Archivo, 2003.- Guadalupe Romero, directora de Davis Bilingual, habla con amigos y simpatizantes después de una reunión de la junta escolar del TUSD el 18 de marzo de 2003. Romero se jubiló ese mismo año del TUSD. Falleció el 25 de agosto de 2020.

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Para sus muchos estudiantes, ella fue la maestra. Para otros, fue su mentora. Para sus compañeros educadores, muchos de los cuales tenían antecedentes similares a los suyos, Guadalupe Guerrero Romero fue inspiración.

“Ella fue maestra de los maestros”, dijo Esperanza Burrell Bejarano, colega y comadre de Romero, quien trabajó como educadora durante 32 años y se jubiló como directora de la Escuela Primaria Johnson.

Guadalupe Romero falleció de cáncer el 25 de agosto. Le precedió en la muerte su esposo, Frank O. Romero, quien estableció Nosotros Academy, una escuela autónoma en Menlo Park, y murió en 2009. Guadalupe Romero tenía 75 años. Le sobreviven cuatro hijos y 11 nietos.

Guadalupe Guerrero Romero murió de cáncer el 25 de agosto de 2020. Su legado en pro de la educación bilingüe es reconocido en Tucsón.

Romero fue directora de la Escuela Primaria Bilingüe Davis en Barrio Anita en el lado oeste de Tucsón, ayudando a elevar su prestigio y logros. Graduó de la Universidad de Arizona, donde obtuvo sus títulos de licenciatura, maestría y doctorado. Tuvo una carrera de 37 años en educación, incluyendo 13 años como directora de Davis. Se jubiló en 2003 del Distrito Escolar Unificado de Tucsón (TUSD).

Era conocida por su feroz apoyo a la educación y su pasión centrada en la educación bilingüe. Romero fue una de las pocas maestras chicanas pioneras que se trasladaron al dominio blanco de hombres directores de escuela en el TUSD, rompiendo barreras y abriendo el camino a seguir para otros.

“Fuimos algunas de las primeras mujeres mexicoamericanas y lo pasamos mal, pero lo logramos”, dijo Margaret León Romero, quien no tenía parentesco con Guadalupe Romero y quien se desempeñó como educadora por 38 años en el TUSD, jubilándose como directora de la primaria Brichta en el oeste de la ciudad a mediados de los 90.

Romero nació en Bisbee, de Ramón y Guadalupe Guerrero, justo cuando el conflicto global estaba terminando. Pero en ese pequeño pueblo minero del sur de Arizona, construido sobre los hombros de trabajadores inmigrantes, la familia Guerrero enfrentó rígidas leyes y prácticas discriminatorias sobre las que Bisbee y otros pueblos mineros de Arizona construyeron sus sociedades.

A pesar de los desafíos, Romero y sus hermanos resistieron y triunfaron. Tres de sus hermanos mayores también fueron maestros consumados. Su hermano, Adalberto Guerrero, quien sobrevive a Guadalupe Romero, fue profesor de educación de la UA y uno de los creadores de la legislación federal de fines de la década de 1960 que creó la educación bilingüe. Su difunta hermana Mercedes “Merci” Guerrero, quien falleció en 2011, fue una maestra pionera en educación bilingüe que también ayudó a difundir el folclore del ballet mexicano en Tucsón. Y Margarita Guerrero Rubí, quien murió en 2013, enseñó educación bilingüe y trabajó en varias escuelas del oeste de la ciudad.

Adalberto Guerrero, quien recientemente publicó sus memorias en español, escribió que su hermana menor, Lupita, se habría quedado en Bisbee pero la animaron a ir a la UA, convirtiéndose en la Dra. Romero.

“Sin duda, sólo para mostrarnos a los mayores que para ella todo fue tan fácil. Y todo lo hizo a la vez que con su esposo Frank Romero, criaba cuatro niños y trabajaba tiempo completo”, escribió Guerrero en “Cuando Mis Hijos Sean Grandes”.

James S. Wood / La Estrella de Tucsón

En esta foto de 2008, Guadalupe Romero abraza a su ahora difunto esposo Frank O. Romero, quien fue miembro fundador de Nosotros Inc., durante la celebración por la jubilación de Frank en Nosotros Academy Charter High School en Tucsón.

En la UA, Romero se unió al puñado de estudiantes chicanos en un grupo llamado Los Universitarios, muchos de los cuales compartían experiencias familiares y culturales similares. Esta experiencia ayudó a moldear la visión de toda la vida de Romero de apoyar a los estudiantes chicanos a través de la educación. Posteriormente, como maestra de aula, Romero vio de cerca las disparidades entre los estudiantes chicanos y de habla hispana en las escuelas públicas. A medida que crecía como maestra y luego como directora, Romero encontró su propia voz mientras más jóvenes chicanos creaban su movimiento de derechos civiles en busca de justicia y educación equitativa.

“Ella lo decía como es”, dijo Bejarano.

Si bien Romero a menudo decía directamente lo que pensaba, “hablaba cuando tenía que hacerlo y decía lo que tenía que decir”, dijo Margaret Romero.

Y lo hacía con respeto y dignidad, coincidieron sus amigas y colegas.

Romero también dio clases en la UA, donde la conocieron muchos de los maestros de educación bilingüe de Tucsón. Dejó la UA para tomar el timón en Davis.

Romero también participó activamente en la comunidad. Formó parte de la junta directiva de la Conferencia Internacional del Mariachi de Tucsón, La Frontera Center, Nosotros y la Asociación de Ex Alumnos Hispanos de la UA. Y era una fiel seguidora de su tocaya, la Virgen de Guadalupe.

Bejarano dijo que Romero, junto con sus comadres educadoras, tenían una visión, una meta de lo que querían lograr.

“Comenzamos a sentir la necesidad no solo de una educación bilingüe sino de ayudar a hacer cambios”, dijo Bejarano.


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Ernesto Portillo Jr. es periodista y colaborador de la Ciudad de Tucsón. Fue editor de La Estrella de Tucsón.