Hubo un evento que cambió definitivamente el rumbo de la vida de Regina Romero, y no fue su reciente e histórico triunfo en la carrera por la alcaldía de Tucsón sino la oportunidad de ir a la universidad.

“Cuando estaba estudiando, tomé una clase que me despertó la pasión por participar en la comunidad. Era sobre la historia de los chicanos en Estados Unidos”, recuerda Regina.

“Me enseñó mucho, porque, como mexicoamericana, muchas veces uno siente que uno no pertenece a este país; le dicen a uno ‘alien’, ‘go back to Mexico’, esas cosas me pasaban a mí cuando crecía.

“Entonces, you feel like you don’t belong here”, dice la futura primera alcaldesa de Tucsón con una mezcla inevitable de inglés y español, idiomas que habla a la perfección y que reflejan su formación bicultural. “Me abrió los ojos de que, aunque hemos estado aquí, los latinos y otras minorías no participamos lo suficiente en política”.

Esa clase fue un motor para su carrera. “Conecté que uno tiene que votar para hacer su voz valer”, dice la ex regidora de Tucsón.

Regina, de ahora 45 años, fue la menor de seis hermanos y la única nacida en Estados Unidos. Sus padres, de familias provenientes de los pueblos sonorenses de Huásabas y Granados, se casaron en San Luis Río Colorado y migraron a Somerton, un poblado de unas 15 mil personas en el Condado Yuma. Su padre era bracero. También fue mecánico. Todos trabajaron en el campo.

Kelly Presnell / Arizona Daily Star

Regina Romero talks with Jerry Dixon during the lead up to her formally announcing her campaign for mayor at The Annex — Mercado San Augustin , Friday, March 8, 2019, Tucson, Ariz.

“Me acuerdo que nos faltaba dinero, pero que siempre fuimos muy unidos. En un pueblito como Somerton, que todo mundo se conocía, mi mamá y papá siempre nos decían que la comunidad era muy importante, que trabajáramos muy duro y ayudáramos a los demás”, recuerda Regina.

Sus hermanos fueron haciendo su vida. Unos se casaron, otra se vino a Tucsón a estudiar al Colegio Comunitario Pima, y otro es veterano de la Guerra del Golfo Pérsico. “Y gracias a buenas maestras que me ayudaron, a mí me aceptaron en la Universidad de Arizona”, dice.

Le tomó tiempo terminar la escuela y graduar de la carrera de comunicación, “pero la educación me cambió la vida a mí y a mi familia”.

Su primer vínculo con la actividad política fue ayudando a la gente a registrarse para votar. La primera vez que colaboró en una campaña fue, “believe it or not”, apoyando a José Ibarra por el Distrito 1 del Concejo de la Ciudad, el mismo que después ella encabezaría por tres periodos.

“De una campaña pasaba a otra, ahí conocí a mi esposo (Rubén Reyes), a mucha gente que me siguió involucrando, como Raúl Grijalva (el congresista federal)”. Regina fue una de las fundadoras del grupo de participación política de las mujeres Las Adelitas, en el año 2002.

Aunque la inversión en la educación pública no depende de la ciudad, Regina afirma que “el alcalde puede ser una voz para atraer atención y pedir más inversión, y ella misma ha marcado como prioridad de su gobierno ampliar el programa KIDCO, que atiende a hijos de padres trabajadores después de la escuela.

“La educación cambia completamente la economía no solo del individuo sino de la familia. Entre más graduados de la preparatoria y la universidad tengamos en Tucsón, mejor será nuestra economía y la de las familias”, afirma.


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