La galardonada autora infantil Roni Capin Rivera-Ashford conoció al ex gobernador de Arizona Raúl H. Castro en su histórica casa de Nogales, Arizona, en el verano de 2012, y su historia de vida la conmovió de inmediato. Este hombre había logrado superar la pobreza y la discriminación hasta convertirse, entre 1975 y 1977, en el primer y único gobernador mexicoamericano que ha tenido Arizona.
Castro, demócrata, fue el decimocuarto gobernador del Estado. Unos años atrás, había sido nombrado embajador de Estados Unidos en otras naciones latinoamericanas como El Salvador, en 1964; Bolivia, en 1968, y después de su gubernatura en Argentina, en 1977.
Mientras más conocía la historia del ex gobernador, la autora Rivera-Ashford más se sorprendía. Admiraba, por ejemplo, la manera en la que Castro se había convertido en maestro, abogado y juez antes de desempeñarse como diplomático. Por todo ello, un sueño impulsó a la autora a preguntarle a Castro si le permitiría escribir su historia para un libro infantil, una idea que le encantó de inmediato.
Ahora, nueve años después, se presenta en Arizona un libro bilingüe para jóvenes y adultos titulado, Raulito: el primer gobernador latino de Arizona. El libro cuenta con el sello editorial de la Universidad de Houston Arte Público Press Piñata Books.
Tal como la autora relata en el libro: “Cuando era niño y crecía en Arizona en las décadas de 1920 y 1930, Raulito experimentó discriminación de manera regular. No se le permitía viajar en autobús a la escuela con sus amigos anglos, por lo que caminaba cuatro millas en cada sentido, todos los días. No podía nadar en la piscina local con todos los demás, porque los mexicanos solo podían nadar los domingos, el día antes de que cerraran por limpieza. Y al igual que a otros niños de habla hispana, lo golpeaban regularmente por hablar su idioma nativo en la escuela”.
En entrevista sobre su obra, la autora Rivera-Ashford manifestó: “Estoy muy orgullosa de este libro por todo el amor que le pusimos, y por el increíble mensaje que lleva: el legado de un hombre que es un modelo para superar la discriminación y la pobreza a través de la integridad, la educación y perseverancia”.
Y agregó: “En medio de tantas dificultades y pérdidas, superó muchas adversidades y siempre mantuvo el sentido del humor”. Además de esto, la autora mencionó que le conmovió la conexión especial que el ex gobernador tenía con los jóvenes al guiarlos y al ser un referente a seguir para hacer siempre lo mejor y nunca darse por vencidos”, explicó Rivera-Ashford. Sus historias están condensadas en una autobiografía que él escribió y tituló La adversidad es mi ángel: la vida y carrera de Raúl H. Castro.
Castro leyó el borrador original del libro para niños antes de morir el 10 de abril de 2015, poco antes de cumplir 99 años.
Cuando tenía 97 años escribió una carta de presentación para el libro. En algunos apartes se lee: “Te escribo esto sabiendo que cuando lo leas, es posible que yo ya no esté aquí en la Tierra”. En su mensaje resaltaba la importancia de aprender y de ser bilingües.
“Crecí hablando español e inglés en mi familia y no me rendí. Nunca permití que nadie me quitara mi idioma, cultura o creencias”, escribió Castro. Explicó que ser bilingüe era necesario para su trabajo en todo el mundo. Su mensaje también incluía hacer siempre lo mejor, ser amable y respetuoso con los demás.
“Cuando todos se respeten y sepan que somos más iguales que diferentes, y que podemos aprender de las diferencias de los demás, tendremos un mundo más hermoso y más pacífico para vivir”, escribió Castro.
Castro nació en 1916 en Cananea, Sonora, y cuando era joven se mudó con su familia a Pirtleville, una pequeña comunidad minera cerca de Douglas. Su padre, un minero, murió en 1929 durante la Depresión, cuando Raulito tenía 12 años. Su madre tuvo numerosos hijos y para sostener a su familia trabajó como partera y curandera. Raulito se dedicó entoces a buscar oro y luego trabajó en la fundición de Douglas para ayudar a su madre con los gastos del hogar, tal como él mismo contó en una entrevista del Arizona Daily Star en 2006.
Castro se graduó con honores de Douglas High School en 1935 en un distrito escolar segregado. Él comentó que los maestros eran personas racistas pues no apoyaban a los estudiantes mexicanos. También dijo que había un par de maestros que se preocupaban por él y que siempre lo desafiaban a hacer lo mejor que podía.
Esos maestros lo inspiraron hasta el punto de llegar a alcanzar una licenciatura en 1939 en el Arizona State Teachers College, ahora Northern Arizona University en Flagstaff. También se convirtió en ciudadano estadounidense naturalizado ese mismo año.
Continuó sus estudios de derecho en la Universidad de Arizona, donde se graduó en 1949. Luego abrió una oficina de abogados y se unió a la Oficina del Fiscal del Condado Pima en 1950. Tres años más tarde, Castro se postuló para abogado del condado y ganó, sirviendo hasta 1958 cuando fue elegido juez de la Corte Suprema antes de ser designado para su primer cargo como embajador de Estados Unidos.
En sus últimos años, Castro vivió en Nogales, Arizona, con su esposa Pat, con quien tuvo dos hijas. Allí ejerció el derecho de inmigración, comercio internacional y bienes raíces hasta que se jubiló en 2006. Años más tarde, se mudaron a San Diego para estar cerca de su familia, y su esposa falleció en 2018.