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Alguna vez fue lo que había que hacer los viernes en la noche, pero en las últimas décadas, los autocinemas han sido empujados al borde de la extinción.

El último autocinema permanente de Tucsón, el De Anza Drive.In, ubicado en la esquina sur de East 22nd Street y South Alvernon Way, cerró sus puertas en 2009 y sólo unos cuantos existen todavía en el estado.

Sin embargo, la pandemia global del coronavirus ha cambiado el panorama de cómo ver películas.

Con los teatros tradicionales cerrados por ahora, y con la gente hambrienta de entretenimiento luego de estar estancada en casa por meses, el resurgimiento de los autocinemas ha servido a los tucsonenses como una manera segura y divertida de escape.

El Fairgrounds del Condado de Pima comenzará a exhibir películas drive in, en colaboración con su vecino, el Tucson Dragway, ubicado en South Houghton Road.

El Tucson Dragway tuvo ya una exitosa exhibición de prueba, proyectando la película “Cars” a principios de mayo.

En el centro de la ciudad, El Toro Flicks: The Cinema Carpool Experience, ha hecho su aparición, mostrando películas seis noches a la semana en un lote ubicado en South Granada Avenue, al sur de East Congress. El Toro también exhibe películas en el Oro Valley Marketplace, en las calles North Oracle y East Tangerine.

Lanzado hace aproximadamente un mes con la proyección de “Stars Wars: The Rise of Skywalker” en Oro Valley, El Toro arrancó a toda velocidad, proyectando sus películas con lo último en pantallas LED.

“La respuesta ha sido tremenda hasta ahora”, comentó Ramiro Bojorquez, un socio de esta aventura. “Nos ha ido bien”.

Bajo circunstancias normales, Bojorquez y su equipo, quienes manejan la compañía iTour, con base en Tucsón, estarían proporcionando servicios de mantenimiento de eventos, desde renta de equipos hasta apoyo logístico, tanto para conciertos a gran escala como en festivales a través de todo el Suroeste.

La pandemia puso todo en pausa.

“Teníamos 2 millones de dls. en equipo sólo ahí, almacenado”, dijo Bojorquez.

Después de algunas sesiones de lluvias de ideas, al iTour se le ocurrió la solución perfecta.

El concepto de autocinema los ha mantenido en el negocio al ofrecerle a los tucsonenses una manera segura de salir de la casa.

Y debido a su experiencia en la planeación de eventos, mudarse a los autocinemas fue una transición que ocurrió sin convenientes, comentó Bojorquez.

“Ya contábamos con un grupo muy experimentado en mercadeo y planeación”, comentó. “Es fácil para nosotros ejecutar un mini evento cada día”.

Bojorquez comentó que espera disfrutar la experiencia de ir al cine en otros eventos en el futuro, incluyendo conciertos en vivo.

Comentó que la compañía ha discutido ya la posibilidad de organizar un evento de ópera en vivo con la Soutern Arizona Arts and Cultural Alliance (Alianza de Arte y Cultural del Sur de Arizona).

“Queremos expandir nuestro enfoque”, dijo Bojorquez. “Eso depende de Tucsón. Nos gustaría que la comunidad nos guiara a la dirección que nos quiera llevar”.

La historia de Cactus Drive-In va más allá de la pandemia.

Originalmente comenzó como un escaparate sin fines de lucro encabezado por el artista local Charles Spillar, poco después de que cerró el De Anza.

Su objetivo era usar el dinero obtenido para financiar la construcción de otro autocinema permanente.

El copropietario del Cactus Drive-In, Tyler Espe, de 26 años, compró el concepto en 2015 y ha batallado un poco a través de los años para sostenerlo.

En 2019, él dejó de exhibir películas para reestructurar el negocio y estuvo listo para lanzarlo de nuevo con una nueva pantalla de 40 por 22 pies a principios de este año cuando el coronavirus arribó.

Los planes se pospusieron hasta que Espe comenzó a leer artículos en línea que decían que los autocinemas a través del país estaban teniendo récords de audiencia debido a la pandemia.

“Era una de las maneras seguras de disfrutar del entretenimiento fuera de casa”, comentó.

Espe dijo que espera que Medella Vina Ranch sirva como primera locación para el autocinema en el futuro.

Cactus Drive-In quiere tener tres funciones de la misma película cada semana, con planes de pronto comenzar con funciones dobles.

Esper comenta que él está consciente de que los cines tradicionales van a abrir eventualmente y que el concepto de autocinema perderá algo de su encanto.

“Es una mina de oro en este momento”, declaró. “Pero volverá a convertirse en una mina de plata una vez que la vacuna contra el coronavirus sea creada”.

La idea, mientras tanto, es construir una reputación en la comunidad para que la gente siga acudiendo una vez que termine la pandemia.

“Esperamos estar un poco mejor de como estábamos antes de que todo esto comenzara”, añadió.

Charla de La Estrella de Tucsón con Ramón Valadez, presidente de la junta de supervisors del Condado Pima, y Felipe García, vicepresidente ejecutivo de Vamos a Tucson


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