Hector Zamora recibe la segunda dosis de su vacuna en el Centro de Convenciones de Tucsón el pasado mes de abril. Desde el 3 de mayo, algunos médicos pueden vacunar en su consultorio.

PHOENIX—Ya es permitido por las autoridades de salud estatales que los médicos comiencen a vacunar a sus pacientes contra l COVID-19 en sus consultorios, ahora que la cantidad total de dosis de vacunas que se aplican en los centros de vacunación está disminuyendo.

El cambio, que entró en vigencia el lunes 3 de mayo, significa que casi 1,200 médicos en Arizona que han establecido procedimientos y se han registrado pueden recibir directamente la vacuna Moderna para suministrarla. Cada uno podrá recibir hasta 200 dosis cada dos semanas.

Se espera que más de 100,000 dosis estén disponibles para pedidos directos la próxima semana.

La única opción de vacuna en este momento para los pacientes que van a un médico para recibirla será Moderna, cuyos requisitos de almacenamiento son menos estrictos que los de la vacuna de Pfizer, que requiere un almacenamiento ultrafrío. Moderna también se puede distribuir en lotes más pequeños.

La medida se produce cuando la Dra. Cara Christ, directora del Departamento de Servicios de Salud de Arizona, reconoció que la cantidad de dosis que se administran en los sitios manejados por el estado disminuyó.

El 29 de abril, por ejemplo, el estado dijo que solo se administraron alrededor de 9,100 dosis. Eso se compara con casi 25,000 a principios de mes, cuando la demanda alcanzó su punto máximo.

Al mismo tiempo, sin embargo, está aumentando el número de personas que aún contraen el virus. Las cifras actuales sitúan las tasas diarias de infección en los mismos niveles que estaban en septiembre y octubre, antes de que existiera una vacuna.

De hecho, Christ también advirtió que el estado podría sufrir otro aumento de infecciones. Pero dijo que eso no debería general la misma ocupación de camas de hospital que el año pasado, ya que los que están vacunados tienden a contraer infecciones menos graves.

Baja la demanda en sitios masivos

Hasta el lunes 3 de mayo, más de 2.3 millones de arizonenses habían sido completamente inmunizados.

Eso es poco más del 41%, aunque esa cifra incluye a la población total del estado, mientras que hasta ahora las vacunas no han sido aprobadas para menores de 16 años.

El alejamiento de los sitios de vacunación masiva es revés de la política estatal desde diciembre. Fue entonces que el gobernador Doug Ducey firmó una orden ejecutiva que prohíbe la distribución privada de vacunas sin la aprobación del departamento de salud estatal.

Esa orden, emitida antes de que el estado tuviera su primera asignación, permitió al departamento de salud incautar cualquier asignación de vacunas hecha a cualquier otra persona.

“Ha sido realmente exitoso para vacunar rápidamente a las personas”, dijo Christ. Pero dijo que siempre fue la intención alejarse eventualmente de los sitios de vacunación masiva, sean administrados por el estado o por los condados.

“Aquellos que estaban muy motivados para recibir la vacuna iban a hacer lo que fuera necesario, incluso si eso significaba conducir a Glendale a las 3 de la mañana para recibir esa vacuna”, dijo. “Sabíamos que era algo así como ‘recoger el fruto maduro’ en Arizona”.

Ahora, dijo Christ, todavía hay algunas personas dispuestas a recibir la vacuna que simplemente pueden estar ocupadas.

“Y ahora tenemos que hacerlo más conveniente, más en las áreas donde viven, trabajan y juegan, en sus supermercados, en sus farmacias”, dijo, todos los cuales han estado ofreciendo vacunas desde hace semanas. Y a partir de esta semana, eso incluye a los médicos.

La confianza médico-paciente

Christ dijo que cree que eso marcará una gran diferencia en los esfuerzos del estado para vacunar a la mayor cantidad posible de personas.

Va más allá del factor de conveniencia de que las personas puedan recibir la vacuna cuando pasan por su revisión anual. Lo que es clave, dijo Christ, es poder obtener respuestas inmediatas y confiables sobre temas como riesgos y beneficios.

Pensemos, por ejemplo, en la vacuna Johnson & Johnson.

Su uso fue detenido por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) luego de informes de que un puñado (menos de 1 persona por cada millón de dosis) tenía coágulos de sangre. Si bien los CDC ahora lo han autorizado nuevamente para su uso, Christ señaló que los informes podrían hacer que la gente dude en vacunarse, especialmente si esa es la única vacuna disponible.

Los médicos, dijo, pueden poner eso en perspectiva.

“Yo le aconsejaría a un paciente mío: ‘Usted tiene un mayor riesgo de tener coágulos de sangre si contrae COVID-19 que el de tener un coágulo de sangre por esta vacuna’, dijo Christ.

“Escuchar ese tipo de datos de su proveedor de atención médica que lo alienta activamente a vacunarse o, algo así como: ‘Tenemos la vacuna, simplemente vamos a la habitación de al lado y la obtenemos’, podría ser un factor importante para llegar a algunos de los que simplemente quieren más información sobre la vacuna’’, dijo. “Creo que sería de gran ayuda”.

Christ, que pertenece al grupo de mujeres de entre 18 a 49 años que parecen tener mayor riesgo de coágulos de sangre por la vacuna de Johnson & Johnson, dijo que la recibiría si no la hubieran vacunado todavía.

Próximamente los niños, esperan

El estado sigue luchando por alcanzar la “inmunidad colectiva”, el punto en el que se vacuna a un número suficiente de arizonenses de forma tal que el virus tenga dificultades para encontrar un nuevo huésped. Los expertos médicos sitúan esa cifra en un 70% como mínimo.

Dejando a un lado las dudas sobre las vacunas, también está la cuestión de vacunar a los niños. Si bien parecen enfermarse menos por el virus, aunque algunas mutaciones observadas en otros lugares han demostrado ser fatales, aún pueden portar y transmitir la enfermedad.

Christ dijo que espera que Pfizer tenga la aprobación federal de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, a mediados de mayo para comenzar a vacunar a cualquier persona de 12 años o más. Eso abriría la puerta a vacunar entre 320.000 y 400,000 jóvenes de Arizona, dijo.

La directora de salud dijo que tiene “esperanzas” de que Arizona alcance el nivel de inmunidad colectiva a fines del verano o principios del otoño. Dijo que el miedo a no lograrlo es la razón por la que su agencia ha estado trabajando con organizaciones comunitarias para realizar clínicas “emergentes” y campañas de educación, “especialmente con variantes que podrían surgir”.

“Afortunadamente, las vacunas parecen estar funcionando contra las variantes que vemos circulando en Arizona”, dijo Christ. “Pero sabemos que eso es lo que hacen los virus: mutan”.


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Traducida al español por La Estrella de Tucsón.