Una inversión multimillonaria del Condado Pima, Tucson y un donante anónimo permitirá que el Centro Emerge contra el Abuso Doméstico se expanda. En su nueva configuración contará con 28 unidades individuales, con una familia por habitación.

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Traducida al español por Claudia "Koleia" Bungard.

Augustina “Tina” Soto conoció a Stephen J. Malone en la escuela secundaria, cuando ella era estudiante de segundo año y él de último.

La pareja se enamoró rápidamente y comenzó a planear un futuro juntos, mismo que se aceleró cuando Soto quedó embarazada a los 18 años.

La joven pareja hizo lo mejor con lo que tenían, y la tía de Soto, Rachel Tineo, dijo que Malone trataba bien a Soto. Al principio.

Pero eso no duró, y Soto dejó a Malone varios años después debido a su abuso, llevándose a sus tres hijos con ella. Malone había amenazado su vida en más de una ocasión si alguna vez intentaba irse. Ella le confió a Tineo que no creía que pudiera salir viva de la relación.

Y como se vio luego, no lo hizo.

Malone disparó a Soto frente a dos de sus tres hijos y su hermana el 11 de junio de 2013. Ella se había detenido en la casa de la madre de Malone para recoger algo de comida comprada para los niños, y él persiguió su auto.

Después de la muerte de Soto, Tineo buscó ayuda para lidiar con la pérdida.

Los familiares de Tina Soto marchan con su foto durante la 32ª Procesión de Todas las Almas en Tucsón el 7 de noviembre de 2021. Soto fue asesinada a tiros por su novio en 2013.

Encontró el Emerge Center Against Domestic Abuse (Centro Emerge en contra del abuso doméstico), una organización local sin fines de lucro que ayuda a las víctimas de abuso doméstico y a sus seres queridos. Ella señaló que cree que los servicios de Emerge, que incluyen refugios de emergencia para víctimas y sus hijos en un lugar seguro con un plan de seguridad respaldado por el personal, podrían haber salvado la vida de su sobrina.

Al día de hoy, Emerge se está preparando para mejorar su capacidad de ayudar a mujeres como Soto al expandir su capacidad de albergue con una inversión multimillonaria del Condado de Pima, Tucsón y un donante anónimo.

El entorno comunitario no fue óptimo

Los $3 millones en fondos, que incluyen $2 millones de fondos federales del condado y la ciudad, pagarán la renovación y expansión del refugio, que actualmente tiene espacio para 13 familias o 51 personas.

La donación anónima se hizo en honor a la Fundación de la Familia Connie Hillman, una organización sin fines de lucro en Tucsón que dona a diversas causas.

Antes de la pandemia, el refugio de emergencia era 100% comunal. Cada dormitorio tenía dos juegos de literas y podía albergar hasta cuatro personas, quienes compartían un baño contiguo con otras cuatro personas.

Si bien las familias podían alojarse juntas, a menudo también tenían compañeros de habitación, al igual que los sobrevivientes que llegaban al refugio sin hijos. Una única cocina y un comedor en las instalaciones sirvieron a todos los residentes que participaron en las comidas de la comunidad.

“Con el fin de maximizar la cantidad de personas a las que podemos ayudar, jugábamos al Tetris para tratar de encajar tantas configuraciones de familias en esas habitaciones”, dijo el CEO de Emerge, Ed Sakwa, recordando esos días.

Desde la perspectiva de tratar de brindar un mejor apoyo a las necesidades de los sobrevivientes, “no fue bueno”, agregó. “Hay personas en crisis que han experimentado un trauma, que ahora no tienen privacidad y que comparten espacio con extraños que también han pasado por un trauma”.

Además, la pandemia hizo imposible que Emerge siguiera usando el espacio, ya que el personal del refugio y los residentes no podían mitigar la propagación del coronavirus en un entorno comunal.

Algunos sobrevivientes optaron por permanecer en sus hogares abusivos porque se sentían más seguros comparado al riesgo de contraer COVID-19 en un refugio, dijo Sakwa.

