¿Quién iba a pensar que Iron Man (Jon Favreu, 2008) iba a ser la punta de lanza de una de las franquicias más lucrativas de todos los tiempos? Fue magnífico el plan que urdió la mancuerna Disney/Marvel, pues luego de ir soltando poco a poco historias de superhéroes (Iron Man, Hulk, Thor, Captain America…), inmediatamente lanzó, para rematar, un filme en donde los reunía a todos en una misma aventura.
A lo anterior se le bautizó como la Fase 1 del Universo Marvel, en donde predominaron las historias de héroes en solitario que harían su llamativo crossover en la entretenida The Avengers (Joss Whedon, 2012).
La Fase 2 nos dio la pista de lo que ocurriría en las siguientes fases: continuaciones protagonizadas por estos superhéroes, cada uno por su lado (Iron Man 3, Thor: The Dark World, Captain America: The Winter Soldier…), y la incorporación de algunos nuevos elementos (Guardians of the Galaxy, Ant-Man…) para llegar a una especie de cierre con Age of Ultron (Joss Whedon, 2015).
En la Fase 3 atestiguamos en Civil War (Anthony y Joe Russo, 2016) la separación que se dio entre ellos; unos tomando el bando del Capitán America y otros el de Iron Man. También se dieron adquisiciones interesantes, como las de Doctor Strange, Black Panther, Spider-Man y The Wasp, e interacciones intensas entre todos ellos que culminaron con la pesimista Infinity War (2018) y su continuación y cierre End Game (2019).
Recordemos que Captain Marvel (Anna Bodem y Ryan Fleck, 2019), otra cinta que pertenece a este mismo grupo, se realizó como precuela y tuvo lugar en los 80, época en que Nick Fury apenas esbozaba lo que sería la organización SHIELD.
Lo cierto es que esto de las fases no es otra cosa que ganas de exprimir lo más posible el material original y darles temas de conversación a los fans de los cómics (de Marvel, sobre todo) para que estos puedan lucirse al hablar del asunto.
Por cierto, ¿le da curiosidad saber en qué consistirá la intrigante Fase 4? No tiene que ser un genio para adivinarlo: más cintas sobre superhéroes: Spider-Man: Far From Home, Black Widow, The Eternals, Black Panther 2, Dr. Strange 2 y Guardians of the Galaxy Vol. 3.
En fin, Avengers: Endgame (Anthony y Joe Russo, 2019), nuestro estreno de la semana, es la continuación directa de su predecesora (Infinity War), en donde Thanos, a pesar del esfuerzo de todos los Avengers, hizo real su apocalíptico propósito de eliminar al 50 por ciento de la población del universo. De hecho fue este un final sorpresivo, pues estábamos acostumbrados a que los encapuchados, con un vuelo espectacular, puñetazos, patadas y uno que otro chascarrillo, lograran, finalmente, salvar al mundo de todos los peligros.
El punto climático de este capítulo fue el haber sido testigos de la desmaterialización de varios de los superhéroes consentidos de la audiencia (Vision, Black Panther, Spider-Man, Dr. Strange, Scarlet Witch, Star-Lord, etc.), quienes se diluyeron como ceniza al viento frente a nuestros ojos.
En Endgame veremos a los superhéroes sobrevivientes (Thor, Iron Man, Black Widow, Captain America, Ant-Man, etc.) asociarse de nueva cuenta para intentar hacerle frente a Thanos y reestablecer el orden en el bastante devastado universo.
Pero… ¿cómo lograr esto si uno de sus líderes más importantes (Iron Man) está a la deriva en el espacio y el resto casi al borde de la desesperación? Será sin duda la oportunísima aparición de Carol Danvers (Captain Marvel) quien, al unir sus fuerzas con las del resto, traerá optimismo a la situación. Será también ella, obviamente, el as bajo la manga con el que Disney/Marvel resolverá el problema con un simple chasquido de dedos (¿Un viaje en el tiempo quizá?).
Por lo pronto no queda más que dejarse llevar por el espectacular show visual montado especialmente para nosotros. Y no hay que molestarse en contar fases ni mucho menos; simplemente hay que ponerse a disfrutar de los vuelos, las explosiones, los combates, los diálogos embarrados de humor y los espectaculares escenarios artificiales que ha creado para nuestro deleite el cine de superhéroes, subgénero cinematográfico que, más que tratarse una moda, llegó para quedarse.
Hasta la próxima