas pequeñas.
“Nosotras queremos ver que el dinero regrese a la comunidad”, dijo Guzmán Parra.
“Nosotras no tuvimos estas oportunidades, las creamos nosotras mismos y estamos trayendo a la comunidad con nosotros”, dijo Cruz.
Sirviendo como un espacio seguro, Las Mujeres Verdes albergan sus mercados en asociación con Flowers and Bullets, una organización que tiene la misión de “reclamar y amplificar nuestras raíces culturales a través de la sustentabilidad, el arte y la rebeldía para liberar, sanar y empoderar a la comunidad”. Ubicado en Barrio Centro, Flowers & Bullets mantiene una granja agrícola para compartir y tratar con la comunidad prácticas de vida sostenible para abordar los problemas de justicia social.
“Todos los que han estado en nuestros eventos, siempre han dicho que son pacíficos, que hay buenas vibraciones”, dijo Durán. “Por eso lo hacemos, porque queremos que tengan una experiencia tranquila y segura”.
Las mujeres se enorgullecen de ser prácticas para asegurarse de que los proveedores estén bien.
“Sabemos de dónde venimos y qué queremos’’, dijo Domínguez. “Creo que eso es algo que todos admiran de nosotras”.
Además de apoyar a los proveedores de color, el grupo se considera activistas pro-cannabis. Su nombre, que comenzó como una broma, encarnaba sus creencias compartidas en la lucha contra el estigma hacia la mariguana en nuestra cultura.
“El cannabis es algo que se cultiva en la tierra”, dijo Durán. “Si la gente investigara, entenderían todas las propiedades curativas” que tiene.
En base a sus propias experiencias con la planta, el grupo promueve alternativas a la medicina occidental. Sus respectivas pequeñas empresas, a su vez, han adoptado un enfoque de mente y cuerpo, centrado en la justicia social y la accesibilidad.
Su evento más reciente, que fue el sábado 19 de noviembre, ha sido su mercado más grande desde su primer mercado el 21 de mayo, con alrededor de 60 vendedores independientes compartiendo comida, productos hechos a mano y más. En este mercado, Las Mujeres Verdes trabajaron con South Tucson Community Outreach, un grupo de asistencia alimentaria, para recolectar donaciones de alimentos.
Cruz dijo que otras organizaciones se han acercado pidiendo ayuda para iniciar sus propios mercados. “Queremos crecer en todas las formas que podamos”.
Durán dijo que a veces se olvida de su propio puesto mientras supervisa el flujo del evento. Emocionadas y nerviosas, las cuatro están ansiosas para que lleguen los mercados. “Quiero que la gente vea que éramos cuatro mujeres entregadas a nuestra cultura y ayudamos a la comunidad”.
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