Desde julio de 2020, todos los que necesitan servicios de refugio de emergencia han sido enviados a un lugar temporal no revelado. El plan temporal es seguro, pero es difícil operar un refugio fuera del negocio de otra persona, y no hay espacio que permita a los sobrevivientes reunirse mientras se mantiene un distanciamiento social seguro.

“Todavía se necesita algo de espacio para la comunidad para que las personas obtengan apoyo y establezcan conexiones”, dijo Sakwa.

También es increíblemente caro y no financieramente sostenible alquilar un espacio, dijo.

“El siguiente paso fue, ¿cómo no volver a lo comunal, que sabemos que nunca fue bueno y ciertamente no era bueno por el COVID, y poder tener un costo que podamos pagar con el tiempo?”, comentó Sakwa.

Ahí es donde entraron en juego los $3 millones en fondos. Eso permitirá a Emerge expandir el espacio existente a 28 unidades individuales, cada una con un dormitorio, baño y cocineta, que albergarán a familias individuales solas, con una familia por habitación.

El refugio de nuevo diseño, que según Sakwa está a más de un año de estar terminado, albergará hasta 78 residentes.

“Será un buen equilibrio de ‘puede retirarse a su espacio vital privado, pero también puede tener espacios de reunión para la comunidad del refugio’”, dijo Sakwa.

Las amenazas las mantienen en casa

Cuando Tina Soto y Stephen Malone tuvieron a su primer hijo, Soto planeaba tener una carrera y trabajar mientras criaba a su familia. Pero el tener dos niños tan rápido y la baja de Malone del ejército cambiaron esos planes. Soto terminó trabajando para mantener a la familia mientras Malone asistía a la universidad.

En la primavera de 2013, la graduación de Malone estaba en el horizonte y su hijo menor estaba a punto de cumplir 4 años. Para ese momento, el abuso ya había estado ocurriendo por años, según Tineo, la tía de Soto. Hasta ese momento, sin embargo, los ataques físicos de Malone a Soto eran aleatorios y espontáneos, y ella lo mantuvo oculto a su familia.

Pero cuando Soto descubrió que su hija menor había levantado su teléfono y sin darse cuenta había grabado un video de uno de los ataques de Malone, supo que tenía que salir con sus hijos.

“No quería que sus hijas crecieran pensando que estaba bien que las maltrataran”, dijo Tineo. “Pero parte de la razón por la que se quedó tanto tiempo es porque las amenazas son reales”.

Muchas víctimas permanecen en sus situaciones de abuso debido a las amenazas de que, si se van, las matarán, señaló Tineo. Esa es parte de la razón por la que la capacidad de Emerge para albergar de manera segura a tantas personas como sea posible en sus instalaciones seguras es tan importante.

Emerge ha estado utilizando fondos de ayuda federal de COVID para albergar a los sobrevivientes en la instalación temporal, pero esos fondos se agotarán en febrero.

Debido al lapso de tiempo entre el agotamiento del dinero y la finalización del nuevo espacio de refugio, el donante anónimo ha lanzado un desafío de recaudación de fondos a la comunidad para ayudar a Emerge a recaudar $2 millones para cubrir las operaciones.

“Una cosa es construir el edificio, pero tenemos que funcionar hasta que esté terminado. Y luego, una vez que nos mudemos, tendremos ahora una instalación más grande con más costos operativos”, señaló Sakwa.

Espera que la comunidad apoye la necesidad del nuevo espacio y ayude a Emerge a recaudar fondos.

“Incluso antes de la actual situación, usábamos viviendas temporales no colectivas cuando estábamos sobrepasados”, dijo Sakwa. “A menudo estábamos sobrecargados. Al día de hoy, tenemos 70 personas en refugio”.

Arcxhivo.- Theresa Soto, izquierda, la madre de la asesinada Augustina “Tina” Soto, y su hermana, Rachel Tineo, en el medio, expresan preocupación por la violencia doméstica.

“Todos los indicadores señalan que la cantidad de abuso aumentó (durante la pandemia), pero la capacidad de las personas para llegar a lugares como Emerge disminuyó”, dijo Sakwa. “De hecho, ahora tenemos un volumen de llamadas más alto que en la prepandemia”.

Desde el 1 de julio de 2020 hasta el 30 de junio de 2021, hubo más de 7,000 llamadas a la línea directa multilingüe de Emerge.

