El 10 de abril de 2018, la vida de Clarissa Torres cambió para siempre.
Estaba en un juego deportivo en Salpointe Catholic High School con su hijo mayor cuando recibió una llamada de su cuñado.
Hubo un accidente en South Mission Road en West Irvington Place, y su bebé, Gabriel, salió disparado del vehículo; también su esposo, quien iba manejando. Un niño adolescente que conducía en Mission colisionó el vehículo, dijeron las autoridades.
Clarissa Torres dejó el juego y pasó a seguir a una ambulancia en North Mountain Avenue que llevaba a urgencias del Banner-University Medical Center Tucsón a Gabriel, de 7 meses. La madre vio y siguió a su hijo, mientras el equipo médico trabajaba para reanimarlo. Aunque ella les suplicaba que continuaran, habían pasado más de 20 minutos y el bebé no respondía. Entonces el pequeño Gabriel Torres fue declarado muerto.
A la madre, por su parte, se le permitió quedarse sosteniendo a su bebé en una habitación pediátrica privada, en donde permaneció durante horas hasta la mañana siguiente.
Los años de lágrimas, ira, dolor y depresión de esta madre han pasado, aunque haber perdido a su bebé Gabriel todavía le trae momentos difíciles, aquellos que llegan cuando menos lo espera, a veces provocados por un sonido o por una imagen.
Homenaje a su hijo
Clarissa Torres quiere honrar la memoria de Gabriel brindando algo a los niños necesitados.
“Quiero que los niños sepan que son amados. Perdí a mi hijo, pero él está ayudando a muchos otros niños”, dijo Torres sobre la colecta anual de juguetes que fundó en honor a su hijo. “No puedo ver a mi hijo sonreír, reír y ser feliz, pero puedo ver sonreír a otros niños”.
Al bebé Gabriel le encantaba jugar con juguetes. Ahora, nueve negocios en el área de Tucsón participan en la colecta de juguetes y disponen una caja para donaciones.
Para recibir estos juguetes y las donaciones en dinero dadas por las empresas y la comunidad, Clarissa encontró la organización perfecta. Cada 25 de agosto, el día del cumpleaños de Gabriel, ella deposita estas donaciones en Aviva Children’s Services, 153 S. Plumer Ave. Este año, Gabriel habría cumplido 4 años.
La organización sin fines de lucro Aviva, una subsidiaria de Easterseals Blake Foundation, brinda servicios a niños en hogares de crianza, niños que son abandonados o abusados y aquellos bajo el cuidado del Departamento de Seguridad Infantil del estado.
“La memoria de Gabriel es servir a los niños del sur de Arizona en hogares de crianza y a sus familias”, dijo Yvette Hart, coordinadora de alcance de visitas en Aviva. “Estamos muy agradecidos de que esta familia siga pensando en nosotros y en los niños a los que servimos”, dijo Hart sobre Torres y sus familiares y amigos, quienes han dejado cientos de juguetes y casi $ 1,000 en donaciones a lo largo de los años.
Los juegos de mesa, camiones, pelotas, muñecos, peluches, zapatos y ropa llegan a las manos de niños necesitados no solo en el Condado Pima, sino también en los condados Santa Cruz, Cochise y Yuma, dijo Hart. La mayoría de estos artículos se regalan a los niños durante la Navidad.
El miércoles, 25 de agosto, el personal de Aviva cantó el Feliz cumpleaños en memoria de Gabriel en la oficina de la agencia y le dio a la familia Torres globos azules que fueron lanzados al aire libre.
Fuerza para continuar
Después del accidente, Clarissa Torres sufrió una depresión.
“No quería levantarme de la cama. Lloré todo el tiempo”, dijo. La madre dijo que sus dos hijos mayores le dieron fuerzas. Su hija, de 20 años, es oficial de correccionales en el Complejo de Prisiones del Estado de Arizona en Tucsón, en South Wilmot Road, y su hijo, de 18, asiste a la Universidad Estatal de Arizona y planea convertirse en médico.
“Ellos fueron mi motivación para levantarme, ducharme y salir de mi casa”, dijo Torres. “Luego, cuatro meses después, me enteré de que estaba embarazada de mi hija”, dijo sobre su pequeña niña de dos años, que trae más luz a la vida de Torres. Para ella, el embarazo le permitió encontrar la voluntad de vivir porque no podía pasar por el dolor de perder a otro hijo.
Torres había trabajado durante doce años como asistente administrativa en el departamento de patología de Banner-UMC. Sin embargo, decidió abandonarlo pues “No podía trabajar donde murió mi bebé”, dijo. Más de un año después, volvió a trabajar en un centro de cirugía y atención oftalmológica.
Encontró consuelo al recibir asesorías y unirse a un grupo de Facebook de otros padres en duelo que perdieron a sus hijos.
“No sales de la depresión. No puedes superar la pérdida de un hijo. No sigues simplemente con la vida. Sigues levantándote cada día y haces lo que tienes que hacer por tus otros hijos”, comentó.
“La depresión te golpea cuando menos lo esperas”, dijo Torres. “Tienes un bloqueo en tu garganta. Escuchas una sirena y piensas en tu hijo. Ves una ambulancia y piensas en tu hijo”.
Torres, quien actualmente está pasando por un divorcio, dijo que su esposo nunca antes había ido a recoger al bebé Gabriel de donde la niñera antes de ese día mortal. Se declaró culpable de poner en peligro a un niño por no abrochar correctamente al bebé Gabriel en el asiento del automóvil y por conducir bajo los efectos de la marihuana. Recibió libertad condicional. El caso del conductor adolescente del vehículo que chocó con el vehículo en el que se encontraba Gabriel aún está en litigio.
Gabriel vive
“Aunque mi hijo vivió poco tiempo, mi hijo vivió. Y seguirá viviendo a través de otros niños. Nunca será olvidado”, dijo Torres. Ella admite que todavía cuestiona a Dios sobre la muerte de su hijo. Cuenta que la primera vez que regresó a la iglesia después del accidente, se retiró durante el sermón cuando el predicador mencionó que los niños no pertenecen a esta tierra, sino que le pertenecen a Dios.
“No pude escuchar... pero luego lo pensé y me di cuenta de que soy bendecida. Estoy bendecida de haber tenido a Gabriel durante siete meses. Estoy bendecida de haber sido ser su madre”, dijo.
Donaciones en memoria de Gabriel Torres: Para obtener más información sobre las donaciones en la memoria de Gabriel Torres, comunícate con Servicios para Niños de Aviva en www.avivatucson.org/contact/ or llama al 327-6779.
“La única respuesta que se me ocurre a la razón por la que murió Gabriel es que era demasiado perfecto para este mundo”, dijo Torres. “Dios lo necesitaba para un propósito más grande”.