“Estamos bien”. Este fue el texto con el que me levanté a las 3:33 a.m. hora de Tucsón el pasado Día de Reyes, luego de que un sismo de 6.4 en la escala Richter sacudiera mi isla, Puerto Rico.

La realidad era que no todos estaban tan bien como mis padres, quienes, afortunadamente, viven relativamente alejados de la zona cero.

Myrelis Díaz-Martínez

No pude contener las lágrimas al ver las primeras imágenes de casas en el suelo, planteles escolares colapsados y niños cuyo regalo de Reyes fue dormir bajo las estrellas viendo a sus padres aterrorizados.

Nosotros, la diáspora, empezamos inmediatamente a recordar los momentos difíciles que vivimos con el huracán María. La angustia carcomió mis entrañas por algunas horas solo pensando en la acción del presidente Trump en aquella ocasión aventando servilletas de papel a un grupo de puertorriqueños que no sabían que quedarían sin servicio eléctrico y agua limpia para tomar por largos meses.

Esta vez, la respuesta del gobierno no fue diferente. El gobierno de Trump volvió a darles la espalda a los puertorriqueños.

El gobierno local sigue actuando como pollo sin cabeza, perpetuando un estado de caos e incapaz de garantizar la reconstrucción de casas y la relocalización de aquellos que aún a una semana de perder sus hogares duermen en casetas de campaña azotados diariamente por secuencias de temblores. Todo esto, contrario a las recomendaciones de varios expertos de tratar de devolver la normalidad a los ciudadanos lo antes posible.

Aunque el gobierno tanto a nivel local como federal sigue siendo motivo de decepción, la comunidad puertorriqueña, tanto en la diáspora como en la isla, ha dado cátedra en cuanto a solidaridad se refiere.

Carlos Giusti / AP Foto

Varios sismos se registraron en Puerto Rico el 6 y 7 de enero de enero de 2020. Una vez más, el gobierno ha fallado, opina Myrelis Díaz-Martínez.

Miles se han lanzado a llevar ayuda y suministros al área afectada utilizando como medio organizaciones sin fines de lucro no asociadas al gobierno y/o la autogestión.

Nuestra comunidad ha resurgido de los escombros antes y lo hará nuevamente.

El poder de la gente se está volviendo a sentir. Mi recomendación es que nuestros miembros gubernamentales agarren un cuaderno y se sienten a escribir.

Dos automóviles aplastados debajo de una casa que se derrumbó después de un terremoto de magnitud 5.8 en Guánica, Puerto Rico, el lunes 6 de enero de 2020. Al día siguiente, un terremoto aún mayor sacudió a la isla.

El segundo piso de una casa con el techo parcialmente derrumbado después del terremoto en Guánica, Puerto Rico, el lunes 6 de enero de 2020.


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Myrelis Díaz-Martínez aprovecha sus conocimientos de ciencias ambientales y salud para resaltar y atender las necesidades de otros latinos. Myrelis, de origen puertorriqueño, es estudiante de postgrado de la escuela de Salud Pública de la Universidad de Arizona en Tucsón.