Archivo.- Cristina López Acosta, creadora de Imark Visual Agencia de Publicidad, en un curso de emprendimiento de la Universidad de Arizona en Nogales, Sonora, en el 2019. Actualmente, el Consulado de México en Tucsón invita al taller virtual Emprendedoras Mexicanas. La convocatoria está abierta.

Una de las cosas que más me enorgullece es ver a otras personas teniendo éxito en lo que se proponen. No sé por qué, pero el orgullo ajeno en esos casos lo siento propio, convencido de que los logros de unos casi siempre ayudan a otros en la comunidad. Los rostros de satisfacción de quienes se han planteado un proyecto y que con dedicación lo ven realizarse tienen una sonrisa contagiosa. Viene a cuento una palabra que antes no usábamos, pero que describe un concepto que siempre ha existido: el emprendedurismo.

Rafael Barceló Durazo.

Emprender significa “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro” según lo define el diccionario de la Real Academia Española. Las empresas grandes, medianas y pequeñas han surgido siempre por ese ímpetu de quienes tienen una idea y la materializan por medio del trabajo, empleando los recursos que tienen a su disposición. Estos recursos pueden ser muy pocos o limitados para algunos, pero eso no impide que con creatividad y esfuerzo todos tengamos la capacidad de emprender un negocio o proyecto.

Las personas migrantes de nuestra comunidad son especialmente conocidas y reconocidas por ese espíritu emprendedor. Su interés por migrar, en primer lugar, se pudo originar por mejorar sus condiciones de vida, a pesar de las dificultades que implicaba hacerlo. Aunque la capacidad y ganas de trabajar abundan en nuestra comunidad, en ocasiones algunas barreras como el idioma, el desconocimiento del sistema financiero, bancario o las regulaciones para tener un negocio, limitan lo mucho que ese espíritu emprendedor puede lograr entre nuestras comunidades.

En los Estados Unidos, los pequeños negocios propiedad de las mujeres hispanas o latinas, son el segmento de la economía que está registrando mayor crecimiento. Según el Consejo Nacional de Mujeres de Negocios en este país, son más de dos millones de negocios con dueñas que son latinas, lo que representa un crecimiento del 87% en los últimos 15 años. Este crecimiento impresionante de las emprendedoras se ha realizado aún en contra de algunas desigualdades estructurales que han enfrentado las mujeres y que limitaron durante mucho tiempo su participación en la economía en pie de igualdad.

Para apoyar esa gran energía de las mujeres y el desarrollo multiplicador que generan en las sociedades en las que viven, los Consulados de México en colaboración con el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) han creado el Programa Consular de Emprendimiento para Mexicanas en el Exterior. Este programa ofrece diferentes formas de capacitación para crear o fortalecer esos pequeños negocios en temas diversos como mercadotecnia, finanzas, impuestos y más. Las actividades son mayormente por Internet y flexibles, por lo que cada quien se organiza a qué horas va a realizarlas, sin tener que desplazarse a otro lugar, ni desatender otros compromisos laborales, escolares o familiares que pudieran tener.

Una de las mayores ventajas que las participantes de programas anteriores han notado, es que las ayuda al formar grupo con otras mexicanas emprendedoras, por medio de los cuales se aprende de las experiencias de todas, se contacta a proveedoras o futuras clientas y surgen nuevas amistades.

El Consulado de México en Tucsón ha lanzado la convocatoria para una tercera edición del Programa Consular de Emprendimiento de las Mexicanas en el Exterior y la convocatoria estará abierta hasta el 12 de agosto. Para registrarte, puedes hacerlo en este vínculo: bit.ly/3on232C. En caso de que leas este artículo después de esta fecha, no te preocupes: entra en contacto con la Ventanilla de Asesoría Financiera del Consulado para que te envíen la información para la próxima vez que se abra este Programa.

Lo que está en el fondo de cada persona emprendedora es un espíritu muy fuerte, que lucha por mejorar su vida y la de su familia. La acumulación de esa energía individual es la que lleva a que las sociedades mejoren en su conjunto porque las y los emprendedores no sólo generan riqueza para sí mismos, sino empleos para los demás y emprendimientos sociales, que apoyan a todos los miembros de la sociedad.


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Rafael Barceló Durazo es cónsul de México en Tucsón. Síguelo en redes sociales en @barcelodurazo.