Cuando el presidente de la Universidad de Arizona, Robert C. Robbins, tomó el máximo cargo hace un año, inmediatamente enfrentó grandes retos, como escándalos en el departamento atlético, una mayor invasión del campus en zonas residenciales y una ex decana haciendo acusaciones de sesgo por género. Y mientras esos y otros asuntos aparecían en los titulares de los medios, había otro reto bajo el radar que Robbins haría suyo.

La Universidad de Arizona había recibido en abril la añorada designación federal como Institución de Servicio a Hispanos (Hispanic Serving Institution, HSI), lo que indica que el 25 por ciento de la población estudiantil era latina.

Aunque los otros encabezados captarán nuestra atención y ganarán los clics en internet, el hecho de que la tasa de inscripción de estudiantes latinos en la UA esté creciendo y que seguirá avanzando tendrá un impacto de mucho mayor alcance que podría darle una nueva forma a la universidad en años venideros. El potencial de mayor reconocimiento y crecimiento para la UA y su relación con la comunidad latina sobrevivirá a quien sea que esté como entrenador del equipo varonil de basquetbol o de futbol.

“Es la culminación del trabajo de muchas partes interesadas en obtener este estatus”, dijo Robbins.

Aunque Robbins jugó un papel pequeño en este logro –es algo que la UA buscó por años–, es él quien ahora tiene la tarea de fortalecer el compromiso de la UA con la comunidad latina y de garantizar que su presencia siga creciendo en el campus.

“Es increíblemente importante para la universidad y para nuestra comunidad y el estado … el que hayamos obtenido este estatus”, dijo la semana pasada en entrevista en su oficina Old Main en el campus.

La nueva designación, sobre la que escribí en mayo, otorga a la UA –quizá la escuela más grande del país en ostentar el estatus de HSI– la oportunidad de recibir subsidio económico adicional para expandir programas existentes o crear nuevos para edificar el cuerpo estudiantil cada vez más diverso. Pero la categoría implica más que subsidios federales.

“Más importante, significa y planta la bandera en el terreno para nosotros como universidad”, dijo Robbins, médico por entrenamiento que antes de venir a Tucsón fue presidente y director ejecutivo del Centro Médico de Texas en Houston, que se autodenomina como el complejo médico más grande del mundo.

Para Robbins, la categoría de HSI significa más que tener un 25 por ciento de latinos en la matrícula. Para convocar y retener al creciente número de latinos egresando de las preparatorias de Arizona y para atraer a los de estados vecinos, la UA debe incrementar el número de latinos en las facultades y en las posiciones administrativas de alto nivel, como las vicepresidencias, los decanos y los jefes de departamento.

“Va a ser realmente importante reclutar una planta docente y personal de calidad que estará en sintonía específicamente con estudiantes latinos e hispanos mientras los ayudamos a alcanzar sus anhelos y sueños”, dijo. “Desde el nivel de las bases, será importante tener líderes administrativos hispanos y latinos en los roles de decanos y en funciones elevados, sin duda alguna”.

En mayo, Robbins se reunió con unos 40 maestros y líderes latinos de Tucsón para discutir sus objetivos para la universidad y la nueva designación. Según diversas fuentes, lo recibieron positivamente.

“Está pidiendo sugerencias sobre qué puede hacer mejor la UA. Me parece que las está tomando en serio”, dijo Bárbara Sotomayor, maestra y administradora de mucho tiempo en el Distrito Escolar Unificado de Tucsón.

Los decanos y administradores de la UA también reciben el mensaje de Robbins de que la designación de HSI es fundamental para el futuro crecimiento de la universidad, dijo un decano.

“La verdadera prueba es si estamos atrayendo estudiantes porque saben que es aquí donde tendrán éxito. Esa es la reputación que me gustaría que tuviéramos”, dijo Bruce Johnson, decano y profesor de la Facultad de Educación, en una entrevista por separado.

Para respaldar su dicho sobre la importancia de la designación, Robbins incorporará los objetivos relacionados con HSI en el plan estratégico que lo abarca todo, un mapa de ruta de varios años que reorientará y refinará los planes de la UA.

“Es mi intención a través del proceso de planificación estratégica”, dijo, “si no hay nada más que lograr será centrarnos en el éxito de los estudiantes, en las tasas de graduación, tasa de retención, empleo y trabajos bien pagados”.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al 573-4187.