Emerge ahora recibe 25 llamadas al día a la línea directa en promedio, frente a las 20 al día antes de la pandemia, dijo Sakwa.

“Una parte de esa gente termina necesitando refugio o buscando refugio. Realmente importa tener tanto espacio como podamos”, dijo. “Y mucho más allá de la cantidad está la calidad. ¿Cuál es la experiencia que están teniendo? ¿Apoya su curación?”

Los sobrevivientes podrán concentrarse mejor en cuidar de sí mismos y de sus hijos si no les preocupa llevarse bien con un compañero de habitación, dijo Sakwa, y agregó que la situación de la vida comunitaria ha sido un gran desafío para los sobrevivientes y el personal.

‘Gente, no números’

El Condado de Pima ha estado asociado durante mucho tiempo con Emerge, proporcionando fondos cada año para apoyar las operaciones y también para exámenes médicos forenses y entrevistas de víctimas de agresiones sexuales, dijo Paula Perrera, directora del departamento de salud conductual del condado.

Cuando Emerge se acercó a los funcionarios del condado con su propuesta de expansión, era el momento adecuado, dijo.

“Todo se alineó perfectamente para que el condado tuviera la capacidad y los recursos para ayudar a apoyar esa remodelación”, dijo Perrera. “Básicamente se trata de duplicar la capacidad que tiene Emerge en términos de la cantidad de personas a las que pueden servir”, y eso será “algo permanente en el futuro”.

El condado utilizará fondos de la Ley de Rescate Estadounidense para cubrir su millón de dólares. La ciudad también utilizará fondos federales, aunque no está claro si estarán relacionados con la pandemia.

Sakwa dijo que espera que conocer la necesidad de un refugio más grande ayude a las personas a darse cuenta de que la violencia doméstica no es un asunto privado.

“No podemos proporcionar servicios como una forma de salir de esta situación y no podemos detener nuestra salida a esto”, dijo Sakwa. “Se trata de prevención y cambio social”.

La policía de Tucsón y el Departamento del Sheriff del Condado de Pima responden a casi 15,560 llamadas al 911 relacionadas con violencia doméstica cada año a un costo de más de $6.1 millones al año. Aproximadamente 15,000 personas son arrestadas en relación con la violencia doméstica cada año, dice la Oficina del Fiscal del Condado de Pima.

Esto no incluye a las innumerables víctimas que no pueden llamar al 911 por el abuso emocional, psicológico o de otro tipo que padecen, señaló Sakwa.

“Estas son personas, no números”, agregó Sakwa.

Rachel Tineo espera que la gente recuerde a su sobrina, Tina Soto, como madre, hermana, hija, amiga y mujer increíble. No solo como una estadística.

“Es probable que hubiera podido sobrevivir a esto si hubiera podido obtener los servicios que brinda Emerge y trabajar en el trauma de su abuso y llegar a un lugar seguro”, dijo Tineo. “No sabíamos lo que no sabíamos en ese momento, y ahora que lo sé, mi misión de toda la vida es educar seriamente a todos para que sepan lo que no sabíamos”.

Malone fue declarado culpable de asesinato en primer grado en 2016 y está cumpliendo cadena perpetua en prisión en relación con la muerte de Soto.

Tineo se desempeña como miembro de la junta de Emerge y comparte la historia de su sobrina con la esperanza de que eduque al público sobre los peligros de la violencia doméstica, pero también sobre la gran cantidad de servicios disponibles para mujeres u hombres y sus familiares, incluido el refugio de emergencia.

“Nadie debería estar muriendo por violencia doméstica. Tenemos que dejar de barrerlo bajo la alfombra y decir: ‘Está sucediendo a puerta cerrada y no es asunto mío’”, dijo Tineo. “Cuando muere tu ser querido, eso es asunto tuyo. No quiero que la gente esté en el ‘club’ en el que yo estoy”.


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La reportera del Arizona Daily Star, Nicole Ludden, colaboró en esta historia. Contacta a la reportera Caitlin Schmidt en el 520-573-4191, en su email cschmidt@tucson.com o vía Twitter: @caitlincschmidt.