E. Liane Hernandez

E. Liane Hernandez es directora de Educación y Participación Comunitaria de la YWCA del Sur de Arizona.

English version below

Está casi aquí. El día en que los logros, las cruzadas y los problemas de las mujeres se pongan al frente y al centro en el escenario internacional. El 8 de marzo, la atención global se centrará en la mitad de la población por el Día Internacional de la Mujer 2020.

Este año, como todos los años desde 1917 (1974 en Estados Unidos) se trata de mujeres trabajadoras. Este día está relacionado con el trabajo remunerado y no remunerado, el derecho al voto y la demanda de generaciones de equidad, igualdad y la capacidad de crear vidas dignas y libres.

A pesar de cientos de años de lucha por la igualdad de los derechos y la representación en las áreas de política, economía, artes, medios de comunicación y todos los aspectos de la vida pública, la lucha continúa.

Según UNWomen.org, las mujeres aún ganan 23 por ciento menos que los hombres a nivel mundial. En EE. UU., la brecha se exacerba para las mujeres no blancas. Hasta la fecha, ningún país del mundo ha alcanzado la paridad económica para las mujeres.

La representación política también es una preocupación constante, ya que solo 1 de cada 4 cargos políticos están ocupados por mujeres. La educación es un componente crítico para preparar a las niñas para ser líderes, pero incluso ese gran ecualizador “ha hecho poco para cambiar la segregación ocupacional profundamente arraigada en los países desarrollados y en desarrollo”, según el reporte Visualizando los Datos: representación de la mujer en la sociedad, de Medium.com. Esto es particularmente cierto cuando se considera el trabajo doméstico y no remunerado en el que participan mujeres y niñas en todo el mundo.

Las colegas y amigas lamentan que después de más de 100 años, las vidas de las mujeres y niñas todavía no han mejorado. Frente a la violencia y la desigualdad en el mundo, puede parecer más natural darnos la vuelta, protegernos y no participar en la creación de soluciones.

Pero, como nos recuerda Baldwin, “no se puede cambiar todo lo que se enfrenta, pero nada se puede cambiar hasta que se enfrente”. Entonces, con pasión, datos, infografías, historias personales y revelaciones de verdades dolorosas, una vez más presentaremos los argumentos para que nuestra humanidad plena sea reconocida y honrada.

Este Día Internacional de la Mujer celebraré buenas obras y logros, nombraré a las abuelas, hermanas y mentoras que me han ayudado a criarme para que sea la feminista imperfecta que soy. Pero también lloraré, enfureceré y renovaré mi lucha contra las horribles traiciones, la violencia y los obstáculos que enfrentamos.

Mi petición es que hagas lo que puedas, desde donde te encuentres, para luchar por un futuro diferente, uno en el que el género no predetermine la capacidad de acceder a hogares y lugares de trabajo saludables y seguros, ni la realización de algo parecido a la justicia.

No existe una píldora mágica o solución rápida para lo que afecta a nuestras sociedades, instituciones y sistemas que requieren desesperadamente modificaciones. Pero, nunca subestimes el poder de las personas que se unen para levantar una voz colectiva para la sanación, la justicia y el cambio.

Espero sincera y profundamente que esta semana, y todas las que siguen, todos volvamos a comprometernos a trabajar para crear un mundo más justo y equitativo.

Se exige mucho trabajo para lograr la igualdad en todas y cada una de las disciplinas, el gobierno, el sistema educativo y la comunidad. Cada uno de nosotros puede renovar nuestro sentido de responsabilidad el uno con el otro. Porque todos tenemos un papel que desempeñar.

Aquí hay algunas sugerencias:

Honra a las mujeres en tus círculos inmediatos de amigos y familiares.

Comprométete a aprender y enseñar sobre grandes mujeres líderes y trabajadoras.

Contribuye al trabajo anti violencia en nuestra comunidad o en el contexto global más amplio.

Usa tu voz y tu chequera para vivir los valores de equidad e igualdad comprando a mujeres empresarias, artistas y trabajadoras.

Cuídate: ríe, medita, lamenta, llora, bebe agua y encuentra la compañía de amigos y familiares que puedan apoyarte en tu proceso (porque eso también es parte de la lucha).

Al final del día, debemos enfrentar la brecha de género en salarios, seguridad y logros como si nuestras vidas colectivas dependieran de ello. Porque en realidad es así.

Existen innumerables formas de participar en la igualdad y equidad de género, como decir tu verdad, ser valiente ante la discriminación y los prejuicios. O tal vez pidiendo un cambio en tu vecindario, tu ciudad o tu país utilizando el voto, si lo puedes ejercer.

