En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en Dolores, Hidalgo, el cura Miguel Hidalgo y Costilla llamó al pueblo a iniciar formalmente la Guerra de Independencia.

Fue un conflicto armado y social que unió a criollos (nacidos en La Nueva España de padres españoles o europeos) con mestizos (nacidos de un español y un indígena) e indígenas puros para terminar con el dominio español en territorio mexicano, entonces denominado virreinato de La Nueva España. España, a su vez, había sido invadida por Napoleón.

Varios relatos enfatizan que esta lucha fue una guerra civil entre dos grupos sociales del Virreinato de la Nueva España, y no necesariamente una guerra entre México y España.

El portal historiadelnuevomundo.com narra que “la independencia final no surgió de esas revoluciones populares, sino de un movimiento conservador que ante la caída del absolutismo de Fernando VII en 1820 reaccionó y trató de evitar que los liberales se hicieran con el poder. Estos grupos privilegiados, alta burguesía comercial, nobleza y alto clero, en connivencia con el virrey Juan Ruiz de Apodaca, impusieron al general realista Agustín de Iturbide como comandante de los ejércitos y ejecutaron un plan para lograr la independencia lo antes posible con la idea de evitar que los liberales impusieran su ideario”.

La lucha fue sangrienta y se prolongó por 11 años. Los curas Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón murieron fusilados.

“Por su ubicación geoestratégica, sus recursos naturales, la densidad de su población y la fuerza de sus culturas indígenas, el virreinato de la Nueva España fue la joya más preciada de la Corona española”, se lee en el sitio web del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas, una entidad del gobierno federal mexicano.

El conflicto entre los insurgentes y los reales cesó mediante el Plan de Iguala, que Iturbide diseñó y propuso al insurgente Vicente Guerrero. La unión de ambas fuerzas creó el Ejército Trigarante. El Plan de Iguala declaraba la Independencia de México de España, establecía la Religión Católica como oficial y llamaba a la unión de todos, fuera cual fuera su origen.

El primer nombre como nación independiente de La Nueva España fue Imperio Mejicano.

“El plan fue firmado el 24 de agosto de 1821 por Iturbide y el jefe político (no era virrey) Juan O’Donojú, enviado por el gobierno liberal español en lo que se llamaron los Tratados de Córdoba”, según el artículo de historiadelnuevomundo.com.

El libro “Barradas: el último conquistador español. La invasión a México de 1829”, de Jesús Ruiz de Gordejuela Urquijo, recuerda que “aunque la Independencia se consumó en 1821, España no la reconoció sino hasta 1836, después de haber intentado la reconquista en 1829”.


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