Tal vez el nombre de Christian Rivers le dirá muy poco a un espectador de cine promedio. Sin embargo, el de Peter Jackson le hará enlistar, inmediatamente, varios de sus trabajos con relativa facilidad, sobre todo las sagas de The Lord of the Rings y The Hobbitt o incluso King Kong (2005); eso sí, los más clavados de seguro se irán hasta los inicios en extremo oscuros del director neozelandés, cuando se dio gusto al realizar Dead Alive (1992) y Bad Taste (1987), dos de las cintas de gore/carnage más gráficas y asquerosas de las que puede presumir este subgénero.

Rivers, por su parte, ha estado acompañando a Jackson en la mayoría de sus proyectos desde Dead Alive, apoyando a su mentor sobre todo en la parte creativa. Es así como ha fungido como asistente de dirección o como responsable del departamento de arte para darles a los trabajos de Jackson el terminado de calidad que siempre los ha distinguido.

Mortal Engines (2018) es, precisamente, la ópera prima de este alumno de Jackson, en la cual su maestro (y productor) depositó toda su confianza y le cedió la responsabilidad de llevar a buen puerto un proyecto ambicioso. Lo anterior llama mucho la atención debido a la envergadura del producto, tanto en su concepción como en los 100 millones de dólares que se requirieron para materializarlo.

La cinta se desarrolla en un mundo post apocalíptico en donde existen gigantescas ciudades rodantes que recorren el mundo buscando sobrevivir, aunque también representan un peligro serio para quienes no viven montados en ellas.

La historia nos presenta a una joven llamada Hester Shaw (Hera Hilmar), una chica rebelde y resentida con las circunstancias en las que vive el mundo; ella culpa a un poderoso personaje de nombre Thaddeus Valentine (Hugo Weaving) de haber ocasionado la muerte de su madre, por lo que planea y pone en marcha un arriesgado plan para acabar con él, el cual consiste en interceptar Londres (donde él ejerce su poderío) y ahí asesinarlo.

El intento, como era de esperarse, resulta fallido, pero en el proceso conoce a un valeroso y honesto aprendiz de historiador llamado Tom (Robert Sheehan), el cual siempre ha vivido en la ciudad movediza de Londres y nunca ha puesto un pie en suelo firme.

Este sorpresivo encuentro con Hester le abrirá los ojos a Tom con respecto a muchas cosas de las que nunca tuvo oportunidad de reflexionar anteriormente. El hecho creará una asociación muy productiva entre ambos, quienes unirán esfuerzos para enfrentar a Thaddeus y todo lo que representan estas ciudades que no son otra cosa que descomunales máquinas depredadoras que requieren de demasiados recursos para seguir funcionando.

Mortal Engines está basada en la tetralogía de novelas de Philip Reeve, la cual tuvo un éxito notable; era un hecho conocido que Peter Jackson había comprado los derechos desde 2009, pero tuvo que retrasar su producción debido a varios contratiempos y otros proyectos del ocupado cineasta neozelandés (la saga Hobbit, por ejemplo).

Completan el elenco Jihae como Anna Fang, Leila George como la hija de Thaddeus y Stephen Lang (Avatar) en el papel de Shrike.

Hasta a la próxima.


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