Hace 37 años, Teresa y Alfonso Matías pidieron dos semanas de vacaciones en el restaurante donde trabajaban. No querían el tiempo libre para descansar ni para viajar, sino para probar suerte vendiendo su propia comida.
“Dijimos, ‘vamos a intentarlo, y si vemos que entra gente, seguimos’”, recordó Teresa Matías, hoy propietaria, junto con su esposo Alfonso, del reconocido restaurante de comida mexicana Teresa’s Mosaic Cafe, cerca de Grant y Silverbell. “Y después de esas dos semanas fuimos a renunciar y a dar las gracias”.
“Prácticamente, se dieron dos semanas para cambiar su vida”, agregó David Matías, quien de los cuatro hijos del matrimonio entre Teresa y Alfonso es quien más de cerca ha seguido el negocio de sus padres, hasta convertirse en un reconocido chef hoy a cargo de la cocina de Teresa’s Mosaic.
DESDE CERO
Los Matías llegaron a Tucsón procedentes de Santa María del Tule, Oaxaca, en 1972.
Sin saber inglés y con una gran disposición para el trabajo, la familia salía adelante con el empleo de Teresa y Alfonso en el antiguo restaurante Ye Olde Lantern. También limpiaban oficinas por las noches.
“La secretaria del dueño del restaurante me dijo que conocía a la señora Alicia Ballesteros, y que vendía su restaurante Mosaic en la Speedway y Silverbell”, donde ahora se ubica un Panda Express, narró Teresa.
Aunque ella podía cocinar la comida oaxaqueña, reconocida como una de las mejores de México, los Matías decidieron vender burritos sonorenses de frijol y carne con chile colorado en su nuevo negocio. Después reubicaron Mosaic en el centro comercial de Grant y Silverbell, y con el tiempo le agregaron el nombre de Teresa.
“Lo difícil del negocio fue no saber el inglés, porque el trabajo se hace, el trabajo nunca nos ha asustado”, dijo Teresa una tarde reciente desde una de las mesas del amplio y ocupado restaurante de dos salas y un bar construido en 1999 por la familia.
“Cuando estaban en el shopping center del Safeway pagaban $400 de renta”, recordó David, orgulloso de sus padres. “Ahora ella es la dueña de esto”.
Teresa, la de la sazón y las recetas, estudió hasta 4to grado de primaria. Su esposo Alfonso, el de los números, llegó hasta la secundaria.
EL CHEF DAVID
Sylvia, Isaac, Alfonso y David son los cuatro hijos de la familia Matías.
Sylvia está a cargo de Mosaic Cafe Dos, en 7350 N La Cholla Blvd., en el norte de Tucsón. Isaac es contador y vive en Los Ángeles, California. Alfonso, el ingeniero, radica en Tucsón, y David es el alma de Teresa’s Mosaic. Todos son egresados de Salpointe Catholic High School en Tucsón.
“Mi mamá y mis hermanos son muy inteligentes”, dijo David. “Creo que por eso a mí me vio y dijo ‘éste no es tan listo como los demás, mejor vamos a enseñarle cómo trabajar”, bromeó.
De 42 años, David recuerda que desde niño estuvo siempre en el restaurante, pero que su primera propina la ganó bailando break dance.
“Yo ponía siempre mi música en la cocina y me ponía a bailar, y un día me vio un cliente y me llamó y me dio 20 dólares”, contó David. “Ese fue mi primer tip”.
El menor de los Matías veía que su mamá estaba demasiado ocupada con la preparación de los alimentos y empezó a ayudar en la cocina. Un mes después, ya se había inscrito a The Culinary Institute of America, campus Nueva York.
“Y lo primero que me dijo mi mamá cuando regresé fue: ‘mijo, no me vayas a cambiar nada’”, recordó David.
“Y la verdad no me fui para eso. Yo nunca pensé que hubiera algo qué componer en las recetas de mi mamá, pero en la escuela aprendí cómo tener un proceso que hiciera las cosas más fáciles”.
Ahora también su toque está en el menú, con su propia receta de sopa de tortilla y los huevos rancheros que han llevado a David a estar tres veces en prestigiosos programas de cocina en canales como Travel Channel y Food Network.
Después de Nueva York, David viajó a Oaxaca para empaparse de las sazones de la comida mexicana.
EMPRESA FAMILIAR
La estrecha relación de la familia Matías es fácil de advertir.
Mientras David hablaba, su padre se acercó un par de veces. Lo abrazó y lo acarició. Su mamá intercambiaba con él miradas de orgullo.
“En toda mi vida en el restaurante”, analizó David, “si mis papás estaban cansados o frustrados, yo nunca vi eso”.
Recordó que lo primero que le dijeron sus padres cuando empezó a hacerse cargo del restaurante fue “‘nunca te detengas por nadie. A las 7:00 abrimos con la gente que esté. Si alguien falta, lo haces tú”.
Cuando llega a casa después de su jornada en Teresa’s Mosaic, David dice que es cuando mejor come. “Mi esposa cocina mejor que yo”. Está casado con Claudia Matías, originaria de Naco, Sonora, y tienen 4 hijos.
Si le toca a él consentir a la familia, entonces muy probablemente David hará risotto, el platillo favorito de sus hijas, o un caldo, la comida preferida de su papá. “Pero, si se puede, prefiero que otros cocinen para mí”.