Algunos convocarán a huelgas contra la misoginia y la violencia tolerada por el Estado. Otros se unirán para celebrar y expresar un anhelo de justicia o compartir una comida con su querida comunidad. Todos nosotros también podemos entablar conversaciones necesarias, aunque difíciles.

Todas y cada una de estas opciones conforman nuestra capacidad para permanecer en la lucha a largo plazo. Encuentra TU propia manera de continuar la lucha en este Día Internacional de la Mujer.

ENGLISH VERSION

All I want for International Women’s Day is… a renewed commitment in the fight for equity

By E. Liane Hernandez, Erlinda’s daughter

It's almost here. The day when women's accomplishments, crusades, and issues get put front and center on the international stage. March 8th, global attention will be focused on ½ of the population for International Women's Day 2020 (#IWD2020).

This year, as every year since 1917 (1974 in the US) is about working women. This day is tied to paid and unpaid labor, enfranchisement, and generations' demand for equity, equality, and the ability to create lives of dignity and freedom. Despite hundreds of years of fighting for equal rights and representation in the areas of politics, economics, the arts, media, and all aspects of public life-- the struggle continues.

According to UNWomen.org, women still earn 23% less than men, globally, and as we know in the US, this % is exacerbated along the lines of racialized identities for women of color. To date, no country on the globe has reached economic parity for women. Political representation is also a continuing concern as only 1 in 4 political offices are held by women. Education is a critical component to preparing girls to be leaders, but even that great equalizer "has done little to shift deeply entrenched occupational segregation in developed and developing countries." (Visualizing the data: Women's representation in society. https://medium.com/@UN_Women/visualizing-the-data-womens-representation-in-society-38ef992087df) Particularly true when considering unpaid and domestic labor that women and girls participate in globally.

Colleagues and friends bemoan the glacial speed and incremental improvements to the lives of women and girls over the last 100 years, as well as the slippages. Faced with violence and raging inequality in the world, it can seem more natural to turn away, protect ourselves, and not participate in solution making. But, as Baldwin reminds us, "not all that is faced can be changed, but nothing can be changed until it is faced." So, with passion, data, infographics, personal storytelling, and revealing of painful truths, folks will once again lay out the arguments for our full humanity to be acknowledged and honored.

This International Women's Day, I will celebrate good works and achievements, name the grandmothers, sisters, and mentors who have helped to raise me to be the imperfect feminist that I am. But, I will also mourn, rage, and renew my fight against the horrible betrayals, violence, and obstacles that we face. My ask is to do what you can, from where you are, to fight for a different future-- one in which gender does not predetermine one's ability to access healthy and safe homes and workplaces nor the realization of something resembling justice.

There is no magic pill or quick fix for what ails our societies, institutions, and systems that desperately require altering. But, never underestimate the power of individuals coming together to raise a collective voice for healing, justice, and change. It is my sincere and deepfelt hope that this week, and each beyond, we all recommit to working to create a more just and equitable world. There is so much work demanded to achieve equality in each and every discipline, government, educational system, and community; each of us can renew our sense of responsibility to each other and the future. Because we all have a role to play. Here are some suggestions:

• honor women in your immediate circles of friends and family

• commit to learn and teach about great women leaders and laborers

• contribute to antiviolence work in our community or in the broader global context

• use your voice and your checkbook to live out your values of equity and equality by buying from women-owned businesses, artists, and workers

• Take care of yourself-- laugh, meditate, mourn, cry, drink water and find the company of friends and family who can support you in your process (because that is part of the fight as well)

At the end of the day, we must face the gender gap in wages, safety, and achievement like our collective lives depend on it.

Because they do.

There are myriad ways of playing your part for gender equality and equity. You might consider speaking your truth, being courageous in the face of discrimination and bias. Or perhaps calling for a change in your neighborhood, city or nationally, and/or using our vote, if you have it. Still, folks might call for strikes against misogyny and state-sponsored violence. Others will join together to celebrate and express a longing for justice or share a meal with a beloved community. All of us can also engage in necessary, albeit hard conversations. Any and all of these build our capacity for staying in the fight for the long haul. Find YOUR way to continue the fight this International Women's Day.


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E. Liane Hernández fue miembro del Proyecto de Opinión de Tucson Voices 2016 en la Universidad de Arizona. Fue reconocida como la Adelita del Año por Las Adelitas PAC en 2015. Nacida en Arizona, vive en su amada ciudad de Tucsón con su compañero Peter y sus dos perros. Es miembro del personal de YWCA del Sur de Arizona y es la orgullosa y bendecida hija de Erlinda Reyes y la hermana pequeña de Rose Hurwitz, quien es la roca en su vida. Proviene de una larga línea de aguerridas mujeres.